Quince disparos terminaron con la carrera narcotraficante de “Pablito Tusi”, un socio de la organización criminal “los Triana” que saltó a la fama del bajo mundo por una balacera en una fiesta que él mismo organizó, y que lo puso en el radar de las autoridades a pocos días de su muerte.
Esta historia comenzó el 17 de febrero de 2025, cuando Juan Pablo Leal Velásquez, de 27 años y apodado “Pablito Tusi”, invitó a sus allegados a una parranda en una de sus propiedades, localizada en el barrio Santa Cruz de Medellín.

Juan Pablo Leal Velásquez, alias “Pablito Tusi”, y la fachada de su propiedad en el barrio Santa Cruz de Medellín. Fotos de cortesía.
El lugar tenía las particularidades propias de un traqueto: en una barriada de estrato bajo, el dueño invirtió cerca de $4.000 millones para juntar varias casas aledañas con pasadizos secretos entre los muros de separación; le mandó a construir piscina y jacuzzi, sistemas de videovigilancia, un escenario para conciertos en vivo, ventanas de insonorización y múltiples habitaciones de huéspedes.
El día de la rumba contrató al cantante de vallenato Jair Ortiz Pérez y repartió licor y estupefacientes a manos llenas entre los invitados.
A las 8:30 p.m. la mezcla de trago y drogas sintéticas hizo explosión, y el anfitrión “Pablito Tusi” perdió los estribos. Discutió con su amigo y colaborador Cristian Camilo Tobón Londoño, de 31 años, y cuando este intentaba relajarse en el jacuzzi, le propinó varios balazos.
La situación se salió de control y otros de los presentes también abrieron fuego, hiriendo a dos personas más: el vallenatero Jair Ortiz, a quien una bala le perforó la axila y le salió por la espalda; y al invitado Iván Mauricio Moreno Rivera, un expatrullero de la Policía destituido por corrupción, quien sobrevivió de milagro con una herida superficial en la cabeza.
Moreno Rivera fue detenido en 2016, junto a otros cinco uniformados, acusados de vender información reservada a la banda “los Chatas”, a cambio de sobornos. En ese entonces trabajaba en la Sección de Investigación Criminal (Sijín) de la Policía Metropolitana del Valle de Aburrá.
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A los tres lesionados los llevaron a centros médicos, pero a Cristian Tobón no pudieron salvarlo. El expolicía se identificó como “un comerciante” y el cantante dijo que no sabía que era una fiesta de narcos, sino que lo había contratado una persona apodada “The King” (“el Rey”).
El alboroto fue aprovechado por “Pablito Tusi” para escapar por uno de los pasadizos secretos construidos entre las casas, una técnica empleada hace años por los miembros de la banda “los Triana” para burlar los allanamientos en Santa Cruz.
En el bajo mundo se rumora que también huyó uno de sus socios, conocido como “Alejo Tusi”. Este es un mote genérico, atribuido a varios traficantes de la droga 2CB (tusibí) en Colombia, por lo que no es claro cuál de todos era.
Cuando la Policía entró a la vivienda, encontró a la novia de Leal Velásquez incumpliendo una orden de arresto domiciliario. La modelo e influencer Mariana Andrea Gómez Castaño, madre de dos hijos de “Pablito Tusi”, estaba pagando una pena de 4 años de detención domiciliaria por tráfico de estupefacientes, dado que en 2o2o fue sorprendida en el aeropuerto El Dorado de Bogotá transportando 900 gramos de tusi con destino a Punta Cana (República Dominicana). Se suponía que estaba cumpliendo la pena en un apartamento de El Poblado, pero no era así.
Los agentes de la Sijín la pusieron a disposición de la Fiscalía para que solicitara la revocatoria del beneficio de prisión domiciliaria y la procesara por fuga de presos, pero a la fecha no se ha hecho ese trámite y ella continúa en su casa.
Además de la modelo, en el sitio habían otras nueve personas, entre ellas Manuela González Suárez, de 30 años e hija de Julián Andrey González Vásquez, alias “Barny”, antiguo jefe de sicarios de las bandas “la Terraza” y “la Oficina” (actualmente en libertad condicional). De momento no se ha esclarecido qué estaba haciendo esta mujer en la fiesta ni quién la acompañaba.
La balacera y la fastuosa propiedad llamaron la atención de las autoridades y la opinión pública. Según fuentes policiales, Leal Velásquez ingresó al mundo criminal de la mando de Elkin Triana, alias “el Patrón”, uno de los fundadores de la banda “los Triana”.
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Se dedicó desde joven al tráfico de drogas y se especializó en la comercialización clandestina de tusi, pero no del compuesto original, sino de una burda y tóxica mezcla de jarabe con ketamina y analgésicos, que en las rumbas y after parties se expende con la marquilla de “Bailarina Negra”.
Como fachada para ocultar sus ganancias, Leal posaba como comerciante de ropa, incluso con su propia marca registrada, aunque los ingresos difícilmente podían justificar sus gastos.
Gracias al dinero conseguido y a las rentas que le entregaba a “los Triana”, la organización le permitió expandir sus operaciones más allá de Medellín, y desde 2020, tras la caída de su novia en el aeropuerto de Bogotá, su nombre comenzó a sonar en los corrillos policiales.
Tras el tiroteo en su propiedad, la Fiscalía le abrió una investigación preliminar como indiciado del delito de homicidio, así que “Pablito Tusi” huyó hacia el Valle del Cauca. Se refugió en un condominio turístico del municipio de Calima Darién, donde continuó su estilo de vida parrandero, departiendo en los bares de la zona con gente armada.
Así estaba el pasado 11 de marzo, a las 11:00 de la mañana, cuando arribó con un grupo de amigos procedentes de Buenaventura (Valle) a uno de los restaurantes del pueblo. Al parecer iban a comprar comida y licor para una fiesta en una finca, cuando aparecieron varios sicarios en un carro blanco y una moto.
“Pablito Tusi” recibió 15 balazos en diferentes partes del cuerpo, y una bala perdida lesionó en el pie izquierdo a una mesera del restaurante, de 51 años. Los matones lograron escapar, antes de que los acompañantes de la víctima reaccionaran.
Cuando llegaron las patrullas de la Policía, requisaron a los acompañantes y les encontraron tres pistolas 9 milímetros sin salvoconducto, por lo cual los detuvieron. Leal falleció en un centro médico de Calima.
Las autoridades desconocen de momento quién ordenó la muerte del traficante, pero la hipótesis principal apunta a que se relaciona con el incidente en la parranda de Santa Cruz.
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El Inspector.
Uno pasar tanto tiempo en la cárcel jummm salir en libertad y que de una lo maten nuuu que suerte.
Ellos saben el destino que les espera. Cárcel o muerte…
Triana al poder mis señores, el valle del aburra tiene dueños…
Mi pregunta es. ¿Quién queda con lo que les quitan a esos bandidos? ¿Eso lo venden o que hacen con todo?
Tan joven y tan loco. Hizo plata, paso bueno y murió por la ley de la calle, como los hombres.
Los ponen como carne de cañón, ellos son remplazables, pero los verdaderos dueños de la calle solo hacen plata y no mas…
rey muerto. Rey puesto.
Será comprar bunny. Nos quedamos sin bailaaaa
¿Será que el legado sigue o murió con el narcopupiii?
Ya uno no puede alegar con nadie porque todo mundo es amigo o familiar de un malo. Las calles de medellin están lenas de bandidos y sople
Se ve más plata en Aranjuez que en el poblado… las calles tienen el control