ATAQUES A BALA en centros médicos de Medellín

Un paciente de la clínica Las Américas de Medellín, que apenas se reponía de los balazos de un atentado anterior, fue atacado por sicarios en su propia camilla.

A las 3:00 p.m. de ayer, aprovechando el horario de visitas, subieron hasta el quinto piso un par de malhechores, uno de ellos disfrazado de enfermero. Ingresaron a la habitación 515 y le dispararon en la cabeza y en un pie al convalenciente Roberto Leonel Hernández, un comerciante guatemalteco que hace siete años vive en la ciudad.

La salida e ingreso de usuarios fue restringida durante dos horas.

La salida e ingreso de usuarios fue restringida durante dos horas.

En el mismo piso había policías que custodiaban a otros hospitalizados, los cuales reaccionaron e hirieron a balazos al falso enfermero,  en el abdomen y una pierna, con fractura del fémur. A pesar de esto, el bandido logró meterse al ascensor y descender hasta el cuarto piso, donde se ocultó entre unas bolsas. Pero una enfermera lo pilló y ahí lo detuvo la Policía.

El otro agresor botó su arma por un balcón y fue hasta el área de admisiones, donde se sentó para camuflarse entre los usuarios comunes de la clínica. Las cámaras de vigilancia interna lo siguieron y lo delataron. Al final fue capturado y las armas incautadas.

La víctima murió a las 11:00 p.m. y al falso enfermero lograron salvarle la vida en urgencias.

El general Dagoberto García Cáceres, comandante de la Policía Metropolitana, recordó que el guatemalteco había sobrevivido a un primer atentado en el barrio Laureles, donde recibió varios tiros el 26 de enero.

En los últimos dos años, esta es la cuarta vez que ocurre algo así en Medellín. El 24 de octubre de 2007, un sicario de 16 años ingresó a la clínica El Rosario de El Poblado. Tras sacar el arma de sus calzoncillos, remató a un paciente que también había quedado herido en un atentado anterior.

Uno de los sicarios fue sacado por la Sijín en un vehículo.

Uno de los sicarios fue sacado por la Sijín en un vehículo.

La víctima se llamaba Aldemar Noreña López, de 42 años, y contaba con escolta policial. Recibió un balazo en la boca, que le quitó la vida. Un uniformado reaccionó y con el fusil dio de baja al adolescente.

El 29 de mayo de 2008 ocurrió otro homicidio, esta vez en el edificio Comedal del centro de la ciudad, donde cientos de médicos tienen sus consultorios. Dentro de uno de ellos murió apuñalado el cirujano Luis Darío Mejía Velásquez, de 59 años. No hubo capturas esa vez.

Y el 24 de julio de 2008 dos matones entraron a la unidad intermedia de Belén, para rematar a un instructor de seguridad que había quedado lesionado en una riña  anterior. Los asesinos entraron a su cuarto y le dispararon, pero el papá del atacado se interpuso en la trayectoria y murió. Se llamaba Francisco Javier Pérez Tamayo, un topógrafo de 53 años. Los agresores salieron del centro médico y la Policía atrapó a uno de ellos, apodado ‘Sancocho’.

Consulté con un investigador judicial el porqué un sujeto de estos acepta una misión que es casi suicida, al exponerse matando dentro de un centro hospitalario vigilado, y su respuesta fue esta: “es posible que fueron los que fracasaron en el primer atentado, y sus patrones los amenazaron a ellos y a su familia para que terminaran el trabajo como fuera. Otros, simplemente, reciben muchísima plata”.

El Inspector.

4 comments

  1. sergio parra   •  

    desde que la policia , no haga nada en contra de las persoans que les decomisan armas seguiremos en el mismo cuento toda la vida hace dos anos atras me paso, que un tipo me disparo dentro d emi propia cas la policia de bello lo detubo con el arma , yo les lleve el prolletil que estava en al pare de mi casa , y a las 3 horas estava en al calle , entonces de que se quejan si son ustedes mismo los que patrocinas los asecinatos, cuando yo denuncie al tipo , me contestaron no podemos hacer nada senor , mire como resuelve , que tritesa la la justicia , de este pais solo sabes es robar , no mas

  2. Manuela   •  

    Con esas “requisas” que hacen los guardias en las puertas de los establecimientos!!

  3. Erika   •  

    Debe haber una mejor requisa por parte de los vigilantes. y utilizar mejores equipos tecnológicos que ayuden a detectar esta clase de armas de fuegos y armas cortantes.

    Además de eso me ha tocado ver como se distraen los vigilantes con facilidad y no les importa ni se toman la molestia de revisar minuciosamente el bolso de las personas que ingresan al lugar.

    Nos tenemos que apersonar mas de estas cosas recuerde que hoy ellos mañana usted o alguno de su familia.

    No seamos oídos sordos a esta clase de situaciones, pues todos somos seres humanos que tenemos derecho a la vida. Y solo Dios nuestro creador nos la puede quitar.

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