FOTO AP. La noche de Luis Fernando Mosquera fue muy destacada. Aportó fútbol y goles.

No fue tan fácil como creían algunos, ni tan difícil como al final resultó siendo. Lo que se vivió la noche del jueves en Mendoza, Argentina, fue el reflejo de lo que se logra con letalidad y lo que se pierde con parsimonia.

Nacional hizo lo propio. Se paró bien en el terreno de juego en el principio, fue punzante en la parte de adelante, pero flaqueó en la saga. Fue una noche de altibajos que no hizo juego con las anteriores faenas presentadas por este equipo.

A diferencias de otros días la defensa fue lenta y Gastón soltó el balón que no se podía soltar. No es culpable por lo ocurrido, simplemente fue una acción desafortunada, pero si hay que hacer hincapié en que del medio campo hacia atrás hubo desaciertos que pondrán a pensar a Sachi Escobar.

La pasión fue incontrolable desde los albores del día. Las camisetas verdes abundaban en todos los barrios de Medellín y en los municipios periféricos a la capital antioqueña. El virus verde, invadió las calles con banderas y camisetas.

Mientras en oficinas y lugares de trabajo se esperaba el encuentro, en Argentina más 900 hinchas de Nacional hacían presencia como sinónimo y correspondencia de uno de los equipos más grandes del continente.

Todo se dispuso de esa manera y pese al resultado, que nos es malo del todo, Nacional dio espectáculo y volvió a marcar los titulares de los principales diarios del Sur del Continente. Fueron ocho goles en el partido que pusieron a vibrar las fibras de los hinchas verdolagas, que aunque meditabundos, seguimos con la fe intacta y sabiendo que las cosas se van dando paso a paso.

El liderato en el grupo de Copa compensa las dudas que puedan surgir, hemos logrado mucho con este equipo y no es hora para emitir juicios por circunstancias adversas. Ni se va a acabar el mundo ni nada. Fue un empate de muchos goles que al final dejó un sabor amargo en la garganta de quienes gritamos cada gol de manera extrema.

Se vienen los partidos de vuelta y con ellos aumentara la presión en la Libertadores. Ni los triunfalismos ni la soberbia se puede apoderar de una hinchada que lo único que ha hecho es respaldar a un equipo que ha sabido corresponder con fútbol.

Vamos verde que acá siempre estaremos!!!