Por: Jonny Sampedro
@jonnysampedro

La alegría de la Copa Libertadores regresa esta noche al Atanasio Girardot. FOTO JUAN ANTONIO SÁNCHEZ.
El gran comienzo de Atlético Nacional en la Libertadores ilusiona a su numerosa afición. La jornada del martes anterior, frente a Huracán, dejó bien alto el ego en sus seguidores, el cual se agigantó en su pasada presentación en Liga ante el Caldas, en la que el “Verde” volvió a mostrar un fútbol interesante y peligroso, veloz y sorpresivo, letal y demoledor.
Como sucede siempre tras estas actuaciones la expectativa crece, llegan las exageraciones, y el optimismo desbordado de la mayoría. Otros más recatados invitan a la prudencia.
Y basados en la prudencia se escribe esta nota. En ella no se le resta credibilidad al rival de turno, pero como decía el “Profe” Osorio, “si competimos a nuestro máximo nivel tenemos muchas opciones de obtener la victoria”.
Lo primero para analizar son las posturas. No hay que olvidar que las destacadas victorias ante el equipo “Albo”, el “Globo”, y, fechas más atrás, ante Jaguares y “Azucareros”, se presentaron en condición de visitante, en la que los rivales dejaron espacios al atacar, tuvieron defensores lentos, equipos descompensados en la mitad, y por ello el onceno de Rueda hizo la fiesta.
El escenario en esta segunda fecha copera es distinto. El partido es en casa, las ventajas ya no serán principalmente en las transiciones de defensa a ataque, y por lo tanto el juego deberá ser más elaborado, más paciente, faceta en la que Nacional tiene virtudes, pero que no se ven tan imponentes como en el otro caso.
Es de esperar pues que el elenco inca sea más prevenido, que aguante la propuesta del local, y que se mueva entre un 4-2-3-1, como inició ante Peñarol, o un 3-4-2-1, como jugó recientemente con Alianza Lima, el esquema que más le sirve cuando juega a domicilio.
Frente a ese “bosque de piernas” que sería el mediocampo, quien escribe ve más conveniente que juegue en esas circunstancias Alejandro el “Lobo” Guerra, y que Macnelly Torres, quien no puede actuar por molestias en el aductor, lo haga de visitante.
La razón tiene que ver con el estilo de cada jugador. Con el venezolano hay más asocio con sus compañeros, más paredes, triangulaciones, tocar y pasar al espacio vacío, herramientas que rompen un esquema defensivo (recordar Nacional 6-Chicó 1. Guerra, Pérez y Chará).
Mientras que con el barranquillero el eje es él, todas las propuestas ofensivas pasan por su iniciativa y sus habilitaciones quirúrgicas, que a veces se reducen por la acumulación de hombres, por el poco espacio para maniobrar, como sucedía en los primeros días de Osorio, en el que Nacional atacaba con ocho jugadores, pero el rival se defendía con diez y once.
Jugando en patio ajeno Guerra es un elemento importante. Con él se transporta más el esférico, es veloz, juega a un toque y es bueno para las contras. En cambio con “Mac” el juego es a tres bandas. Se juega más rápido por su habilidad para pasar en largo, para ahorrar un recorrido de 30 o 40 metros, y para habilitar a sus compañeros con mucha precisión como acontecía en el 2011 y la Libertadores del 2012, tiempos en que la fórmula era recuperar la pelota, dársela al barranquillero, luego venía el pase largo para Dorlan, y abrazos porque fijo era gol de “Memín” (recordar Peñarol 0 – Nacional 4).
El rival
Retomando al rival de esta ocasión, son varias las cosas para tener presentes, tanto a favor como en contra. Aspectos que evidenció ante el cuadro Peñarol en su debut copero y que enumeramos de atrás para adelante.
Cristal es un equipo que le gusta salir jugando con la pelota. Se parece en ese sentido a Atlético Nacional. Prefiere iniciar el juego con sus defensores: Jorge Cazulo (#23) y Alberto Rodríguez (#2), también con sus laterales Revoredo (#13) y Yair Céspedes (#22). Lo ideal sería hacer presión alta, o fijar en ese lugar a los atacantes de turno para recuperar rápido la pelota e impedir la comodidad en el juego rival.
Si las circunstancias lo impiden es recurrente el pelotazo largo de Cazulo para el centro delantero Santiago Silva (#9). Un servicio que normalmente va profundo y entre los dos centrales del rival, entonces ahí deberán estar atentos Alexis Henríquez, el zaguero más acuerpado y de mayor talla para ganar en el juego aéreo, así como Davinson Sánchez para hacer el quite inmediato por si Silva llega a controlar la pelota.
Si el rival se lo facilita, el hombre que conecta y recibe para pasar de zona defensiva a campo contrario es Horacio Calcaterra (#7). Un volante de buen manejo que transporta y busca descargar en sus compañeros, por lo que allí deberá estar encima suyo el volante más próximo, sea Mejía, Pérez o Guerra, con el fin nuevamente de recuperar y atacar a un equipo expuesto, también para que no haya asocio con Lobatón (#27)
Lobatón es un volante talentoso, muy técnico, experimentado, de buena muy buena pegada pero no tan rápido. Para contextualizar, su juego se parece un poco a lo que hace Ómar Pérez en Santa Fe. Entonces tenerlo bien marcado, lo cual es posible, será vital para cortar los avances de Cristal, de lo contrario es muy posible un buen pase filtrado a Silva para dejarlo mano a mano.
Ya si no resulta dicha fórmula está la del centro al nueve uruguayo, sea con el mismo Lobatón, con Calcaterra o el lateral derecho Revoredo (#13), jugador que se proyecta al ataque aprovechando el asocio con sus compañeros, en vez de apostar por la velocidad y los duelos por su costado, aspecto que no trabaja mucho.
Otro semblante que dejó ver este equipo ante el “Carbonero”, es no contar con mucha profundidad o juego interno, algo que podría mejorar si apela a los seis volantes con los que jugaría en esta segunda fecha, quienes podrían generar superioridad numérica en esta parte del campo ante Nacional, que si juega con Mejía y Pérez tiene el buen juego garantizado, pero la recuperación exigida al máximo.
Finalmente, hay que evitar las faltas en los últimos metros de la cancha. Primero porque este equipo tiene fortalezas en esos cobros de costado en los que se le apunta siempre a Silva o al espigado central Alberto Rodríguez (#2), autor del gol ante Peñarol, pero ante todo, por la exquisitez en los cobros de Lobatón, y especialmente de Ramúa (#19) un volante de muy bien pie que empezó como suplente esta copa.
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