Sebastián Grisales
@sebasgrisalesr

Patricio Cucchi marcó su segundo gol con Nacional ante Millonarios. Ya le había hecho gol a Medellín. Foto El Colombiano.
¡Esto es Nacional y ante un clásico rival no se puede inventar! Es increíble que regalemos, nuevamente, un primer tiempo sin necesidad. Desde el 11 inicial se presentía en todo hincha, en el estadio o donde fuera, que algo no estaba bien, que algo no cuadraba. ¿Cómo vas a salir sin Vladimir, Cepellini y Rovira ante Millonarios, ante tu clásico rival, sin parte del alma de este equipo? Y sí, lo que parecía un simple presentimiento, resultó siendo una realidad.
Ante un marco espectacular, más de 35.000 espectadores, en donde las copas verdolagas dieron la entrada al verde antioqueño, en las primeras de cambio parecía que todo encaminaba a una noche mágica de la mano de Jarlan. Pero no, todo cambió y qué mal jugamos los 45 minutos iniciales, qué equipo enredado y perdido resultó siendo Nacional.
Es cierto que el profe Osorio es un DT excepcional, que ve lo que pocos en el mundo observan, que su rotación obedece a mil variables que solo él conoce y entiende, pero profe, lo que vimos en este primer tiempo no funcionó. El 11 inicial no dio, Millonarios nos presionó, nos jugó por banda derecha a lo que quiso y se pudo ir con tres en contra en el entretiempo. Nacional jamás se halló, Baldomero jugó su peor partido, horrible desempeño. La línea de tres en defensa, joven y vulnerable, con errores posicionales, dudas y nerviosismo, hizo lo que pudo y se le pondera sus ganas e ímpetu, pero floja sí lució y en el medio nunca hubo reacción.
Las ganas de Neyder, más revolución que fútbol. Los momentos, muy pocos, del Indio Ramírez, la soledad de Candelo en la banda izquierda, la floja respuesta en defensa de Helibelton, Cucchi aislado y Jarlan en la individual fue lo que dejó un flojo primer tiempo. Y la preocupación era seria, alta y prendía alarmas.
Y acá está la magia, que solo entienden los 17 jugadores y el cuerpo técnico verdolaga ¿Qué es lo que pasa en el camerino verde, qué se habla, quién lo hace, qué se dice, etc? Ahí ha estado la magia en el verde en los últimos partidos. El equipo sale para el segundo tiempo con otra actitud, semblante y propuesta. El cambio de Rovira es clave, para mi el mejor del verde en el clásico, y posterior los ingresos de Vladimir y Cepellini. Con estos el equipo se organizó y planteó su juego y jerarquía, se impuso, adelantó líneas y acorraló al rival. De la mano de Rovira con la pausa, la tranquilidad, la salida limpia, el despliegue y la apertura de cancha, Nacional encontró su eje y articulador. Gran acierto los cambios, todo hay que decirlo.
Jarlan se soltó, jugó a espaldas de los volantes. Se juntó con Vlacho y Ceppe, se dio magia jugando rápido y a un toque. ahí metemos miedo y creamos problemas. Se dan las oportunidades, se abren espacios y se maneja el partido. Nacional fue más (incluso antes de la expulsión de Duque), jugó en zona 2 y 3, se defendió con el balón y le cerró la salida la rival. El gol de Cucchi es un manjar, un exquisito gol para el hincha. Los toques de Vladimir, Jarlan y Cepellini y la definición del argentino, una obra maestra. Y pudieron ser más, unos dos o tres, pero la suerte no se dio. Nos faltó efectividad, y a Millos también. Los arqueros fueron figuras y se reconoce la labor de Cuadrado.
Al final el profe Osorio y Pompilio se llevan la razón, pero no se puede improvisar en un clásico más, no se puede dar ventajas como tal. No podés perdonar ni regalar nada a tu rival. Osorio sabe cómo rotar, todavía no lo podemos interpretar, pero a lo mejor con los días nos sabremos acostumbrar. Parece en verso, pero es solo un pretexto para cerrar.
Otro partido que deja mucho que pensar, pero se mantiene el invicto y la segunda plaza en la tabla de posiciones. Se viene el clásico, el otro, ante el vecino y ahí hay que ganar.
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