Por Sebastián Aguirre
@aguirresebas
Con este Nacional de Juan Carlos Osorio es fácil pasar en pocos minutos del “todo es un asco” a “te amo Verde”, una frase que le leí a Andrés Pote Ríos de su cuenta en Twitter @poterios. Hay diversas posturas, entre quienes defienden que si el rival le hace tres goles pues se le responde con cuatro, y los que reclaman un mayor equilibrio y prefieren ganar manteniendo el cero y con equilibrio en todas las líneas.
Hasta los 40 minutos, el primer tiempo en Bogotá fue, en efecto, un asco. La franja izquierda por la que actuaron Diego Braghieri y Cristian Blanco fue un manjar para La Equidad, y Osorio no había recompuesto el tema cuando ya teníamos tres tantos en la mochila. Es triste decirlo, pero al juvenil lateral no hay cómo defenderlo, pues el solo hecho de provenir de las inferiores no lo salva. Aquí hay que dar más que eso. Y su talento, hasta el momento, es escaso. Pero aún tiene tiempo de madurar.
Al argentino, entre tanto, se le notó lento y pesado, pero se entiende que tuvo que hacer desplazamientos muy largos que, en altura, cuestan el doble. Aunque no se salva del reclamo y la exigencia.
Al rescate vinieron los de adelante, ya que los de atrás eran un desastre. Y allí vimos al Nacional que amamos. Al que manda, que se impone, que le echa encima al rival el talento de sus jugadores, aunque en cada respuesta del rival sufrimos. Y sí que sufrimos.
Viendo lo visto en Bogotá, ¿qué hacer como hinchas? ¿Ilusionarnos con el equipo que en 50 minutos hizo cuatro goles tras una desventaja a priori indescontable? ¿O tomárnosla con cautela porque, diga usted, el rival no hubiese sido La Equidad, con Cristian Bonilla en el arco, sino el Junior de Vieira, o el América con su estrella 14 que los tiene con el pecho inflado, o el Millonarios de nuestro karma Gamero?
Yo me quedo con lo último. Por supuesto que disfrutè la que, dijo nuestro columnista Javier Danilo Correa en TW, fue la primera remontada luego de un 0-3 en contra en nuestra historia, pero sé que las ventajas que dimos, ante un rival más fuerte, nos las cobran al doble o al triple.
Me encanta que seamos un equipo arrollador, sin freno, descontrolado por hacer cuantos goles podamos, pero me inclino por el equilibrio. Espectáculo tendremos con este esquema, pero me gusta que dominemos en todo el terreno, no solo en determinados espacios. Hablo en nombre del Chonto Herrera, de Perea y Escobar, de Osorio, Henríquez, Dávinson y Farid, por tantos defensas gloriosos que hemos disfrutado, aún en equipos que también hacían muchos goles.
¿A quién le damos el mérito de esta remontada histórica? Primera vez que lo hace Nacional después de ir perdiendo por tres goles.
— Pulso Verde (@PulsoVerdeEC) January 30, 2020
Muy bueno que Nacional remonte un 3-0 y termine ganando. Eso demuestra resiliencia y jerarquía. No obstante lo anterior, se viene observando en los equipos de Osorio, incluyendo seleccionados que él ha dirigido, que defensivamente no lucen seguros y equilibrados. Por algo ha recibido en su carrera de técnico varias goleadas que hablan mal de la manera cómo para a sus equipos. Ojalá con la llegada de Perea se solucione ese vacío defensivo y logre conformar con Braguieri una pareja de centrales que brinde solidez y seguridad a la defensa nacionalista.