Por: May
Póngale usted el titulo que quiera, yo le pongo este pues mi escotoma fue lo que me permitió ver. Y debo aclarar que mi visión es buena, pero sé que cada cual ve lo que quiere ver.
Yo observé a un Nacional ¿cómo es que dicen los entendidos? A si, desbalanceado. Unas veces con espacios más grandes de los necesarios entre las definiciones de sus funciones, con entregas de balón demasiado erráticas para personas que se relacionan con la pelota la mayor parte de su trabajo y otras, demasiado cerca de su propia casa del oro, más bien amontonados que con una distribución espacial coherente o sin el arte de la custodia.
Reconozco los momentos lúcidos, aunque pocos, y los gocé. Celebré la imagen de la pelota reposada en el seno de las redes. Que fueron tres goles contra uno y tres puntos contra nada y que estos nos acercan. Que se ganó esta historia y esto siempre es bueno para fundir más la piel y la camiseta. Si, si y si.
Sin embargo, creo que es un paso, no una zancada en el camino de la recuperación, el inicio de la reconciliación con la querencia y el status de una escuadra como Nacional que siempre debe hacer y estar en la memoria.