Por @jbyrongarcia

Victoria contundente de Nacional ante el rival de plaza, que fue reconocida por los mismos jugadores rojos. Foto El Colombiano
Ganar un clásico paisa siempre será motivo de felicidad para la hinchada verde, aunque se gane jugando mal. Pero en este caso, la victoria estuvo acompañada de buen fútbol, de autoridad, de jerarquía y de muchos goles. De un ambiente colorido y festivo en la tribuna, de amor propio en la cancha. Es una victoria que tiene muchos ingredientes, pero me quedo con estas cinco razones para guardarla en el recuerdo como una de las más grandes:
1. Hace unos días publiqué una columna titulada Rotación sí, pero no así. No estaba destrozando al profe Osorio (a quien admiro), como lo sugirieron muchos tal vez sin leer el texto completo, era un cuestionamiento constructivo y una solicitud que se aplicó en el clásico ante el Medellín. Y se aplicó no porque el profe me haya leído o escuchado, eso tal vez jamás pasó… seguro lo hizo porque ya encontró el equipo, sabe mucho.
La plantilla titular tuvo una base y, algo fundamental, se aplicó la rotación sin improvisar posiciones. Mafla jugo de lateral por izquierda, Bocanegra de central haciendo casi todo el partido un tres con Henríquez y Reyes. Muñoz jugó por la derecha y Jarlan libre, repartiendo juego y manejando tiempos. En el once entraron jugadores “nuevos” como Cucchi, pero en su posición, como el nueve que es. Bueno, pues Patricio es la primera razón para estar felices, marcó su primer gol en un equipo de primera, el tanto número 400 para Nacional en un clásico montañero y sus lágrimas al celebrar nos pusieron la piel de gallina a todos.
2.El primer tiempo ante los rojos fue más de vértigo, dos veces estuvimos por debajo del marcador con la necesidad de empatar, y dos veces lo conseguimos. El segundo grito de gol no pudo ser más hermoso, Daniel Muñoz, el hincha que cumplió el sueño de jugar en el equipo de sus amores, la embocó en Norte para ponernos a celebrar. Muñoz por derecha se tragó la cancha, recuperó balones, armó juego, pisó el área… cómo no estar felices con él, con su entrega y su rendimiento. Cuando juega en el puesto que conoce, la rompe. Seguro pronto veremos su nombre en una convocatoria a Selección Colombia.
3. Jarlan Barrera, el nuevo mago, otro que pide la tricolor. El primer tiempo lució algo perdido y el equipo lo sintió, pero en el segundo se le prendió la lámpara y lideró un concierto de fútbol monumental. Asociaciones, balones filtrados, gambeta, empuje, lujos y goooooooooool. Sí, así gritado porque no fue un gol cualquiera, fue un golazo casi maradoniano y era la primera vez en todo el partido que estábamos arriba en el marcador. Desde el minuto 51 ya éramos ganadores y eso en lugar de hacer que Nacional bajara el ritmo, le dio aliento para ir por más y terminar goleando y bailando al DIM. Aquí les quiero recordar que también hace unos días escribí una columna titulada Con Jarlan y Daniel, nos ganamos el Baloto y la revancha. Pues me sostengo, juegan demasiado y por el primero lo único que hubo que hacer fue salir de Lucumí.
4. Los goles del “Pirata”. A Barcos le veníamos pidiendo más y le bastaron 30 minutos de fútbol para marcar dos goles, uno de ellos de gran factura. Barcos fue decisivo para cerrar el partido, su experiencia y liderazgo ayudaron a Nacional a sacar una ventaja que ni el más optimista de los verdolagas tenía en mente. Nos hizo llegar al éxtasis, rompernos la garganta y salir con aire en la camiseta para enfrentar lo que queda del torneo.
5. Las declaraciones de David González, el arquero del DIM. Un tipo resistido por la hinchada verde, pero que esta vez tuvo una muestra de respeto digna de todos los elogios. En sus declaraciones sobre el clásico le dio todo el mérito a Nacional y al trabajo que viene haciendo Osorio. “La superioridad fue increíble, me le quito el sombrero y le mando una gran felicitación al señor Osorio y a sus jugadores. No hay un solo equipo en Colombia que hoy hubiera podido hacerle frente a Nacional”, manifestó el guardameta rojo.
Eso es aplaudible y da alegría saber que tu rival de patio te ve así, grande.Esas son mis cinco razones para estar felices. También hay otras arandelas como el seguir invictos, el estar en la parte alta de la tabla y demás… Pero estas cinco reúnen lo que fue el clásico paisa, el que gana es el que goza. Ahora se viene otro clásico, de país frente a Millonarios. Con lo mostrado por Nacional en el segundo tiempo ante Medellín, deben estar temblando.
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