Por: Jonny Sampedro
@jonnysampedro

Este cuerpo técnico merece más que un reconocimiento por lo alcanzado hasta ahora. FOTO EL COLOMBIANO.
Atlético Nacional goleó a Peñarol en su feudo por la cuarta fecha de la fase de grupos de la Copa Libertadores. El histórico 0-4 le permitió al “Verde” clasificar a los octavos de final de este certamen de forma anticipada, y se ilusiona con terminar con puntaje perfecto, también con finalizar como el equipo con más puntos en esta parte del torneo, para enfrentar al peor clasificado de esta ronda, en la siguiente instancia.
Al equipo de Reinaldo Rueda le costó en la elaboración de juego, pero fue contundente. Aprovechó las opciones que tuvo para vencer a un rival que a su pobreza futbolística, le sumó varias ausencias en su nómina, y le propinó una dolorosa derrota.
A continuación, la evaluación uno por uno de los catorce hombres que Nacional dispuso para este juego, en el que se destacaron: Henríquez, Sánchez, Mejía, Pérez e Ibarbo.
-Franco Armani: Poco exigido bajo los tres palos. Los hombres de Peñarol lo inquietaron cuando Nacional quiso salir jugando desde atrás, ahí sí se vio apresurado, y algo descoordinado. Debió jugar en largo en varios pasajes y la precisión fue aceptable, con buenos y regulares envíos.
-Daniel Bocanegra: Impreciso en la entrega de la pelota, en los cambios de frente y pases a los volantes. A veces eligió el camino más difícil para pasar el balón y eso lo perjudicó. Muy bien en el juego aéreo, evacuó el peligro de esa forma, algo que no pudo hacer en los duelos que tuvo con Aguiar, con quien perdió en dos ocasiones que generaron peligro en el arco de Armani.
En los tiros libres, inobjetable. Su pegada es certera, marcó el segundo gol, tanto importante y en momento justo por el trámite del partido. Pudo marcar en el tercer intento, mientras que en el segundo, una barrera adelantada le privó de un mejor cobro.
-Davinson Sánchez: Iniciando el partido pifió en un cierre a Murillo al barrerse. La jugada pudo terminar mal para Nacional, pero
el central corrigió inmediatamente. Midió mal distancia y tiempo en una devolución corta de Mejía, que terminó con remate de Palacio.
De resto, poco para reprocharle, antes mucho por destacar. Bien en los duelos que tuvo con Aguiar, Murillo, Palacio y Luque. Recuperó bien barriéndose, ganó por el aire, muestra personalidad y pese a su juventud, es prenda de garantía, pues actúa como un experimentado.
-Alexis Henríquez: Atento y acertado para corregir algunos errores de sus compañeros, y para controlar los hombres que se les escaparon a algunos de ellos. Le fue bien con su habitual pase cruzado al costado derecho, no así en el pase largo frontal para Copete. Tranquilo y sereno, confiado para jugar en un escenario que a algunos atemoriza y aplicado en el juego aéreo.
-Farid Díaz: Discreta noche de Farid. Bajó el nivel que traía, que era muy bueno. Se equivocó entregando el esférico, el único centro que lanzó al área rival fue apresurado y sin dirección, y en un saque de banda le facilitó la pelota inexplicablemente a un rival.
Para el segundo tiempo mejoró. Fue más aplicado en marca, pero también le costó cuando Peñarol centró pasado al segundo palo.
-Sebastián Pérez: Algunas entregas erróneas, pero no por ello dejó de ser el eje del equipo en el mediocampo. Fundamental en la tenencia de la pelota y en tramos que se necesitaba poseerla con urgencia. Claro pasando el balón a campo contrario. No muy preciso en su único remate al arco, sí en el gran pase que le dio a Copete para que marcara el primer gol. En cada uno de sus golpes muestra una técnica fina, calidad, pura clase. ¡Maestrico!
-Alexander Mejía: Bien cuando tuvo que responder en el juego aéreo, tanto en los saques del arquero rival, como en los tiros libres de costado. Con claridad para abrir la cancha, y preciso en los cambios de frente. Con buen panorama de juego y una gran habilitación para el gol de Orlando Berrío, tanto que llevó la tranquilidad a las huestes verdes.
Tranquilo para jugar y salir desde el área propia. Sereno, bien ganando uno que otro rebote y jugando a un toque. En la raya desvió el balón cuando se cantaba el gol de Peñarol y se daba la caída del arco verde.
La amarilla que recibió fue justa. Llegó tarde a cerrar y terminó propinándole zancadilla a Nández.
-Marlos Moreno: Desconectado del partido. La férrea marca del rival no lo dejó jugar a placer. No pudo asociarse con sus compañeros porque entregó mal el esférico y en las acciones individuales tampoco sacó ventaja. No pateó al arco. Le costó jugar por la banda derecha, se ve mejor por el centro. Tal vez el partido más discreto de este joven talentoso desde que está en Nacional.
-Alejandro Guerra: Laborioso en la marca y en la presión alta al rival. Su desempeño fue mejor en lo defensivo, que en lo ofensivo, dado que no pudo darle la profundidad que necesitaba el equipo y tampoco pudo asociarse con sus compañeros. Se mostró dinámico y con movilidad, pero no fue suficiente.
Otro que padeció la marca fuerte de los hombres de Peñarol, y algunos doblajes que le hicieron en la mitad de la cancha. Intentó sorprender al arquero desde 40 metros, pero su remate salió desviado.
-Jonathan Copete: Buena diagonal, y bien atacando el espacio para el primer gol, ni hablar de la definición. Se perfiló para patear de zurda y acomodó el balón muy bien. En los dos últimos partidos de Libertadores su aporte fue más para darle equilibrio al equipo, que un ataque punzante por su banda. En esta ocasión tampoco le apostó a su velocidad para enfrentar a Aguirregaray y eso pudo aprovecharse mejor.
-Víctor Ibarbo: Su fútbol es alegre, vistoso y gusta agradar a la afición. No está mal esa filosofía de juego, pero podría jugar más simple en algunas acciones y partes del campo, porque expone su humanidad, y se arriesga a una posible lesión por las entradas de sus contrincantes.
Para destacarle la dinámica, su presencia y sacrificio en todos los sectores del campo, el compañerismo, sentido de pertenencia, y la forma en que protege el esférico. En esta ocasión no pudo encontrarse con Marlos, su socio en el campo, pero fue un elemento importante en la tenencia del balón.
-Macnelly Torres: Entró para que el equipo tuviera el manejo del útil, y no lo expusiera tanto. Cumplió con esa tarea y, además, habilitó muy bien a Ruiz para el cuarto gol.
-Orlando Berrío: Entró enchufado de nuevo. En su gol, el tercero del equipo, le ganó en velocidad al defensor y definió como era, no al bulto y con fuerza, sino acomodado y al palo más lejano del arquero. Sin dudas, su mejor momento desde que está en Nacional.
-Luis Carlos Ruiz: El primer balón que tocó fue gol. Gran definición, picada al arquero Guruceaga cuando salió a achicarle. Bien como pívot y acertado en sus intervenciones pese al poco tiempo en el campo.
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