Por Felipe Benavides
 

Nacional ha jugado 31 partidos en 92 días, es decir algo así como un juego cada tres días, lo que ha supuestos esfuerzos mayores y ha salido costoso, pírrico ser tan ambiciosos: Juan David Valencia, Orlando Berrío y Jefferson Duque por fuera del torneo y varias lesiones de jugadores a los que les ha costado agarrar su nivel.

Es decir, antes se ha llegado lejos para el trajín no solo físico sino mental que supone atender tanta carga de partidos juntos, y más cuando la nómina no está siendo aparentemente tan larga, porque Juan Carlos Osorio mira al banco y ve que Jonathan Copete no despega, que Hárrison Otálvaro menos, que Alejandro Guerra está más cerca de su nivel y que los delanteros son un enigma: a veces se destapan como pasó con Tréllez ante General Díaz, pero otras veces ofrecen angustias como ocurrió con Vitoria, por ejemplo.

Entonces es mejor apelar a la definición de lo que es estrategia y es decidir, y las decisiones traen renuncias. Siendo así empecemos por decir que un torneo que podría sacrificarse es la Copa Postobón: sí, así el verde sea el bicampeón y haya cupo a la Suramericana, es más fácil que ese cupo se logre vía reclasificación, así en este torneo no cuente porque ya hay un cupo a la Libertadores de 2015.

Luego, Nacional deberá enfocarse en mantenerse en los ocho, buscando no ceder más puntos de local ante Huila, Águilas Doradas y Patriotas, lo que asegurarían al equipo en las semifinales del torneo en Colombia.

Pero creo que llegó la hora de buscar avanzar a los cuartos de final de la Copa Suramericana, pues ganar adentro ya se volvió costumbre, pero la afición quiere volver a recobrar el renombre internacional, de volver a vivir una final como las de antes con Gremio o San Lorenzo, puesto que de poco servirá haber dejado las angustias contra La Guaira y General Díaz sino es capaz el equipo de seguir avanzando, de dejar atrás a Vitoria e ir por los grandes, volver al sonajero internacional e ir abonando terreno por la Libertadores de 2015.

Creo, que los hinchas, debemos entender que esta vez hay que priorizar y enfocarse primero en pasar de ronda en la Suramericana y entrar a los ocho, para que después no lamentemos que nos quedamos por fuera de todos los torneos por apuntar a ganar todo y a veces en la vida hay que renunciar para triunfar.

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