Que se vayan todos de Nacional… ¿o no?

Por Byron García
@jbyrongarcia

La hinchada pide un revolcón. Ya se dio en el cuerpo técnico, también se necesita en jugadores. Foto El Colombiano.

La hinchada pide un revolcón. Ya se dio en el cuerpo técnico, también se necesita en jugadores. Foto El Colombiano.

Es que es muy fácil, cuando las cosas no salen bien en Nacional, apelar al sentimiento de hincha y pedir un equipo nuevo. Que se cambien desde los directivos hasta el utilero, que se renueve el cuerpo técnico y se depure la plantilla de jugadores. Es más, algunos hasta piden que la organización Ardila Lülle venda al equipo y se largue.

En esas llevamos ya dos años, pero resulta que no; no se puede. Y es que Nacional no es un equipo de PlayStation, donde con dinero ficticio se puede armar y desarmar al antojo del dueño de turno y formar un plantel superior al que tienen los gigantes de Europa. Es importante que despertemos en la realidad a ver si salimos del pozo de la vergüenza en el que nos hemos sumergido.

A los técnicos los mantiene el resultado. Los resultados son conseguidos por los jugadores. A los jugadores los contratan los directivos. Es un círculo y nosotros como hinchas hacemos parte de él. Nos duele la realidad que hoy vivimos, nos duele la salida de Autuori, nos duele que en los últimos dos años hemos tenido cuatro técnicos y nos duele que ya no despertemos respeto, admiración o envida en Suramérica y en Colombia. A lo sumo si despertamos lástima y mofa.

A Pablo Autuori, con todo y su hoja de vida, no se le vio trabajo en Nacional. Su equipo en la cancha reflejaba la actitud que él mismo tenía en las ruedas de prensa o en el contacto con la hinchada. Un hombre relajado, que se reía, que asumía las derrotas con una tranquilidad inexplicable. Nunca lo vi variar el módulo táctico para intentar algo diferente, ni rasgar sus vestiduras frente un ridículo como el que hicimos cuando nos goleó Envigado. ¿Se acuerdan que nos paseó peor que Fluminense? Nada de eso pasó.

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Creo, y parece estar comprobado por el pasado reciente, que Nacional es un equipo para técnicos colombianos. Lillo, Almirón y Autuori son la muestra de que con los foráneos no nos ha ido bien. Y de ahí para atrás, muchos otros ejemplos como el de Cabrero y el de “Moztaza” Merlo. Los jugadores colombianos son complicados, llenos de resabios y egos, difíciles de manejar. Con los técnicos colombianos nos ha ido mejor, Rueda, Osorio y Sachi Escobar lo avalan.

De los directivos digamos que se escudaron en la frase “llegamos a poner la casa en orden”. El problema es que la nuestra parece ser tan grande que no han podido terminar de barrerla. Y eso que luego hay que trapear y sacudir, para hablar solo de lo básico. Equivocados de cabo a rabo en el manejo de las crisis internas, han dejado que sean la prensa y los hinchas los que especulen sobre malos manejos económicos, conductas de indisciplina, sindicatos y demás. “Es que imagínate que me contaron”, “me dijo un amigo”, “lo sé de muy buena fuente”, bla, bla bla…

Ya es hora de que alguien salga y cuente las cosas como son, que acabe con los chismes de pasillo, que sepamos qué es lo que está tan podrido. ¿Que los jugadores ponen y quitan técnicos? Lo sabemos todos, pasa en todo el mundo. Pero, ¿hay una investigación interna seria que permita saber la realidad de lo que pasa en Nacional? Si existe, ¿por qué no se cuenta? ¿Cuáles son los intereses?

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Si de verdad quieren poner la casa en orden, contar la verdad es lo primero. Acabemos de una vez por todas con las especulaciones.

En Twitter me recuerdan el antecedente: Rueda al salir: “Me voy porque la confianza se rompió”. ¿De qué hablaba?
Lillo al salir: “Me voy pero en Nacional hay algo de fondo”. ¿Qué?
Almirón al salir: “El jugador colombiano es muy susceptible”. ¿No quisieron jugarle?
Autuori al salir: “Sé cuándo hay ambiente para trabajar y cuándo no. Afuera hay gente interesada en llegar”. Con esas frases entendemos todo y no entendemos nada.

¿No les parece que va siendo hora de poner la casa en orden y explicar? Es que si seguimos tirando la basura bajo el tapete, vamos a seguir en las mismas. De tanta operación pantalla, se nos va a reventar la casa.

De los jugadores, digamos que todos pasan y el club es el que permanece. Ustedes amigos ¿son hinchas de Henríquez o de Nacional? ¿De Bocanegra o de Nacional? ¿De Vladimir o de Nacional? Yo soy hincha de Nacional, del Verde. Lo primero que hay que aclarar antes de hacer juicios de valor sobre ellos, es el punto anterior de los directivos: conocer la verdad. Si los jugadores tienen al plantel en este hueco maloliente, pues que haya medidas y que la hinchada lo permita.

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Y finalizo aclarando eso de la hinchada. Esa que mide distinto a los jugadores, que corea el nombre de unos y no de otros. Si el problema es el capitán libertador, pues gracias y adiós. No puede ser que la barra LDS interfiera en las decisiones ejecutivas del club, para eso se contratan directivos. No puede haber unos intocables y otros no. Si es así, entonces salgamos y que el último apague la luz.

Vamos a empezar otro proceso, va a llegar otro técnico, ojalá le pongan jugadores para competir y que en diciembre no lo estemos despidiendo (o antes). Reflexión colectiva, “por fis”.

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Chao Autuori. Cesó la horrible noche. Cliché, pero cerró con un 4-1 que pudieron ser 8. Vuelve el: ¿y ahora qué? Desde cero, con el ánimo por el piso. Ni Hannibal Lecter se ensañó tanto contra una víctima, como el destino con la hinchada en estas últimas dos semanas. – ¡Ay Dios! Qué hicimos para merecer esto. Ese dolor interno que lleva el hincha de Nacional por estos días en su alma. ¡Qué hicimos mal! Acompañamos, alentamos, pagamos abono, boletas, aguantamos las inclemencias del clima… Se puede perder un partido, pero no el alma. No se puede ser tan frío para este deporte tan caliente. – Tristeza y agobio. Malestar. Sentimiento incandescente que destiñe los colores. ¡Que se vayan los que se tengan que ir! No importan los nombres. Acá quedamos nosotros y la institución. Hay que ser consecuentes, si pedimos revolcones, que sean completos. – Si los de adentro respaldan con palabras, pero hacen lo contrario en la cancha, nosotros no podemos ser doble moral y salir a reclamar cuando se marchen. Todos los DT recientes revelan una enfermedad crónica en el camerino y ese virus tiene que ser contrarrestado. Allá es que hay que buscar, sino esto será un historia cíclica sin final. – ¡Cuánto me dueles verde! Acá estoy pensando qué hacer con vos, pero finalmente no soy yo el que lo puede decidir.

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3 comments

  1. Carlos Taborda   •  

    Esto no es la negra noche, sino LA LARGA NOCHE, Llevamos mas de dos años en estas y aun no se ve la luz del día. Señores directivos es hora de ponernos serios y pones a andar de nuevo este gran equipo, otrora orgullo NACIONAL.

  2. Mauro   •  

    Hola Sres, jummm,,, que mas decir cuando todo es tan obvio y como guardar silencio con el riesgo de la presion alta o que se rebiente la hernia y se alborete la gastritis, ya no se que esta peor en el verde, si los que se dicen ser hinchas(no todos) por pertenecer a una barra y que se esconden alli para hacer el caos, de unos jugadores que no sudan la camiseta y no les duele el equipo, y que tal los dirigentes que siguen pensando que no pasa nada y que no exista una solucion o proyecto real que demuestre resultados positivos :((

  3. Horacio Tobar   •  

    Recordemos que el fútbol es de presente, los técnicos y jugadores de un buen equipo tienen un buen presente. El pasado es solo una referencia. Dicho esto, miremos las contrataciones de nacional, el técnico que presente tenia cuando llegó a nacional ? Ninguno, venía de un equipo desconocido en Bulgaria.
    Zeppelini, llegó de Boston River y Danubio de Uruguay, equipos de medio pelo, un jugador q a los 27 años ha pasado por más de 10 equipos no puede ser bueno, si lo fuera no lo dejarían ir. Barcos fue un buen goleador, pero recordemos el fútbol es de presente y Barcos con 35 años ya no puede rendir al nivel que nacional necesita, no tiene físico para 90 minutos.
    Si miramos los colombianos de nacional, no podemos pensar en ganar nada jugando con Machado, o con Candelo que producen muy poco o nada.
    El otro tema de Nacional es que en divisiones menores parece no trabajarán, no se ve un solo prospecto que marque diferencia.
    El centro de alto rendimiento, que nos dio estatus y orgullo sólo ha generado discordia ( recordar causa de la salida del profe Rueda ) Este centro funciona para que los jugadores tengan una mejor recuperación, un mejor rendimiento y el fortalecimiento para evitar lesiones. Yo pregunto si Nacional ha sacado provecho de este centro, un equipo que tuvo varios jugadores con lesiones musculares y que nunca se vio corriendo más que ningún otro equipo. Los problemas legales, demandas, etc , indican malas administraciones.
    Así , que se puede concluir, que el problema es a todos los niveles.
    Desafortunadamente nos demoraremos mucho tiempo para regresar al Atanasio a disfrutar de un equipo con liderazgo, buen fútbol y títulos.
    No olvidemos que lo que para nosotros es una pasión… para otros es solo un negocio.

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