Por: Sebas Grisales
@sebasgrisalesr

En la rueda de prensa tras la eliminación en el partido contra Tolima, el profesor Juan Carlos Osorio asumió la responsabilidad y dijo que nunca prometió título. FOTO EL COLOMBIANO.
¡Eliminados! Luego de terminada la fecha 5 de los cuadrangulares, y faltando una para terminar, Atlético Nacional se despide de la lucha por las finales de la Liga Águila 2019-2 y de paso se pierde el sueño continental de regresar a la Copa Libertadores en el 2020. Y aunque duele estar eliminados, duele más el cómo se queda por fuera y eso, como hincha, es muy duro de digerir.
Nacional nunca mostró en los cuadrangulares que tenía un equipo sólido, de 90 minutos y que podía, con jerarquía, táctica y fútbol, darle a la hinchada verdolaga una alegría, y porqué no, un sueño de finales y Libertadores. Todo de la mano del mister, del profe juan Carlos Osorio, que volvió para organizar la casa, para armar su proceso y para encaminar un equipo que venía sin identidad, títulos, orden y estallado en todo sentido, adentro y afuera de la cancha.
Bien lo dijo el profe Osorio, y se lo abono todo, “Nunca prometí ser campeón”. Pero ante una hinchada tan exigente, ante los resultados entre 2016-2 y 2019-1 y al ver que el equipo se cayó a un abismo, administrativo y deportivo, la hinchada del verde, con su llegada, creo que esperaba más. Y ahí, como hincha de esta institución, que amo, digo: No estoy de acuerdo. Osorio no tenía, ni debía ser exigido para ganar título, eso por un lado. Pero no le excuso al profe su forma de juego, la rotación, por momentos sin sentido, la terquedad en algunas alineaciones, la inclusión de algunos jugadores (Blanco, Cabal, Costa) por encima de jugadores como Gómez, Moreno, Perea, incluso Cucchi.
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Al profe Osorio le vio nervioso, enredado, inquieto. Por muchos momentos desesperado, ansioso y duditativo. Llevado de su parecer, terco en su entendimiento y lógica, por momentos egocéntrico. A veces ni conectado con los jugadores ni con la hinchada, por muchos pasajes de este semestee lo vi desconectado y ensimismado en su filosofía, y ahí, creo que le hizo mal la verde. El equipo reflejaba mucho de lo que el timonel verde transmitía. Y una salvedad, no todo es de Osorio.
Los jugadores tienen una alta responsabilidad en lo que deja este semestre (Y profe Osorio, no se excuse en que solo pidió a Baldomero). Muchos jugadores no dieron la talla, no sintieron la camiseta, se bajaron de nivel y o aparecieron en los momentos decisivos. Me atrevo a decir, que nunca vi un jugador que se montara al hombro el equipo, carecimos de ese liderazgo.
Y contra Tolima, jugándonos la clasificación, aunque no dependía de nosotros directamente, el equipo volvió, a mi gusto, a regalar un tiempo. Y si somos justos, Gamero le repasó a Osorio cómo jugar un partido, entenderlo, cuándo hacer cambios, cómo cambiar el esquema, donde ajustar. En el minuto 28 cuando se dio cuenta que nacional le estaba ganando la espalda de lo volantes y dejando uno a uno a sus delanteros, hizo cambio de jugador y posicional, replanteó esquema y enderezó. Desde ahí, sin ser muy brillante, Tolima le ganó a Nacional el partido sin darse cuenta.
Cuadrado volvió a ser figura, nos volvimos a comer errores atrás, uno de ellos, de los tres, fue gol. Terminamos jugando vertical, sin ideas, con más ganas que lógica. Terminamos como estuvimos todo el semestre, a punta de empuje, desespero, enredos y sin ideas. Con frustración en cancha, en el banco y en las tribunas.
Terminamos sin pedir tiempo, sin reprochar nada más. Silbidos y descontento en tribunas, tiendas, barrios y casas. Terminamos con cabeza baja, con la derrota de un semestre sin título (aunque no era lo pedido), con una racha de ocho años sin dejar de conseguir una copa, con la tristeza de no ir a la Libertadores, con muchos interrogantes, con más dudas que certezas, con rabia y verraquera.
Aunque al final, con cabeza fría y claridad en la mente, sabemos que el proceso arranque, que en su primer ciclo Osorio fue muy similar en juego y logros, con la convicción de que viene algo mejor, que el proceso continúa y que los resultados se deberán ver. Queda la consigna, al final en rueda de prensa, de que los trapitos sucios se lavan en casa profe Osorio y que “Cero Excusas” como lo dice una de sus frases. Nacional 2020 debe ser un equipo más competitivo, organizado, balanceado, con GOL, amor y coraje por la camiseta sagrada verde y blanca.
Acá seguimos apoyándote verde, pero también seguiremos exigiendo, con argumentos y sin insultos, un mejor desempeño en la cancha y en lo administrativo. Nacional, la hinchada y la historia lo merecen.
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Y que será de los directivos que no se dejan ver. Tanta responsabilidad tienen los jugadores, técnico, como sus directivos, Mala plantación, malas contrataciones, en fin, malas decisiones. Como extrañamos esos tiempos de un tal Señor Delacuesta y de un Tal. RRR.