Por: May
El filósofo irlandés, Bishop George Berkeley (1685 – 1753), pensador del idealismo subjetivo, nos dejó las siguientes perlas que traducidas a buen colombiano rezarían: “Para ser hay que ser percibido o si un árbol cae en el bosque y no hay nadie para escucharlo, ¿hace ruido el árbol?”.
“Idealismo subjetivo” es lo que percibo alrededor del fútbol, o al menos en dos de sus protagonistas. El jugador, quien es el ángel o demonio que le gana a la vida persiguiendo una pelota, y el hincha, cruzado dominical en misión de fe.
Idealista es el niño que en el potrero empieza a “patear” la pelota de trapo o barro y, cuando puede, el balón que le regalan sus padres por haber pasado el año escolar. Lo patea con el ideal de que algún día él protagonizará el juego. “El hombre escapando de la realidad con el afán de buscar sus aspiraciones más autenticas”, según Valdano.
También es idealista el hincha que cada 7 o 15 días se dirige al “mausoleo de tranquilidad” como lo llamara Manuel Vásquez Montalbán o “esqueleto de multitudes”, según Mario Benedetti. Idealistas, porque sus “trapos”, que no son pelotas y sus himnos que no son de barro, los consideran el elíxir mágico que sostiene vibrante el corazón de los que “corren” y “jadean” detrás de la pelota y la ilusión, sus vidas.
Es la ilusión, la sublime ilusión de la pelota, la que en las tribunas los alea con el concreto, el sudor, los salmos y la consideración de que pueden traspasar la línea de la cordura. La traspasan; cuando esto ocurre, unos y otros transgreden el idealismo subjetivo o, pasión que llaman, convirtiendo la pelota de trapo o de barro, en piedra, papel y tije… No, en piedra, cuchillo y plomo. Elementos mortales para la inmortalidad, malas compañías para la virtud. Tanta pasión para nada.
¿Y la vida? Entristecida con los tres pitazos que les recuerda los duros plazos de los otros días.
Excelente escrito, profundo, literario y Educativo. Gracias.
Es interesante la cita que se hace para un tema tan social como es fútbol, considero que la cita está bien acuñada para el mensaje que trata de expresar.
:O Ser hincha de determinado equipo no significa ser antihincha del otro. Respetemos la pasión de los demás, aceptemos esa diversidad, que la pasión del otro por su equipo es igual a la nuestra por el nuestro. El disfrute del fútbol riñe con toda actitud violenta y vandálica. Seamos hinchas del ocio y del sano disfrute. Vayamos a nuestros estadios al espectáculo deportivo y no al espectáculo delincuencial de vandalos tirando piedra, agrediendo a otros hinchas, al ESMAD y la ciudad.