Por Sebastián Aguirre
@aguirresebas
La mala fortuna de Ómar Duarte frente al arco ha sido constante en los últimos partidos. Foto El Colombiano
Entre los dos partidos ante La Guaira y La Equidad, Ómar Duarte dispuso de al menos cinco ocasiones claras de gol. En la mayoría definió muy mal, en otra ni alcanzó a definir porque se trastabilló y en algunas más los arqueros le desviaron sus remates.
Es cierto que desde que el exjugador del Huila arribó a Nacional para el segundo semestre de 2018 su performance no ha sido la ideal. Comenzó bien, incluso con un gol en la serie ante Atlético Tucumán por los octavos de final de la Libertadores que nos ilusionó con la remontada que no llegaría, y otro par de tantos en la Liga. Pero luego no pasó nada con él, aún cuando tuvo la oportunidad de ser el 9 titular después de la despachada de Dayro Moreno.
En el arranque de 2019 fue el único que hizo gol para el Verde en el torneo de pretemporada en Bogotá, cuando no había llegado el argentino Hernán Barcos. Una vez este fue contratado, se supo que Duarte tendría, de nuevo, que remar desde atrás, como le pasó con Dayro.
No tuvo muchos minutos en los primeros compromisos oficiales, pero en los dos más recientes ingresó en los segundos tiempos y tuvo múltiples ocasiones de gol que no ha podido concretar.
Se le nota ansioso, inquieto, inconforme. Y claro, se ha ganado uno que otro repudio de hinchas insatisfechos, no solo con él, sino con la ineficacia que en general padece Nacional (no hemos podido meter más de un gol por partido). Pero hay algo que algunos hinchas -no sé si muchos, pero sí varios en todo caso- le valoramos y es su entrega, su interés por entrar en juego, por moverse, por mostrarse.
La duda, entonces, surge de inmediato: ¿dicha entrega compensa la falta de definición? Por supuesto que no. El sudor debe ir acompañado de talento, pero es una cuota inicial importante para encontrar el arco.
Muchas veces hemos criticado la falta de entrega de jugadores con gran talento, a quienes les hemos pasado la desidia por un gol o un a asistencia. ¿Por qué no darle el crédito a Duarte y permitirle que encuentre su mejor forma? Seguro cuando llegue la buena racha todos nos beneficiaremos de ella.
¡Vamos Verde!
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