Por Chepe

FOTO HERNÁN VANEGAS. Las dudas del técnico Juan Carlos Osorio son notorias. Todo se refleja en la cancha.
Como pocos mi viejo aprendió a analizar el fútbol. Ya son más de 55 años en los que junto a su radio, una visión 20-20 y una lógica insuperable lo han llevado a ver con atino y desatino miles de historias futbolísticas.
El hombre, alejado de cualquier vicio contaminante en esta era globalizada, solo ha apelado a su opinión subjetiva y analítica para esbozar comentarios acerca del presente de un Atlético Nacional que se quedó viviendo del pasado y con miradas inciertas para el futuro.
Discutir con él será siempre mejor que escuchar los insensatos y trillados comentarios de los “profesionales” del medio que adquirieron el título por ego propio y no por meritocracia. Habló de los futbolistas en este caso.
Mientras yo me desgastaba en medio de la discusión con palabras extraídas del acervo futbolístico, -4-2-2-1, línea de tres, volantes mixtos, media puntas y estrategias- el hombre escuchaba sin inmutarse. Yo me sentía en la capacidad y con la confianza para hablar del tema. Al fin y al cabo compartimos el amor por Nacional.
Cuando ya mi garganta seca se cansó de esbozar toda la retahíla de argumentos deportivos, él con la sapiencia propia de un hombre concienzudo, carraspeó un poco y lanzó una frase que en cualquier contexto sería una simplicidad para el complejo mundo terminológico en que se convirtió el fútbol, -es cuestión de mente, actitud y sobre todo humildad-.
Quizá fui poco profundo en el momento. No quise ahondar en el tema y me retiré de la conversación. La sangre caliente por la actualidad de Nacional me hizo pensar en que mi viejo opinaba de manera banal y solo quería hacer el quite al tema. Sin embargo, y luego de lo visto en el equipo verde, empecé a desmenuzar la frase.
Mente: alguien podrá imaginarse que pasa por la cabeza de un jugador como Alexis Henríquez cuando entra a un terreno de juego y en vez de un sonoro aplauso recibe una bofetada de silbidos? Puede que se lo merezca, culpa de él no es. Si su capacidad futbolística no va más allá de algunas torpezas cometidas, la decisión de alistarlo en la titular es de el técnico Juan Carlos Osorio.
Actitud: Tengo plata, fama y estabilidad, para que desgastarme? Gracias a Luis Fernando Mosquera no olvidamos la displicencia. De chispazos no se sostiene un equipo.
Humildad: por los lados de Nacional… bien, gracias.
En el momento actual, muchos de los integrantes del verde intentan, de atrás hacia delante, salvar el año como estudiante desaplicado. Es tan visible la displicencia de algunos jugadores y el desorden dentro de la cancha que pocos han llamado a cobrar la cabeza del técnico, que sería un error garrafal en momentos.
Como siempre apelar a la tranquilidad, la misma que cosechó mi viejo a través de los años.
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Estoy de acuerdo con el comentario de su papa.Para jugar futbol lo primero que se necesita es ganas en mente y cuerpo.Donde esta la labor psicológica de las personas encargadas de hacerla?. Los Directivos son responsables de esta situación por contratar jugadores sin mística ni sentido de pertenencia.
Es muy facil culpar a la OAL, o cualquier otro directivo del futbol, de la falla al contratar uno o otro jugador, y tildarle que estos no tienen sentido de pertenencia, pero yo pregunto: quien en el futbol de hoy lo tiene? rebise4n las nominas de todos los equipos del mundo , y poquitos lo tienen, el futbolista de hoy , y en general los deportistas astan tan metalisados que lo que menos les inporta es su terruño o sus origenes, solo inporta el dinero y llegar a la cuspide a como de lugar amen de sus principios.
Un equipo como el verde no tiene espera, es ganar o ganar a como de lugar, como sea, el hincha del verde no espera, ymenos los periodistas paisas.
Tiempo atras dije que el verde tendria que volver a las raices, pero mirando las inferiores a verdes que estan las mieses, aqbajo no hay tampoco amor por la camiseta, ademas quisiera ver al hincha verde esperar un proseso.