De buena fe

Por: Chepe
Nacional a ponerle la cara y el pecho a lo que resta del torneo. Foto: David Sánchez

Nacional a ponerle la cara y el pecho a lo que resta del torneo. Foto: David Sánchez

Somos hinchas, apasionados, enamorados del verde, pero a su vez, debemos ser conscientes. Más con ganas que con fútbol estamos empujando un equipo que nos tiene en la diatriba y al borde de un abismo de sufrimientos, esos mismos con los cuales aprendimos a convivir como un síntoma innato de Nacional.

Con el corazón deseamos que el verde clasifique a la ronda final de este primer torneo. Hacemos fuerza, sufrimos, nos rompemos las vestiduras y transmitimos una energía muy fuerte para que de cuenta de esas buenas energías se logre el paso a los cuatro clasificados. Tenemos muy buenas intenciones, apoyamos irrestrictamente en cada jornada y con algo de desespero alentamos hasta el último momento del partido. Desde el corazón sabemos que Nacional va a clasificar, al ver las dos fechas que le restan. La clasificación no es tan lejana como uno podría pensar.

Son dos retos grandes los que tiene el onceno verdolaga para sortear. Primero  en Bogotá ante Equidad, que si bien es difícil, nos abogamos de ese “costalao” de historia y trofeos que tiene Nacional para ganar el  encuentro en la capital del país, pero como bien se ha visto, la historia ya no pesa. Frente al Tolima habrá que llegar con un triunfo en el bolsillo y a batirse en el gramado del Atanasio.

Con la razón y siendo realista el verde no está para clasificar. Son muchas las inconsistencias  en su fútbol, en el andamiaje y en el ambiente. No podemos negarnos una realidad que convive con nosotros: Nacional luce descuadernado y hoy por hoy no podemos hablar de equipo.

Dependemos de individualidades y de las sorpresas que nos den unos cuantos. Algunos jugadores se les venció su estadía en Nacional y lo que el apaga incendios de Santa puede hacer, es algo que raya más con la ilusión que con la razón. El ambiente está para apretar los dientes. Unos hinchas desdeñan del equipo y se acomodan con algunos de los integrantes. Otros justifican los fracasos y nada aportan por una solución. Y otros tantos abogan, se arrodillan, sufren y lloran por un paso así sea condicionado, a una fiesta en la cual, sin engañarnos, no estamos invitados con argumentos.

Si hablamos bien de Nacional pecaremos de ilusos. Si lo criticamos, seremos acusados como antihinchas, pero con cabeza fría debemos saber que las cosas, en estos  momentos, se deben pensar con la razón y no con el corazón, de lo contrario seguiremos en las mismas y con los mismos.

Por ahora lo más correcto es apoyar al nuevo técnico en propiedad del verde. José Fernando Santa es de la casa, conoce a los jugadores y sabe que estar en Nacional exige un reto distinto. Sus actuaciones, decisiones y demás van por otro lado. Ahora hay que arropar a un “equipo” que necesita terminar el semestre de la mejor manera, esperemos que sea la de mayor beneficio para todos.

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