Por: Jonny Sampedro
@jonnysampedro

Nicolás Hernández tiene 21 años, nació en Villavicencio e hizo su debut como profesional ante Once Caldas con Atlético Nacional. Foto @nacionaloficial
En un año que genera muchas expectativas, dudas, y desconfianzas por la situación del TAS, las otras demandas al club, y lo que pueda hacer el equipo con una nómina corta, el joven central surge como la mejor noticia hasta ahora.
Acá no se estamos vendiendo a nadie. No somos empresarios, familiares del señor Nicolás Hernández, ni nada parecido para hablar bien del muchacho. Por lo que ha hecho hasta ahora, se ganó estas líneas. Ahora, si usted considera lo contrario, pare esta lectura, vaya a leer Vanidades, o lo que se le antoje, esto es un reconocimiento justo.
En lo que va de este año el hincha se ha preocupado por el TAS, la continuidad de Autuori, los refuerzos, la lesión de Henríquez, los resultados en Bogotá, porque no se gana todavía, porque no hay definición. Por eso es que causa tanta ilusión ver un juvenil que ha hecho bien las cosas.
La calidad, y lo que es bueno en el fútbol se nota al toque. No es necesario esperar un torneo para saber quién juega bien, o no. Lo supimos en el primer arrancón de Ibarbo ante Envigado (2008), en el primer partido de Borja ante Sao Paulo (2016), y cuando Stefan Medina sentó a Román Torres, Édgar Zapata, o Cristian Tula, porque era mejor que ellos.
Con este chico hay sensaciones parecidas. Sus intervenciones son acertadas, oportunas, y generan tranquilidad, pese a sus 21 años, recién cumplidos. Él se muestra con buena saltabilidad, ubicación, cabeceo, y concentración en el juego aéreo. Por el piso va con fuerza, sin miedo, pero limpio, no es mala leche.
Con el balón se tiene confianza. No teme arriesgar y jugar en largo, sea recto, para hacer un juego más directo; o con el trazo cruzado diagonal, para ampliar la cancha, tener profundidad y sorpresa con el extremo derecho.
Transportando el esférico lo hace bien, no se ve torpe con el balón, por el contrario, cabeza en alto, y tranquilidad para conectar al medio así tenga un rival encima. En cuanto a carácter, se ve maduro, con personalidad, no se ha arrugado en los cuatro juegos que lleva.
La pasión con la que juega es de las cosas que más agradan. Corre, sin ser muy veloz, mete, se automotiva, y aplaude cada jugada en la que interviene bien. Muestra hambre, ganas de triunfar, de no quedarle mal al público. Se ve que soñó mucho tiempo con esta oportunidad, y no la va a desperdiciar. Ojalá no se agrande, ni pierda el rumbo.
El técnico Paulo Autuori, es quien tiene la palabra ahora. ¿Traer un refuerzo para esa posición, o darle la oportunidad al joven? Si es un central de experiencia, líder, de selección e influyente, bienvenido. Nicolás le aprenderá mucho, porque todavía está biche.
Pero si es un jugador desconocido, proveniente de un equipo pequeño, de una liga menor, y de trayectoria cuestionada, hermano hay que jugársela con Nicolás Hernández. Los experimentos son más tolerables con canteranos, que con jugadores que no tienen sentimiento ni química con el club.
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Buen articulo, jugador interesante al que hay que seguirle la huella.
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Es un buen jugador hay que jugarnos la con el apoyo al cien
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