Por Sebastián Aguirre
@chepeverde
Todos unidos por un sueño: la estrella 13.
Sin importar lo que pase esta tarde en el duelo final ante el Deportivo Cali, el 2013 ya tiene la patente para ser considerado uno de los años más inolvidables de la historia verdolaga. Dos títulos y una final que en la víspera nos da como favoritos, pero que habrá que ratificar no solo en la cancha, sino en las tribunas, con una hinchada que anhela, sueña, con alcanzar la estrella 13 y la triple corona en la actual temporada.
Pese a lo anterior, y como manda la jerarquía verde, Nacional saldrá a demostrar que, hoy por hoy, es el mandamás del fútbol colombiano, así los del Cali se la hayan pasado hablando durante toda la semana, ilusionados con algunos buenos pasajes que tuvieron en el compromiso de ida jugado el pasado miércoles.
Se la pasaron Leonel Álvarez, Faryd Mondragón y Vladimir Marín, diciendo que fueron superiores y que “merecimos haber ganado”. Señores: las finales no se hablan, ni se merecen: se ganan. Y de eso sí que sabe el Verde paisa. ¿Se les olvidó cómo quedó Wílder Medina cuando cantaba delante de cámaras el “Volveremos volveremos…” que terminó entonando la fanaticada nacionalista ante su Santa Fe?
Por eso, me ha gustado el tono en que ha enfrentado ese duelo verbal nuestro entrenador Juan Carlos Osorio. Serio, respetuoso, sin meterse con lo que dicen sus rivales, sobre todo Leonel. Confío en que, en vez de estar parándoles bolas a los de Cali, Osorio se la pasó durante estos últimos días estudiando cómo doblegarlos, con Juan David Valencia encarando por la izquierda, con Fernando Uribe pendiente de sus centros, con Sherman afilado en sus pases, con Diego Peralta, Francisco Nájera, Alexís Henríquez u Óscar Murillo, quien quiera que juegue, repeliendo los rápidos ataques de los puntas azucareros, con Franco Armani cual gato sacando los que, espero, sean pocos remates del rival.
Termino estas letras y me preparo para almorzar, pero la comida me entrará despacio. Los nervios me invaden, restan cinco horas y media, y me imagino las filas para la entrada, con esos hinchas repletos de banderas, de aleluyas, de ilusiones, de esperanza. El estadio me espera, y sé que allá guardadita está una estrella que será nuestra. ¡Me la cuidan, porque esa es la trece que alumbrará esta noche el cielo verdolaga! ¡VAMOS LOS VERDES! ¡CON TODA CAMPEÓN!
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