20 AÑOS DE UNA GESTA HISTÓRICA


Por: El Pole

En diciembre de 1988 Atlético Nacional saldría subcampeón de un polémico torneo colombiano y ganaría así su derecho a jugar la edición siguiente de la Copa Libertadores de América.

El 15 de febrero de 1989 los verdes debutarían ante un encopetado Millonarios en el estadio “El Campín” de Bogotá, el marcador final seria 1-1, y el gol para el equipo verde lo anotaría René Higuita de pena máxima.

Los dos partidos siguientes también serían fuera de Medellín, al equipo paisa le tocaría visitar a los ecuatorianos Emelec y Deportivo Quito, de igual forma ambos cotejos  quedarían empatados a un gol, los tantos serían conseguidos por John Jairo Tréllez en el primero, y René Higuita en el segundo.

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Después de estas tres visitas, Nacional volvería a casa a jugar los tres partidos de vuelta, el primero de estos fue con Millonarios en el que el equipo verde calló por 0 – 2, los siguientes partidos de nuevo fueron contra Emelec que salió derrotado por 2 -1 con goles de Jaime Arango y Andrés Escobar, y Deportivo Quito que fue eliminado en Medellín con un contundente 3 – 1 por anotaciones de Luís Alfonso “El Bendito” Fajardo, Alveiro Usuriaga y John Jairo Tréllez.

Nacional pasaría segundo con 7 puntos a la siguiente ronda de la copa, mientras que Millonarios sería primero con 10.
En la segunda fase los verdes enfrentarían a un poderoso Racing de Avellaneda dirigido por Alfio Bacile, en el primer encuentro disputado en Medellín, el equipo antioqueño vencería por 2 – 0 a los argentinos con goles de John Jairo Trelles y León Fernando Villa, en el partido de vuelta Racing ganaría por 2 – 1, el gol verde lo conseguiría Felipe Pérez en el minuto 85 y le daría el paso al equipo colombiano a la siguiente ronda.

A medida que transcurría la copa, Nacional se tomaba confianza, jugaba mejor y seguía dejando rivales en el camino, para la siguiente ronda, de nuevo se encontraba con Millonarios que llegaba invicto a Medellín. Este partido sería ganado por el equipo verde con resultado de 1 – 0, el gol fue de Alveiro “El Palomo” Usuriaga, quien más adelante se convertiría en estandarte fundamental para llegar al título.

Nacional arribaba a Bogotá con una corta ventaja que debería mantener para poder seguir avanzando en la copa, y así lo hizo logrando un valioso empate a un gol ante los azules, este sería conseguido por John Jairo Tréllez, y se acrecentaría allí una rivalidad histórica entre estos dos equipos que aumenta con el pasar del tiempo.

El ya reconocido equipo de “Los Puros Criollos” lograba su paso a la semifinal y tendría que enfrentar allá al Danubio de Uruguay, uno de los máximos favoritos al título, en el primer partido de esta ronda los verdes lograrían un valioso empate a cero goles, pero sería en Medellín donde Nacional demostraría de que estaba hecho y le diría al continente que era un equipo para grandes cosas, con un histórico 6 – 0, los paisas lograron su paso a la gran final, los goles fueron de Alexis García(1), Alveiro Usuriaga (4) y Niver Arboleda (1).

El primer partido de la final se jugaría ante Olimpia el 24 de mayo en el estadio “Defensores del Chaco” de Paraguay, Nacional caería por 2 – 0, un resultado positivo para el verde, René Higuita, uno de los jugadores más importantes del conjunto paisa en esa copa afirma que “Nosotros le dimos gracias a Dios cuando perdimos 2 – 0, es que el partido de allá fue muy difícil, fue un partido para nosotros estar perdiendo 4 ó 5 – 0, cuando nosotros terminamos con el 2 – 0 dijimos, esto es de nosotros, allá nosotros remontamos”.

LA GRAN FINAL:
El pensamiento de Higuita y del resto del equipo era igual al de la hinchada verde, fue por esto que mas de 40 mil paisas decidieron viajar a Bogotá a vivir el último paso de Nacional hacia el título convencidos de que la copa se quedaría en Colombia, protagonizando de esta forma la excursión mas numerosa que haya hecho cualquier hinchada en la historia del país para seguir a su equipo del alma.

El 31 de mayo de 1989 “El Campín” estaba completamente lleno de antioqueños y de banderas verdes y blancas, ahora la capital recibía un regalo de manos de un equipo paisa que ningún club rolo había sido capaz de darles, vivir la final de una Copa Libertadores.

Ese día todo era fiesta, nadie pensaba en los dos goles en contra que se debían remontar, aun quedaban 90 minutos y un hambre infinito de gloria, los jugadores en el camerino se mostraban ansiosos y desesperados, pero Higuita los calmó con una sola frase “Jueguen tranquilos, que a mí nadie me hace gol”, y es que este joven arquero para esa época, mostraba ya una seguridad tal en el arco que le permitía a resto del equipo jugar con plena tranquilidad, porque todos sabían que con “el loco” bajo los tres palos, todo era mucho más fácil.

Nacional saltó al gramado y después de un desbordante recibimiento y la entonación de los himnos el partido inició, como siempre el verde con la serenidad que  transmitia Maturana y un estilo de juego vistoso con el balón al piso y avanzando constantemente hacia el área rival, hacia pensar a los hinchas que ganar la copa si era posible.

El primer tanto del partido llegaría en el minuto 36 después de que el “Palomo” Usuriaga gambeteara un par de veces por la banda derecha, llegara hasta el fondo de la cancha y metiera un centro rastrero que sería enviado al fondo de la red por Miño, este autogol fue producto de una extraña acción en la que el esférico pasa por el frente de un jugador verde, quien no logra impactarlo y va a parar directo a los nerviosos pies del defensor paraguayo que sin tiempo de reaccionar pone a perder a su equipo 1 – 0.

El partido continuó y los paisas seguían manejando los hilos del partido, el buen toque imperaba y las opciones iban y venían e Higuita daba la tranquilidad, que había prometido en el arco, hasta que en el minuto 46 sucedió lo que todo el país esperaba, Andrés Escobar sale jugando con el balón desde territorio nacionalista, se la toca a Leonel Álvarez que avanza con el esférico por la banda derecha, frena y ve justo a su lado, fuera de el área rival, a Alexis García, este recibe el esférico y de inmediato mete un centro elevado que es mal rechazado por un jugador paraguayo, Usuriaga hace uso de su estatura, salta y cabecea ganándole en la jugada al portero Almeida y envía el balón al fondo de la red.

Jubilo paisa en tierra bogotana, que esa noche apoyaba al equipo de los “puros criollos” como si fuera propio, esa noche no jugaba Nacional, esa noche jugaba Colombia vestida de verde y blanco.

El segundo tiempo fue aun más tensionante, ninguno de los equipos arriesgo mucho y ambos se resignaron a esperar el final del encuentro y rifar la copa en la lotería de los tiros desde los 12 pasos.

LOS 12 PASOS
Tiros que en unas condiciones similares para ambos bandos y con dos equipos conformados por jugadores normales serían una autentica rifa, pero lo que ellos no sabían es que Nacional contaba con un arquero diferente al resto, con un hombre superdotado de fútbol que poseía unos reflejos superiores a los de cualquier deportista de alto rendimiento normal, un genio que se hizo grande siendo figura en los lugares y momentos mas importantes de su carrera, y ese era  precisamente el momento para decirle al mundo que nacía un arquero diferente de verdad. Su nombre sobra.

La serie de disparos la inició Almeida para Olimpia y en ese instante René Higuita se empezaba a convertir en héroe tapando un balón que iba con fuerza hacia su mano derecha, Andrés Escobar cobró con gran seguridad y convirtió, Nacional empezaba ganado la serie; a continuación convertirían Usuriaga y Tréllez para los verdes, pero los paraguayos convertirían tres goles sin fallar y Alexis García erraba para dejar todo igualado hasta ese momento, de nuevo Olimpia cobraba y anotaba, y para los paisas llegaba el turno de Higuita, este chutó y convirtió, todo seguía empatado al finalizar los 5 cobros reglamentarios de cada conjunto.

El verdadero espectáculo había llegado, de nuevo “El Loco” aparecía para tapar un violento disparo proveniente del equipo rival, ahora solo quedaba esperar a que Felipe Pérez convirtiera el suyo, pero no, el balón sale con potencia por encima del arco y la angustia continua, Olimpia cobra su siguiente tiro, pero de nuevo el balón se encuentra con las manos de René y nadie se va en ventaja, Gildardo Gómez cobra para los “Criollos”, y a tan solo un gol del título este se vuelve a escapar porque el balón sale desviado por el palo izquierdo del portero. De nuevo Higuita tapa y en su turno Luís Carlos “El Coroncoro” Perea desperdicia su oportunidad de convertirse en héroe, a continuación  Olimpia tiene la oportunidad de irse en ventaja pero el balón se va por encima del horizontal.

Leonel Álvarez quien en repetidas ocasiones evadió la responsabilidad de cobrar ahora no se podía quitar, la orden directa de Maturana lo obligaba a pararse al frente del balón y decidirse si quería ser héroe y pasar a la historia por convertir el gol más importante en la historia verdolaga, o quedar como un cobarde que no merecía vestir los colores de Atlético Nacional, Leonel escogió la primera opción y así fue, asumió el riesgo de ser ídolo o villano y ganó, convirtió un gol que aun está plasmado en la retina de millones de colombianos, y que aunque pasen y pasen décadas nunca se borrará.

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