A finales de noviembre estuve en Quito en un Congreso Internacional sobre Integración, Fronteras y Migraciones. Allí presenté una ponencia sobre las relaciones entre la OMC y los TLC que se firman por todo el mundo. Aunque mi investigación se ha enfocado a la forma como los TLC reemplazan al organismo multilateral, este evento sirvió para entender otra cosa: los Tratados con potencias y otras naciones fuera de la región, matan el interés por una integración latinoamericana.
No desconozco que el debate ideológico entre gobiernos neoliberales -Colombia, Chile o el anterior de Perú- y presidentes de izquierda, dificulta las negociaciones de un proyecto común. Pero no podemos olvidar que la integración europea comenzó con un tratado que firmaron Alemania e Italia con otras naciones que les enfrentaron durante la segunda guerra mundial. Y esto sucedió sólo unos años después del fin del mayor enfrentamiento militar de la historia.
Por lo tanto, llevemos el tema por otro lado. Acabamos de asistir al surgimiento de la CELAC –Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe-, un nuevo esfuerzo por integrar a las naciones de la región. Pero, la historia de la integración latinoamericana es una montaña rusa de éxitos y fracasos que, como la entretención mecánica, no llega a ninguna parte (ver siguiente gráfico):

La pregunta que surge, entonces, es: ¿ofrece mayor potencial la integración regional o los TLC con el Norte Industrializado y los Mercados Emergentes? La primera evidencia que presentamos, indica que el comercio con países industrializados tiene mayor impacto que el comercio regional:

Sin embargo, tomando como ejemplo el caso colombiano, podemos reflexionar desde una perspectiva más cualitativa. Los TLC de Colombia con Estados Unidos y la Unión Europea buscan, entre otros objetivos, darle continuidad a las preferencias que, por décadas, las naciones industrializadas ofrecen a través del Sistema Generalizado de Preferencias –SGP- y el ATPA-ATPDEA. Y, es en ese punto donde se debilitan los argumentos en pro de los TLC y renace la pertinencia de una integración regional:

No idealicemos a la CAN, de hecho la mayor parte de las manufacturas se le vendían a Venezuela, nación que renunció al grupo en 2006. Pero, la realidad es que, mal que bien, ha sido la integración regional la que ha ofrecido resultados de comercio manufacturero, eso si, con excepción del sector textil-confección, el único que realmente ha tenido peso en nuestro comercio con naciones industrializadas.
Por ello, vale la pena preguntarse si son los TLC con Estados Unidos y la Unión Europea o la integración latinoamericana los caminos que deberiamos recorrer para coadyuvar a una transformación económica que se base en la innovación y la agregación de valor, y nos saque de nuestra condición de eternos proveedores de materias primas.
Excelente articulo.
Gracias Janeth:
bienvenida a nuestro blog
Hola Giovanny, como estas , este es un articulo interesante para la discusión pedagógica
felicitaciones ………abrazos
Gracias, Jairo por tu saludo.
Bienvenido a nuestro blog.
Hola!! Me encanto tu blog. Actualmente estoy construyendo mi anteproyecto de tesis para mi amestria de derecho internacional, y el tema quiero que este ligado a las relacioens internacionales. Me encantaria poder debatir algunos temas para mi tesis. Tienes algun correo al que nos podamos escribir?
Mil gracias
Apreciado Geovany, muy interesante tu artículo que nos demuestra el caso colombiano de exportaciones solo de materias primas, supongo que el caso debe ser muy similar para Ecuador. Es intersante comparar con el caso de los países del Sudeste asiático, que lograron procesos de industrialización muy rápidos, pero ahi la pregunta es por qué?, en gran medida creo que aplicaron verdaderas “revoluciones” en temas como educación, ciencia y tecnología y además planificaron entre el sector público y privado procesos de produccion y exportación tecnológica eficientes.
Bueno ya di mi pequeño aporte, la pregunta es ¿Crees que es posible reproducir el modelo del sudeste asiático o crear uno nuevo similar, en las actuales condiciones financieras, económicas y políticas del mundo?.
Saludos
Edwin
Hola Edwin:
gracias por tu comentario. En general se puede decir que el camino a tomar se parece a lo hecho en Sureste asiático, y que tu reseñas muy claramente: educación, ciencia, tecnología, innovación y emprendimiento. Sin embargo, no se trata de copiar una receta, ya que los contextos locales son diferentes y, además, han pasado casi 30 años desde el boom de las economías asiáticas: mucho ha cambiado en temas como desarrollo y cobertura de TIC, problemas y oportunidades medioambientales, desarrollo institucional, entre otros. Por lo tanto, hay diferencias entre el sureste asiático de la década de 1980 y lla atinoamérica actual, a la vez que, no hay plena afinidad entre las diferentes economías latinoamericanas: No es lo mismo el reto para Brasil o Chile que para Colombia o Venezuela.
En el caso colombiano veo más barreras sociopolíticas que de otra índole: la pésima distribución de la tierra, el carácter altamente rentista del capital o la ausencia de una burguesía de avanzada que vea en el capitalismo moderno, el camino para la acumulación, son evidencias de que no hay voluntad para fortalecer la mano de obra, formalizar el empleo, industrializar el campo o agregar valor a la riqueza de commodities que poseemos. Por esta ausencia, el país sigue siendo un proveedor de materias primas.
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