Sucedió hace 50 años
1965

Una muerte al pie del deber

La muerte encontró al doctor Bruno González G. cuando se preparaba para realizar una cirugía. Sus enfermos le tuvieron fe e inspiró en sus pacientes y familiares un amor inconmensurable. Lo absurdo de las luchas políticas en Colombia obligaron al doctor González a abandonar la tierra en que sólo sembrara bondad y eficiencia profesional sin más razón que la de que no consiguieron que manchara su nombre y su carrera cohonestando infamias que herían en lo más vivo su alma de cristiano, de médico, de caballero.

Estaba dispuesto a servir a la hora en que se le necesitara. Sabía ser médico, consejero y amigo al mismo tiempo. Se daba por entero, lo mismo al pudiente que al menesteroso. La conmoción que su muerte ha producido en todas las capas sociales nos reconcilia con la vida.  Es la demostración de que perduran valores espirituales que creíamos arrasados.  Y para el cuerpo médico es la clara advertencia de que en la sociedad no ha desaparecido el culto “médico de familia”.