Las agremiaciones de comerciantes formales e informales aseguran que en el Centro de Medellín no se había visto nunca tanto ventero en las calles. Según sus cuentas, después de la pandemia andenes y vías se llenaron de informalidad de manera descontrolada, con apenas control por parte de Espacio Público.
Los datos manejados por la Unión General de Trabajadores Informales (UGTI) hablan de que en todo el Centro hay 35.000 venteros, mientras que antes de la pandemia se hablaba de cerca de 12.000, “según las cifras que conocimos por parte de la Gerencia del Centro”, indicó Guillermo Giraldo, presidente nacional de esta agremiación.
Este incremento se debe al aumento del desempleo por cuenta de las restricciones para controlar el covid-19 y al crecimiento de la población extranjera que está llegando a la ciudad buscando mejores oportunidades.
Lubín Torres, vocero de la organización Familia de la Calle, que agrupa a otro sector del comercio informal en la comuna 10 (La Candelaria), dijo que las medidas tomadas por el gobierno en el marco de la pandemia, sumado a la inflación, empobrecieron mucho más los trabajadores de la economía popular.
De formal a informal
Uno de los puntos que ha llevado al aumento de esta población de comerciantes es la quiebra de establecimientos formales o la decisión de estos de buscar una mayor rentabilidad en las calles con la venta de sus productos.
Duber Ledesma, líder de la agremiación Centro Unido, expresó que las pocas garantías que se le han dado a los comerciantes ha llevado a que esté al alza el fenómeno de pasar de la formalidad a la informalidad, a sabiendas que antes se daba el fenómeno a la inversa.
De acuerdo con las estadísticas del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane), la cifra de informalidad en Medellín y el Valle de Aburrá está en el 40,5%, que es una de las cifras más bajas de todo el país, solo por encima de Manizales. Si bien a finales de 2020 estaba en el 43,8%, antes de la pandemia esta modalidad de trabajo estaba en el 40,1%.
Para Torres, esta cifra no es tan precisa porque no especifica a los que él llama trabajadores de la economía popular, aunque no desconoce la alarmante situación que se está viviendo en el corazón económico de Medellín.
Los puntos más críticos
Aunque todo el Centro de Medellín se ha vuelto punto crítico del incremento del comercio informal, hay sectores en los cuales hay un predominio de estas personas.
“Las zonas donde más se han ubicado estos comerciantes son Bolívar, Carabobo, Junín, Maturín, La Playa y Boyacá. Lo hacen, principalmente, con la ropa, los cacharros, el calzado y la ropa”, especificó Giraldo.
El sector de El Hueco ha sido el que más ha sentido esta alza de la población, donde, según Centro Unido, ha llegado a los 21.000 comerciantes ambulantes en este punto de la ciudad, superando la cantidad de trabajadores de la formalidad.
“En El hueco tenemos en estos momentos 21.000 trabajadores informales, que equivale al 60% y la formalidad está en los 17.000, que son el 40%. Ya son más los trabajadores informales que los formales”, expresó Ledesma.
Incluso, los gremios de venteros y comerciantes tienen establecidos los puntos donde predominan los comerciantes, según su nacionalidad, así como los productos que comercializan.
“De Bolívar a la avenida de Greiff se ve mucha población venezolana y estos se reconocen, primero porque venden muchos productos de allá como empanada venezolana o chicha. Además, tienen un comportamiento particular que permite identificarlos inmediatamente”, manifestó el presidente de la UGTI.
Según Medellín Cómo Vamos, tomando como referencia el informe de calidad de vida entregado en 2020, el incremento de la informalidad, debido a las consecuencias de la pandemia, plantea un reto porque disminuye el volumen de las contribuciones y financiamiento a la seguridad social, obstaculiza el incremento de la productividad laboral, es una fuente de inestabilidad laboral y afecta negativamente los ingresos relativos de los trabajadores.
Solución de la Alcaldía
La Alcaldía de Medellín reconoce que los comerciantes informales son un fenómeno complejo de controlar, sobre todo a partir de su incremento en los años recientes.
La Subsecretaría de Espacio Público, al preguntarle el control de los venteros ambulantes, respondió que avanza en el proyecto de reubicación, formalización y organización de sectores priorizados en la comuna 10, sin afectar a la población vulnerable y restableciendo las zonas de peatonales.
Enfatizó en que la transformación de esta población se está trabajando desde el programa intervención territorial estratégica de Medellín, más conocidos como los Item.
Estos consisten en convertir espacios de ciudad en mercados de las segundas oportunidades, en los cuales estarían implicados los venteros que fueran identificados, los cuales serán distribuidos de acuerdo con el sector comercial al cual se dedican.
Se harán en varios pasos, fundamentados en la sociabilización del Item frente a los venteros, comerciantes formales e instituciones gubernamentales, construcción y firma del compromiso de convivencia comercial por parte de los venteros, instalación de los módulos pilotos en el mercado de la segunda oportunidad, creación de mesa de trabajo con los diferentes actores en la zona y fortalecimiento de las asociaciones existentes.
Si estas estrategias tienen éxito se acabaría una de las mayores complicaciones en la movilidad de peatones y conductores en los principales corredores del Centro. “La movilidad tanto para el vehículo como para el peatón se está volviendo cada vez más compleja por la cantidad de comerciantes informales”, concluyó Ledesma
710.000
personas están trabajando en la informalidad en Medellín, indicó el Dane.
35.000
venteros ambulantes se estima que hay en el Centro, según las agremiaciones.
