Era un día soleado en el corregimiento Santa Isabel, de Remedios (Nordeste antioqueño). Esta semana había caído una que otra lluvia, pero lo que pasó el lunes todavía tiene al pueblo sin respuestas. Pasadas las 5:00 p.m. del lunes, el cielo se oscureció y en cuestión de minutos el viento sopló con tanta furia que se llevó el 80% de los techos del caserío.
El vendaval no dejó mucho de dónde agarrarse. Lo que comenzó como una tormenta con granizo dejó a más de 800 personas sin refugio para un próximo aguacero.
“Todo empezó con una llovizna y en un abrir y cerrar de ojos se convirtió en un vendaval que tumbó el techo de los dos colegios”, contó Luz Adriana Botero, auxiliar administrativa de la Institución Educativa Rural Pablo VI. Allí quedó completamente a la intemperie el segundo piso donde se encontraban niños de básica primaria al momento del fenómeno.
Los niños que se encontraban en clase a esa hora fueron rápidamente desplazados por las profesoras para la biblioteca y oficinas del primer piso, donde una losa los protegía.
Además, su otra sede, ubicada en Los Lagos, también perdió completamente su techo y están a la espera de una respuesta por parte de la Secretaría de Educación para continuar sus clases en otro colegio del municipio, mientras reparan su institución. Las clases continuarán suspendidas para los más de 568 estudiantes de ambas sedes hasta nuevo aviso. “Se nos mojó todo: los pupitres, los tableros, los escritorios”, dijo Botero.
El alcalde de Remedios, Albeiro Arenas Molina, afirmó que en este momento más de 200 familias se encuentran afectadas, lo que representa casi el 80% de la población del corregimiento. “Gracias a Dios no lamentamos pérdidas humanas, pero los daños materiales sí fueron graves. Las dos sedes del colegio quedaron destechadas y hasta la iglesia quedó descubierta”, explicó el alcalde, quien aseguró que la situación es complicada, pero se están tomando las medidas necesarias para atender la emergencia.
Los locales comerciales tampoco se salvaron. Según el censo inicial, el 70% de los negocios sufrieron afectaciones por el movimiento de tejas. “Eso fue cuestión de minutos. Primero lluvia, luego viento y terminó hasta con la materia prima de los locales que se quedaron sin techo y continuó lloviendo en ese momento”, comentó Diego Duque, líder social de Remedios.
Y, como si fuera poco, el vendaval también tumbó árboles que bloquearon la vía principal que conecta a Remedios con Medellín. Esta vía que es el paso obligado para el municipio de Remedios dejó troncos en mitad de vía, teniendo la comunidad que abrirse paso para despejar la carretera.
Carlos Ríos Puerta, director del Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Antioquia (Dagran), informó que continúan a la espera del censo para poder brindar las ayudas necesarias. “Estamos esperando que termine la caracterización y de cuantas son las familias damnificadas para actuar con ayudas humanitarias, materiales de techos o con maquinaria amarilla”, dijo Ríos Puerta.
Además, el Dagran afirmó que en el departamento ya se han registrado 1.178 emergencias este año, 454 de ellas relacionadas con las lluvias.
Y se preparan para las posibles próximas afectaciones con vísperas al Fenómeno de La Niña para octubre, noviembre y diciembre, asegurando: “Nos hemos venido comunicando con los consejos de gestión del riesgo y los alcaldes de los 10 municipios que se han visto afectados por lluvias este año: Cañasgordas, Vegachí, Remedios, Granada, Betulia, San Carlos, Cocorná, Tarso, Santa Fe de Antioquia y Argelia”, detalló el director Carlos Ríos.
La iglesia que presentó daños en su techo también se encuentra a la espera de los arreglos por parte de la administración municipal, pues este daño ha perjudicado su horario de eucaristías y bienes.
Este vendaval no fue solo un susto. Los daños materiales han sido tan significativos que tienen en espera a los estudiantes de ambas sedes para retomar clases, mientras los habitantes y comerciantes de Santa Isabel esperan que las ayudas humanitarias y los techos lleguen con prisa para aguardarse de una pronta lluvia o un vendaval que, como este, no den aviso.