A Schrader Camargo, la firma a la que EPM le entregó las obras finales de las unidades de generación 3 y 4, y la cual está en carrera dentro de un consorcio junto con la china Yellow River para quedarse con el contrato de $1 billón para las unidades 5 a la 8, le acaban de adjudicar un jugoso contrato por $125.523 millones para taponar y clausurar los túneles de desviación en el mismo Hidroituango.
Esta empresa, fundada en 1963 en Bogotá, reconocida en el gremio como especialista en montajes, sobre todo en el sector petrolero, aunque también ha participado en obras para empresas químicas, metalúrgicas, alimenticias, cementeras y mineras, apareció en el radar de EPM en este gobierno, cuando firmó al menos tres contratos entre 2020 y 2021 por $1.989 millones, todos para ejecutar tareas en la planta de tratamiento de aguas de Bello.
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Las cifras contratadas con EPM se dispararon desde 2022. El 28 de octubre de ese año le adjudicó a Schrader Camargo, dentro de una solicitud privada de ofertas, la ejecución de las obras civiles faltantes para las unidades de generación 3 y 4, un contrato con un valor inicial de $35.250 millones. Pero a este contrato, que ya lleva cuatro actas de modificación bilateral, se le han adicionado $19.511 millones y el plazo, que vencía en junio, ahora quedó para el 15 de diciembre.
Y ahora, en plena ejecución del contrato para poner en servicio antes del 30 de noviembre las unidades 3 y 4, y en carrera con la china Yellow River para quedarse con el contrato de $1 billón en las unidades 5 a la 8, apareció un nuevo negocio entre EPM y Schrader Camargo.
Esta vez, por modalidad de solicitud única de oferta, EPM le adjudicó a Schrader Camargo el pasado 21 de septiembre las obras civiles que consisten en el taponamiento del túnel de desviación derecho y la clausura de otros túneles de desviación en el proyecto.
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El alto valor del contrato llama la atención: $125.523 millones, con un plazo de ejecución de 330 días. EPM le ofreció un anticipo de hasta el 15%, aunque en ese escenario se causarán intereses.
Según se lee en la aceptación de EPM, Schrader realizará algunas actividades que son necesarias para el lanzamiento de esferas dentro de los túneles, tales como la fabricación de las válvulas, el suministro de equipos de bombeo de concreto, el suministro de materiales para el filtro, el suministro de perforadoras, entre otras que se requieran para iniciar esa actividad.
¿Y el contrato de $1 billón?
La licitación para culminar los trabajos en Hidroituango, que costarán $1 billón para terminar las unidades 5 a la 8, podría quedar en manos de las mismas empresas que fueron desestimadas por EPM en febrero pasado. Se trata del consorcio integrado por Yellow River, de China, y la mencionada Schrader Camargo.
La primera conclusión de un informe presentado por EPM es que la oferta de Yellow River y Schrader fue la más cara. Además del Consorcio CYS (integrado por Yellow River y Schrader Camargo), también participaron Todini Costruzioni Generali, de Italia, y la gigante estatal china Gezhouba Group.
La oferta más económica fue la de Todini, que aseguró poder terminar la hidroeléctrica con $917.224 millones; en segundo lugar estuvo Gezhouba, con $932.269 millones; y de última quedó la oferta de CYS, que señaló necesitar $1.126.462 millones. Por el lado de la experiencia, la oferta de CYS también fue significativamente inferior en comparación con sus competidores.
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Si se pone la lupa en Schrader Camargo, los informes muestran que EPM esta vez sí le valió la construcción de la Embajada de Estados Unidos (1993 y 1995) y un complejo de la Cervecería del Valle (2006 y 2008). Estas dos obras fueron rechazadas en la licitación que se declaró desierta en marzo pasado, en medio de alertas de la Procuraduría General de la Nación.
El pasado 14 de septiembre, EPM le respondió las observaciones presentadas al informe de análisis y conclusiones por la italiana Todini Costruzioni. Según determinó EPM en su momento, Todini no cumplió con una garantía de seriedad, mientras que la china Gezhouba se rajó también en ese punto y en su componente de aseguramiento, por eso el Consorcio CYS pasó como el único elegible en el proceso.
Todini controvirtió el motivo de EPM y afirmó en su reclamación que radicó una carta que respalda la garantía por el banco extranjero Deutsche Bank. “Equivale a una operación de fronting como se conoce en seguros, respondiendo cuando sea necesario el banco local BBVA de Colombia”, se lee.
EPM respondió que, si bien se presentó la garantía bancaria emitida por un banco extranjero, esta no cumplía con la confirmación de un establecimiento bancario en Colombia, tal como se establecía en los requisitos. El oferente también manifestó no estar de acuerdo con la eliminación de su oferta por parte de EPM, porque dentro de su compañía no tenía ninguna persona sancionada en un listado que publica el Banco Mundial y el BID, hecho que configuraba una causal de eliminación.
Manifestó que la persona sobre la cual versa el cuestionamiento no tiene una sentencia ejecutoriada por ninguna autoridad internacional.
EPM respondió que tras consultar directamente al Banco Mundial frente a la inclusión del oferente en la citada lista, certificó que estaba inscrito en la misma como consecuencia de un acuerdo de exclusión cruzada con el Banco Asiático de Desarrollo.
En todo caso, aunque EPM aún está en la etapa de evaluación final para saber si adjudica o declara nuevamente desierta esta licitación, todo parece indicar que, pese a las alertas que se emitieron desde el año pasado, serán las firmas más cuestionadas las que asumirán las obras finales de la hidroeléctrica.