El cementerio de Itagüí ‘resucita’ con nuevo Cristo
Remodelación del espacio busca salvar el camposanto de más de 173 años de historia. En la obra, financiada por la feligresía, se han invertido $1.000 millones.
Este Cristo resucitado fue instalado durante la remodelación del cementerio de Itagüí. Foto: Camilo Suárez
Desde hace 15 días los fieles que visitan el cementerio de Itagüí notaron desde su entrada que una nueva e imponente figura se alza en el centro del camposanto que data de 1850.
La estatua, un Cristo Resucitado de casi cuatro metros que fue esculpido por el maestro marinillo Julio César Gómez, fue instalada en el templete del cementerio Virgen María del Rosario de Itagüí como parte de las obras de renovación de este espacio que arrancaron en agosto de 2022.
El nuevo Cristo reemplazó al crucificado, un poco más grande, pesado y antiguo que hace unas décadas estaba allí iluminado de una forma tan perturbadora que más de una vez le hizo apurar el paso a los asustados transeúntes que cruzaban por allí de noche.
Uno de los 15 obrero encargados de las tareas durante las labores de remodelación. Foto: Camilo Suárez
La antigua figura del hijo de Dios era un reflejo del estado de abandono que tenía el cementerio desde hacía un tiempo. El Cristo tenía su madera bastante comprometida por el comején y su base estaba ya afectada por el accionar de las termitas.
Desde hace casi 10 años el pesado crucifijo era sostenido por unas cadenas que a su vez pendían de las columnas del templete para evitar su caída. Sin embargo, así la figura parecía más una representación de algún mito griego que Jesús en su suplicio.
De otro lado las siete galerías con casi 14.000 espacios para el reposo de restos mortales —entre bóvedas activas, cenizarios y osarios— amenazaban ruina y derrumbe por culpa de las humedades a raíz de la falta de desagües aptos para evacuar aguas lluvias.
Una rareza entre el mausoleo: una tumba adornada con una lápida de fina madera que está cerca de cumplir 90 años. Foto: Camilo Suárez
¿Qué se ha hecho?
Ante este panorama los dos últimos párrocos de Nuestra Señora del Rosario de Itagüí, aprovechando la renovación del templo, se metieron en la misión de también a salvar al cementerio.
“El padre Carlos Mario decidió que teníamos que ponerle mano porque de seguir así, esto se iba a caer”, explicó el párroco Luis Alberto Ángel.
Según Ángel, lo hecho hasta ahora comprende la adecuación de trabajos para integrar la red de desagües al alcantarillado público y subsanar las humedades.
También se renovó el templete que data de 1952 y que fue construido por el arquitecto italiano Albano Germanetti —quien también diseñó las iglesias principales de Bello y de San Pedro de los Milagros— y se unificaron las lápidas de este mismo espacio para mayor practicidad y estética.
Además, mejoró la iluminación, se embaldosaron los pasos peatonales y se modificó la entrada para que por fin pudieran ingresar coches fúnebres hasta el centro del cementerio.
En estas tareas ya se invirtieron casi $1.000 millones y aún así falta mucho por hacer. Entre las tareas pendientes está restaurar el crucificado y entronarlo en otro templete al lado de la entrada para así hacer junto al resucitado una alegoría religiosa que represente el paso de la muerte a la vida eterna.
El templete ha sido renovado y los osarios exteriores de su base han sido uniformados haciéndolos más estéticos y prácticos. Foto: Camilo Suárez
“Ahí descansan nuestros seres queridos y merecen un sitio digno, además que es un lugar santo. Sí, sabemos que es una labor dura y costosa. Pero, si nosotros como parroquia y feligresía no cuidamos lo santo, ¿quien lo hará entonces?”, acotó Ángel.
Tire y afloje con historiadores
La remodelación no ha estado exenta de polémicas. Según el párroco, a las habladurías de los chismosos que decían que el cementerio se iba a vender para hacer otras construcciones, también se sumó cierta reticencia de los historiadores y veedores de Itagüí por el grado de patrimonio del espacio.
El 26 de septiembre de 2022 la Veeduría Territorial de Itagüí denunció ante la Alcaldía que las intervenciones hechas en el cementerio —que desde 2007 es declarado bien patrimonial— se estaban haciendo sin autorización.
Una de las lápidas más antiguas del cementerio que aún se conservan en su estado original. Foto: Camilo Suárez
Y aunque el párroco demostró que había elevado la solicitud el 28 de septiembre, el 5 de octubre de 2022 las remodelación del templete y de la entrada fueron suspendidas.
Posteriormente, el 20 de octubre, la municipalidad informó a la veeduría que había dado los permisos para hacer las obras, las cuales siguen hasta hoy mientras que la Veeduría continúa en sus empeños por escalar el caso.
“Todos los trámites legales para la intervención del bien patrimonial se hicieron ante la alcaldía con el acompañamiento de ingenieros, arquitectos y expertos. Y todos se surtieron de forma satisfactoria”, se defendió el sacerdote.
Desde la parroquia de Itagüí recordaron que el cementerio sigue funcionando como habitualmente lo venía haciendo de lunes a sábado de 10:00 a.m. a 12:00 p.m., y de 2:00 p.m. a 4:00 p.m. Los domingos se abre de 8:00 a.m. a 3:00 p.m., de forma continua con la tradicional misa a las 10:00 a.m.
El espacio sigue abierto al público y en él cada domingo se celebran misas a las 10:00 a.m. Foto: Camilo Suárez
Desde allí mismo contaron que si bien el proyecto sigue adelante gracias a los aportes de la feligresía, que se agradecen de corazón, todavía se requieren más recursos para completarlo y así poder darle al cementerio otros 200 años más de vida y de historia.
“A la gente hay que inculcarle sentido de pertenencia porque esto también es patrimonio de la comunidad. Por eso el proyecto que se tiene es tan grande, pero esperamos seguir contando con el apoyo de la gente”, concluyó Ángel.
Vista aérea del cementerio, que por el crecimiento urbanístico quedó ubicado en el medio del barrio Las Mercedes de Itagüí Foto:Camilo Suárez
Llegó a tener 1.500 entierros diarios
En Historia de Itagüí, de Gabriel Hoyos y Ángela Molina, aparece que el cementerio data de 1850 y que para 1873 tuvo su primer capilla. Según cuentan los trabajadores, la aparición del cementerio se dio luego de que una de las familias fundadoras de Itagüí donara el predio para que este se destinara como camposanto por allá en 1.830.
Para 1915 ya tenía su característica portada enrejada y a partir de 1927 el cementerio figura como una de las propiedades de la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario de Itagüí.
Según los trabajadores del camposanto, el cementerio pese a ser un espacio de muerte también es un reservorio de vida silvestre y de fauna que allí crece. Foto Camilo Suárez
En 1952 inició la renovación que incluyó la construcción del templete y la instalación de la imagen de un ángel en la entrada para que “no se salieran las ánimas”. Años después otros dos ángeles se unirían al cementerio.
Entre 1980 y 1990el cementerio tuvo una ampliación afanada, pues llegó a tener 1.500 entierros por año por la violencia. Por ello la estética de sus segundos pisos es relativamente diferente.
Una de las curiosidades del cementerio es una lápida en madera fina que está próxima a cumplir 90 años desde su instalación sin corromperse.
