La histórica caída en el número de homicidios que protagoniza Medellín, este año, con la cifra más baja desde la década de 1970, también se está impactando a Antioquia.
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Sin importar la crisis de seguridad que atraviesan subregiones como el Nordeste, el Norte, el Bajo Cauca y el Suroeste, el departamento también ha registrado una caída significativa en su número de asesinatos este año, en una tendencia que se atribuye principalmente lo que ocurre en Medellín.
En comparación con 2023, en Antioquia se registra una reducción de 38 casos este año, ya que ha habido 1.265 asesinatos, mientras que el año pasado, a la fecha, iban 1.303 en los 125 municipios.
La sola reducción de la capital antioqueña supera lo que está ocurriendo en los otros 124 municipios del departamento, ya que la cifra llega a los 47 casos menos. El año pasado se contabilizaban 291, mientras que en 2024 la cantidad apenas está en 244.
La baja metropolitana se impulsa con otros cuatro municipios que tuvieron un 2023 más complejo. La reducción más marcada se mostró en Caldas, con 52,2% menos, pues el año pasado se contabilizaban 23 homicidios y este año van 11. Sigue Barbosa, que tiene una baja del 33,3%, Bello, 30,8%, y Copacabana, que está 18,8% por debajo.
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Sin embargo, el sur metropolitano ya empieza a eliminar la ventaja reduccionista de homicidios, en tanto Envigado, Itagüí y La Estrella tienen altos incrementos.
Envigado, por ejemplo, registra nueve casos, los mismos totalizados en 2022 y 2023; Itagüí, que pasó de siete homicidios en 2023 a 13 en 2024, y La Estrella, que subió de cuatro a nueve asesinatos, con un alza del 125%. Girardota es otro de los que presenta cifras en rojo, pasando de 10 a 13 homicidios del año pasado a este.
Las subregiones críticas
La que se encuentra en estado crítico es el Bajo Cauca, que observa un incremento del 59,5%, ya que este año van 126 crímenes, contra los 79 que iban el año pasado, en medio de disputas de grupos armados por el control de las rentas criminales y el oro.
Caucasia es el que más arrastra las cifras en esta subregión, pasando de 29 casos el año pasado a los 48 que se contabilizan en el 2024, con una variación del 65,5%. De hecho, en esta subregión el único municipio que presenta reducción es Nechí, donde solo se contabilizan dos casos, contra los siete del año pasado.
Cáceres los duplicó de un año a otro (14 en 2023 a 28 en 2024), El Bagre pasó de 11 en 2023 a 23 en 2024, Tarazá aumentó de 10 a 15 y Zaragoza pasó de ocho a 10 asesinatos de un año a otro.
Las crisis de seguridad de Amalfi y Remedios hicieron que los homicidios en el Nordeste se incrementaran en un 36,4%, ya que este año van 165 casos, mientras que en el 2023 se registraban 121. Incluso, ya se superaron los 155 reportados en todo el 2023, al 31 de diciembre.
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Amalfi es el municipio con mayor incremento, no solo de la subregión sino de Antioquia, con el 240%, pasando de 10 casos el año pasado a los 34 de este, todo por cuenta de las dos grandes disputas que se registraron en la localidad, como la del intento de incursión de la banda El Mesa allí y luego la guerra librada por Eusebio de Jesús Agudelo Hernández, alias El Enano.
Remedios, por su parte, pasó de 19 casos a 45 en este año, lo cual está explicado por las disputas territoriales de los grupos armados.
Yarumal y Valdivia arrastran también el alza en los asesinatos del Norte antioqueño, que contabiliza 116, contra los 100 que iban el año anterior, en medio de confrontaciones entre el Clan del Golfo y la unión del Estado Mayor Central y el ELN. Yarumal, entre tanto, pasó de 20 a 31 homicidios, mientras que Valdivia tenía siete y ahora está en 17.
La cantidad de homicidios en el Suroeste y el Oriente están por debajo del 5% este año, pero también dan muestra de la crisis de seguridad que se contabiliza por fuera de las fronteras del Valle de Aburrá. En el Oriente hay una igualdad a 153 casos en 2023 y 2024, mientras que en el Suroeste se pasó de 168 a 175.
La contracara de las cifras de homicidios en Antioquia la tienen Urabá, Occidente y Magdalena Medio ya que todas presentan reducción a pesar de los problemas de seguridad con los que conviven.
El Occidente es el caso más significativo, ya que bajó de 76 casos el año pasado a 61 este año. Solo hay aumentos en Liborina (1 a 5), San Jerónimo (5 a 7), Cañasgordas (4 a 7) y Anzá (3 a 5). Los demás municipios registran reducción o, al menos, no presentan alzas.
Urabá tiene una baja del 41,7%, pasando de 144 casos en 2023 a 84 en 2024, mientras que el Magdalena Medio pasó de 53 casos el año pasado a 38 en este.
Para mejorar la situación de seguridad en las subregiones, desde la Gobernación de Antioquia vienen trabajando para atender los problemas de seguridad, desde las particularidades de cada territorio.