La reciente decisión de la Alcaldía de Medellín de seguir operando la Clínica de la 80, cuando esta ya tiene un nuevo propietario que la compró por $96.500 millones, generó no solo el llamado de acompañamiento y control a Procuraduría y Contraloría, sino también dudas sobre por qué la administración sigue empeñada en adquirir el inmueble o que le reconozcan las inversiones que allí hizo.
El primer punto causa preguntas porque el negocio entre la EPS Saludcoop en liquidación (antiguo dueño del bien) y la Clínica Vida (el nuevo) ya está cerrado. El segundo, porque la Alcaldía firmó, en marzo de 2020, un contrato de comodato precario con Saludcoop para que le prestara el inmueble sin cobrarle un peso con el fin de atender la pandemia, y se estableció que inversiones en adecuaciones o mejoras no serían reconocidas.
Hoy, a la Alcaldía se le señala de “retener” un bien y de actuar de forma unilateral y arbitraria. Y el giro inesperado de esta historia revive momentos en los que el alcalde Daniel Quintero se ha referido a la Clínica de la 80 con aseveraciones que no se cumplieron o que no correspondían a la realidad. Aquí el recuento:
“Clínica de la 80 tendrá 170 camas UCI”
La primera gran noticia que dio Quintero, tras suscribir el contrato con Saludcoop, fue que allí se iban a instalar 170 camas UCI (cuidados intensivos) para atender pacientes con covid-19. En ese entonces, Antioquia tenía 502 de estas camas, 60 casos confirmados y cero muertes por el virus. La medida fue una forma de prepararse para manejar la pandemia.
Sin embargo, el lugar nunca fue dotado con camas UCI porque no había suficiente personal especializado. Tras su apertura, el 13 de julio de 2020, la clínica sirvió para descongestionar los servicios de otras instituciones que atendían pacientes con covid-19 y, finalmente, se anunció que allí estaría la primera Unidad de Cuidados Respiratorios Especiales (UCRE) para tratar y monitorear a personas con insuficiencias respiratorias. Entre los 6.154 pacientes atendidos allí entre el 23 de julio de 2020 y el 31 de octubre de 2021, según la Secretaría de Salud, hubo muchos con padecimientos distintos a coronavirus.
“Inversión se recuperó con pago de EPS”
En el consejo de gobierno del 14 de febrero de este año, el alcalde manifestó tranquilidad ante la venta de la Clínica de la 80 a un privado, pese a que su promesa desde el comienzo fue que la Alcaldía la compraría. Dijo también que el dinero público invertido ($23.744 millones solo en adecuaciones locativas y de infraestructura) ya se había recuperado con el pago de las EPS al Hospital General de Medellín (que operó la clínica durante el comodato) por la atención a pacientes.
Más importante aún, Quintero afirmó que los casi $96.000 millones que dispuso para comprar el lugar los destinaría a la construcción del Hospital del Norte, una prioridad de esta administración, incluida en el plan de gobierno.
Quintero todavía no ha presentado pruebas de que se recuperó lo invertido. Tampoco ha dado detalles sobre la Clínica del Norte, una necesidad prioritaria para la ciudad, según expertos en salud.
Entre otras cosas, esto tampoco concuerda con la decisión de la Alcaldía de no entregar la clínica como una forma de proteger los dineros públicos invertidos, sin contar que en el contrato de comodato firmado, se estableció que “en ningún caso Saludcoop asumiera obligación alguna de reconocer el costo de tales obras o reparaciones”.
Tampoco ha sido posible establecer si la nueva propietaria del lugar comprará los equipos adquiridos por la administración municipal para ponerlos en funcionamiento y muchos de los cuales hoy están en bodegas, según personal médico que trabajó allí.
“El agente liquidador no quiso vender”
En medio de la gran polémica que desató el anuncio de no entregar el inmueble, la Alcaldía indicó que hubo una negativa del agente liquidador de Saludcoop, Felipe Negret Mosquera, de vendérselo al Municipio, algo que el mandatario reiteró en algunos medios de comunicación.
Negret Mosquera desmintió esta versión y aseguró que nunca hizo un compromiso de venta a la Alcaldía, pero que tampoco se negó a tenerlo entre los posibles compradores. De hecho, en varias ocasiones, el agente liquidador le dijo a este diario que avanzaban las negociaciones con la administración municipal, algo que confirmaron Quintero y su secretaria de Salud, Andree Uribe, al decir que ya habían presentado la propuesta de compra.
La razón por la que la Alcaldía no logró comprarla radica en que ninguna entidad pública podía negociar con Saludcoop, pues tiene una sanción fiscal vigente, tal como lo explicó el mismo alcalde en su consejo de gobierno del 14 de febrero pasado.
“Clínica seguirá atendiendo por pandemia”
El pasado viernes, la Alcaldía argumentó que a través de la Clínica de la 80 seguiría prestando servicios a los ciudadanos y para la atención de la pandemia. El argumento es que en el país no se ha levantado la declaratoria de emergencia sanitaria, lo que permitiría que el contrato de comodato siguiera, si este no se hubiera dado ya por terminado tal como quedó en carta enviada a Negret por la secretaria Uribe, el 21 de febrero.
Dos detalles llaman la atención. El primero que desde noviembre no se atienden pacientes en la Clínica de la 80 y la Alcaldía procedió, incluso, a sacar equipos y a hacer inventarios, como aseguraron varios empleados del lugar. Además, Saludcoop aseguró el viernes pasado que el sitio permanecía cerrado y sin pacientes.
El segundo es que la realidad de la pandemia en Medellín y Antioquia no concuerda con la supuesta necesidad de mantener en comodato la clínica, pues han disminuido los casos de contagios y muertes por esta causa, así como la ocupación UCI. Asimismo, esto se contradice con la forma como el alcalde se ha referido a la pandemia en los últimos meses: optimista, celebrando el desuso de tapabocas y propiciando la reactivación social y económica.
De cualquier forma, esta semana se debería conocer qué responden los organismos de control ante la actuación de la administración y el llamado de Saludcoop a que acompañen una restitución organizada del bien, que espera convertirse en un gran centro para atender el cáncer y empezar a operar en julio de este año, en cabeza de su dueño, la Clínica Vida
