La posesión del gobernador electo de Antioquia, Andrés Julián Rendón, el próximo lunes primero de enero, estará cargada de simbolismos alusivos a la unidad de los antioqueños y al rescate de los valores culturales que han hecho surgir la cultura y la economía de esta región.
Un elemento primordial será la sincronización entre los actos de toma de poder de Rendón en el departamento, y de Federico Gutiérrez en Medellín, como el inicio de una relación en la que se espera el beneficio mutuo de las dos jurisdicciones que los dos regirán.
Hace varios días que Rendón anunció que su posesión será en Cisneros, que junto con la zona donde está localizado, el Nordeste, “son ejemplo de desarrollo y pujanza antioqueña”, pues entre otras cosas, allí nació el ferrocarril de Antioquia que conectó a esta sección del país con el río Magdalena y a través de este con los puertos de la Costa Atlántica y con el mundo.
Pero ese será más un acto de refrendación de su compromiso, porque en realidad la posesión, por norma, debe realizarse en el recinto de la Asamblea de Antioquia.
Así es que Rendón deberá instalar hacia el mediodía las sesiones de la Asamblea; este órgano procederá a elegir su mesa directiva -hay versiones de que Andrés Bedoya (Partido Creemos) será el presidente- para luego hacer pasar al gobernador electo y tomarle el juramento, pero no habría discursos ni parafernalia.
Fuentes de la administración departamental indicaron que este será un trance de unos pocos minutos que terminaría hacia la una de la tarde, con el fin de que el nuevo gobernador parta hacia la Plaza de las Esculturas del Museo de Antioquia, donde acompañará al alcalde Gutiérrez en su ceremonia y en la retirada simbólica de las vallas que separan este escenario cultural del resto de la ciudad.
De ahí ambos abordarán el helicóptero de la Gobernación para irse a Cisneros. Al mandatario seccional lo acompañarán su esposa, Susana Ochoa, sus hijas Emiliana (18 años) y Abigaíl (6 años), y su hijo Salvador (5 años). También, en el sitio indicado, se encontrará con su gabinete, con los diputados y con los representantes de los estamentos religiosos, civiles y militares.
Inicialmente, Rendón hará un recorrido por el municipio a bordo de su Nissan modelo 1977, color verde, que para él cobra un valor especial debido a que lo compró con su papá hace alrededor de una década y fue usado en la última campaña hacia su nuevo cargo en sus correrías.
Después de eso, se concentrarán en la estación del Ferrocarril, donde ocurrirá todo lo demás, a partir de las 4:30 p.m.
Los funcionarios que forman parte de la organización del certamen están disponiendo entre 500 y 600 sillas, pues prevén que de las veredas y de la propia área urbana muchas personas quieran asistir.
Ahí entrarán en escena otros símbolos, porque el gobernador sellará su compromiso frente a una de las versiones más antiguas de la partitura del Himno Antioqueño, que fue impresa en la década de 1930 en la tipografía de la familia Vieco. La pieza tiene valor patrimonial y está salvaguardada actualmente por el Museo de Antioquia.
Igualmente, la banda que le impondrán como gobernador, con el respectivo Escudo de Antioquia, fue bordada a mano por las monjas de clausura de la comunidad de las Clarisas, de Jericó.
El discurso de Rendón no durará más de 20 minutos y girará sobre varios ejes: seguridad, autonomía económica para las mujeres; la concepción del Idea como una gran turbina de crédito y de Hidroituango como camino para financiar el plan de gobierno; austeridad al gobernar y autonomía económica de las regiones.
También acá, con las palabras, se trata de reforzar el mensaje que lleva con los simbolismos, en el sentido de rescatar la templanza de los antioqueños de antaño y retomar los valores tradicionales.
Entre otras cosas, Rendón le dirá al Gobierno Nacional que está listo para empezar a trabajar en armonía con él, pero que en caso de no lograr consensos, él y su equipo se las ingeniarán para poder cumplirles a los antioqueños.
Además, destacará cómo Medellín y Antioquia vuelven a trabajar tirando del mismo lado, después de cuatro años en que prácticamente rompieron relaciones.
Los himnos, incluido el nacional, departamental y el de Cisneros, serán interpretados por la banda sinfónica de San Pedro de los Milagros, también una de las más tradicionales de su tipo. Y posteriormente, esa misma agrupación amenizará la fiesta con aires autóctonos que seguirá por el resto de la tarde para los anfitriones.
