La vereda de San José, del municipio de Sabaneta, ofrece a quienes coronan la tremenda loma que la conecta con el resto del municipio una vista espectacular acompañada del bello sonido de las aves.
Sin embargo, la panorámica no dura mucho pues constantemente la interrumpe el paso de las grúas de las enormes construcciones de edificios así como el infernal ruido de volquetas y camiones que –con los motores al máximo– tratan de llegar sin vararse a la empinada cúspide para dejar su carga en los frentes de obras.
Y es que la vía de la vereda por estos días ha “mojado prensa” pues, aparte de estrechísima y no apta para el flujo de carros pesados, tiene una inclinación del 34% cuya sensación al recorrerla se asemeja más al despegue de un avión de lo inclinada que es.
Por ello, cada aguacero o daño mecánico de los vehículos que la cruzan, se vuelve un suplicio para sus habitantes pues causan el cierre de la vía. Y el trancón que se arma se extiende hasta 3 kilómetros más, afectando incluso el acceso del municipio a la altura de la calle 77 Sur.
Por eso varias veces por semana a los habitantes de San José –incluso niños, ancianos y enfermos– se les ve llegar a casa sudorosos y con la “lengua afuera” del esfuerzo de recorrer una vía que más parece una etapa reina de una carrera ciclística.
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Pero más allá de un tema vial, según los residentes, la real problemática que aqueja a San José es el coletazo de esa manguala entre políticos, autoridades y constructoras que desde la década de 2010 hicieron que el municipio más pequeño de Colombia experimentara un boom urbanístico desmedido en el que los entes de control locales “se hicieron los locos” permitiendo aberraciones urbanísticas como la que hoy ocurre en San José que pasó de tener cerca de 400 habitantes a esperar albergar casi 9.000 en los próximos años.
Los vecinos le contaron a EL COLOMBIANO lo que les ha tocado padecer a raíz de la aparición de cada vez más torres en la zona. Temas como el ruido, la complicación del transporte, la presencia del omnipresente polvo son cotidianos. A ellos hay que sumar afectaciones al medio ambiente pues los constructores habrían empezado a horadar la zona protegida de la vereda buscando construir una carretera por donde los mismos registros oficiales dicen que se mueven zorros plateados y tigrillos.
Peor aún, también se quejaron que uno de los constructores más conocidos del municipio tiene un lote en el límite de la vereda y lo está usando de botadero de escombros –hecho que atestiguó EL COLOMBIANO– sin que autoridad ambiental sabaneteña esté enterada del asunto pese a que los desechos estarían taponando una quebrada vecina. “¿Cómo es posible que ni la Secretaría de Medio Ambiente, ni la Policía, ni el Área Metropolitana vean este botadero tan grande? ¿Acaso hay detrás un tema de corrupción todavía?”, se preguntó un vecino.
Consultado por este diario, el alcalde de Sabaneta Alder Cruz admitió las dificultades que se presentan en San José y en otra zonas, sobre todo en materia de movilidad. Cruz reconoció que tras la aprobación de los planes de construcción en la zona entre 2012 y 2013 no hubo un control efectivo por parte de las diferentes administraciones sabaneteñas para garantizar que el equipamiento público, como vías nuevas o ampliación de las existentes que debían surtirse por las constructoras como parte de sus obligaciones urbanísticas, aparecieran a la par del desarrollo del sector.
“Por eso nos encontramos una 'herencia' muy complicada con proyectos de vivienda consolidados incluso en la parte superior de San José y con las vías que debían hacerse por parte de los constructores sin terminar, pese a que los planes ya llevan en ejecución 11 años. Eso no tiene ninguna justificación”, apuntó el mandatario.
El alcalde se lamentó que esta situación que hoy aqueja a San José se esté replicando en otras zonas como la vereda María Auxiliadora. Sin embargo, también apuntó que la normativa territorial también deja muchos huecos para que los privados se escabullan sin cumplir sus responsabilidades.
“La ley permite que el equipamiento producto de las obligaciones urbanísticas aparezca a medida que los privados van construyendo. O sea, no los obliga en un tiempo X, sino que ellos pueden ir entregándolo mientras terminan las obras, lo que hace que en muchos casos lo entreguen cuando ya es obsoleto. O, si por ejemplo en un plan parcial tenían autorizadas cuatro torres y solo hicieron dos y así dejaron el proyecto en el plazo dado, pues ahí los constructores no están obligados a entregar sus obligaciones urbanísticas”, explicó uno de los funcionarios de la Alcaldía.
Frente a los ciudadanos que señalan que Cruz también tiene “velas en el entierro” toda vez que fue concejal durante los mismos años del boom urbanístico, este se defendió indicando que el control del concejo llegaba hasta lo político y que como corporado hizo parte de debates de control así como comisiones accidentales que le hacían seguidos llamados a los alcaldes para ponerle la atención al problema. Sin embargo, según sus palabras, sus quejas fueron desoídas salvo por el exalcalde Santiago Montoya.
“Acuérdese que el alcalde Montoya levantó los Planes de Manejo de Tránsito PMT, que son los permisos que tienen los vehículos pesados para subir el material y gracias a eso, la vía de San Judas se amplió. En San José se empezaron los compromisos con los constructores en 2020 y se empezó a intervenir algunos tramos hacia Cañaveralejo y a construir la vía S”, indicó.
Pese a las palabras de Cruz, la evidencia es contundente: cuatro años después dichas vías no se han terminado y la comunidad se siente burlada. Tras reflexionar, el alcalde concluyó que sí hubo una falencia por parte de su antecesor.
“Los compromisos pactados en las mesas de concertación con los constructores nunca se sellaron con la firma de un documento oficial que los comprometiera en el avance de las obras. Eran pactos verbales. Uno espera que lo que se acuerda en una mesa se cumpla, pero evidencié precisamente que no era así. Por eso, a finales de febrero paramos nuevamente los PMT y solo los reactivamos cuando todos los constructores firmaron un documento comprometiéndose a entregar obras hasta mayo de 2025. Ese documento es público para que la gente le haga seguimiento. Y además hay una mesa técnica que cada martes verifica el avance”, añadió.
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Según el mandatario,el primer hito de este nuevo pacto son la ampliación del primer tramo de la calle 77 Sur hasta el cruce de la carrera 34 o La Cruz. El segundo compromiso es la construcción de la calle 78 Sur que uniría a Cañaveralejo y San José. La idea a futuro es que todas las veredas no solo queden interconectadas sino también con mejores accesos a la centralidad de Sabaneta.
Frente a la polémica decisión de haber permitido de nuevo el acceso de vehículos pesados, Cruz se defendió argumentando que el permitir el tránsito de estos con el material de construcción es lógico teniendo en cuenta que dicho material también es necesario para el cumplimiento de obligaciones.
El alcalde fue enfático en señalar que si bien cada constructora tiene un tramo de vía asignado a construir, esto no quiere decir que si una se “cuelga” o deja las obras tiradas no se vuelvan a suspender los PMT o incluso tomar medidas más drásticas.
“Si una falla, en primera instancia levanto los PMT a todas. Pero en segunda instancia podríamos hasta dar orden de paralizar las obras en las unidades residenciales. Hoy para los constructores la situación es: o cumplen o cumplen. Uno solo que no cumpla se tira el trabajo de todos”, apuntó el mandatario quien aclaró que aunque la prioridad es el tema vial, las constructoras deberán cumplir con el 100% de sus compromisos con otras obras como las dotaciones de servicios públicos, parques y demás obras civiles que no han hecho en 11 años.
Cruz recordó que los dos planes parciales que permiten construir en San José vencen en 2030, por ello se comprometió a que por lo menos en sus cuatro años, los constructores entreguen todo lo que deben de obras.
“Con esto yo creo que le podemos dar tranquilidad a los habitantes de la vereda y ojalá el alcalde que me suceda continúe con el ejercicio de exigir, para que lo pendiente aparezca. Porque cuando usted hace control e interventoría las cosas aparecen. Tenemos la confianza de que avanzaremos en esto durante estos cuatro años”, apuntó el mandatario con la plena seguridad de que la comunidad de Sabaneta le hará veeduría a sus resultados.