“Era como un pueblito hermoso con casas pintadas de tres colores: verdes, azules y rojas, siete por cada tono”. Así describe Gloria Fernández el lugar donde se asentó hace más de 20 años.
La casa de Gloria, que ahora pertenece a su hijo, hace parte de la unidad Parques de Santa Fe, un conjunto residencial ubicado en la comuna 15 de Medellín, contiguo al aeropuerto Olaya Herrera. El vecindario ahora es foco de discusiones entre vecinos por un cerramiento con el que algunos no están de acuerdo.
Resulta que, según Fernández, en 1999 cerca de 25 vecinos instalaron mallas en los alrededores de la zona para no permitir el paso de vehículos o de personas. Dentro del perímetro quedaron 198 propiedades. “Obstaculizaron el espacio público y nos dijeron que de ese momento en adelante nos tocaría pagar una cuota de 20.000 pesos cada mes”, contó Fernández.
Ella, quien en principio no estuvo de acuerdo, por poco pierde su casa debido a que decidió no hacer el pago de las cuotas mensuales y, aunque tuvo que recurrir a ayuda de familiares para que no remataran su vivienda, ahora destaca que sí ha sido un hecho positivo para la comunidad.
“Por la cercanía que tenemos con el Barrio Antioquia empezamos a tener muchos problemas con el tema de la drogadicción. Las mallas han mejorado la tranquilidad de los vecinos”, destacó.
Sin embargo, no todos los propietarios saldaron su deuda y aún están inconformes con el cerramiento al que consideran ilegal. 30 personas están en mora y en algunos casos el monto a pagar llega a $31 millones, cifra por la que han empezado a tener que afrontar procesos con la administración para que sus casas no sean embargadas.
“Queremos que nos quiten la denominación de unidad y la puerta. Nunca estuvimos de acuerdo con el cerramiento porque nosotros compramos nuestras casas en una unidad abierta y ahora, por el capricho de algunos, nos van a quitar lo que nos pertenece”, señaló Teresa Bedoya, habitante de la unidad.