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Antioquia estrena su primera ruta sensorial y sonora para que las personas ciegas disfruten de las aves

La prueba se hizo en San Jerónimo. Sus resultados esperan replicarse en otros atractivos de Antioquia para que los pueda visitar esta población que supera las 205.000 personas.

  • Una de las personas invidentes palpa el cuerpo de una de las aves para poder conocerla por medio del tacto. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
    Una de las personas invidentes palpa el cuerpo de una de las aves para poder conocerla por medio del tacto. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
23 de mayo de 2024
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Con los primeros rayos del sol de San Jerónimo, poco a poco la fauna de sus bosques despierta. Un concierto de graznidos, chirridos y cantos evidencian la variedad de especies de aves que hay en la zona boscosa de un hotel ecoturístico del municipio.

Atentos a lo que perciben con sus sentidos mientras se guían palpando un cordel, un grupo de 14 visitantes muy particulares prestan atención a las explicaciones que los guías hacen sobre carriquíes, loras, chupahuevos, martín pescador, carpinteros, colibríes, garzas y trepatroncos que ya se oyen.

El grupo completo al inicio de la travesía por la zona forestal. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
El grupo completo al inicio de la travesía por la zona forestal. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero

La experiencia se convierte en todo un reto no solo para la mitad de los observadores sino también para los guías, tal vez más acostumbrados a otro tipo de público, porque cómo más se podría decirle al hecho de explicarle a una persona ciega de nacimiento cómo es el pico puntiagudo de un martín pescador? ¿O cómo explicarle en términos que comprenda como es el tono verde esmeralda de las plumas de una lora amazona que pasa volando con su estridente alharaca?

Este es el desafío que asumió la unión entre el Club de Aves del Occidente Antioqueño, el Hotel Lagotours, el Periódico Occidente, la Secretaría de Turismo de Antioquia y la Universidad de Antioquia, los cuales realizaron la primera Ruta de Sensibilización Sonora o de “avistamiento” de aves para población con discapacidad en el departamento.

Este proyecto piloto busca brindar el derrotero que permita dar cumplimiento a la Política Pública de Turismo Sostenible aprobada por la Asamblea en 2023, con la cual se busca que la inclusión de la población con discapacidad en temas turísticos pase de ser un discurso y se convierta en un hecho que beneficie a este grupo.

Una de las especies de loras que hay en el bosque seco de la reserva en el hotel Lagotours de San Jerónimo. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
Una de las especies de loras que hay en el bosque seco de la reserva en el hotel Lagotours de San Jerónimo. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero

Para la secretaria de Turismo de Antioquia, Margarita Restrepo, la idea con este piloto es que se vuelva un aliciente para que otros municipios con vocación turística abran propuestas para este tipo de población, que generalmente es relegada en sus ofertas.

“Una de las cosas que nos ha llamado la atención es la ausencia de las condiciones idóneas que deben tener los espacios turísticos en Antioquia para las personas con discapacidad, porque ni siquiera en Medellín hay una adecuada adaptación de las condiciones que ellos necesitan” apuntó.

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El canto del bosque

Durante la actividad, las personas ciegas se adentraron en un espacio de cerca de ocho hectáreas de bosque seco tropical que posee el hotel, las cuales recorrieron con todas las medidas de seguridad que su condición requiere. En el recorrido escucharon y conocieron gracias a las explicaciones de los guías algunas de las más de 100 especies de aves y árboles que hay en la privilegiada reserva que hace parte de un corredor de fauna que incluso llega hasta el páramo de Belmira.

La experiencia es tan inmersiva que mientras el recorrido se adentra en el bosque el canto de las aves copa todo el espacio, haciendo que uno de a poco comience a distinguir diferentes sonidos.

La idea de hacer el piloto en el Occidente surgió también por tres motivos: por la riqueza en fauna que aún conserva –pese a que cada vez más fincas de recreo acaparan el panorama–, por la vocación turística que ya tiene interiorizada y por el interés de los gremios en ofrecer servicios a una población que en 2020, según el Ministerio de Salud, alcanzaba en el departamento las 205.000 personas con discapacidad, a las que habría que sumar sus acompañantes.

Los participantes aprendieron a conocer y distinguir los diferentes sonidos que emitían las aves. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
Los participantes aprendieron a conocer y distinguir los diferentes sonidos que emitían las aves. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero

“Ya era hora”

Para Néstor Tascón, ingeniero agropecuario y guía de Alas y Sonidos del Occidente, fue todo un aprendizaje ofrecer una guianza a este tipo de público, pues esto le permitió revaluar su método de trabajo.

“Esta es una experiencia maravillosa para afianzar nuestros conocimientos, para ofrecerle un mejor servicio a esta población. Además, este ejercicio también hace que seamos mucho más sensibles con la comunidad a la vez que nos permite expandir los temas de conciencia ecológica en estas personas”, añadió.

Por su parte, para la bióloga y docente de la U. de A., María Fernanda Beltrán –quien también hizo de guía– la participación de su institución en el proyecto hace parte de la misión de llevar la universidad a la comunidad no solo en temas educativos sino en proyectos inclusivos que a su modo también apuntan a la educación ambiental que permiten apreciar mejor esa “joya” que es el bosque seco tropical. “Porque no se puede proteger este bosque si toda la población no lo conoce”, añadió.

Una de las asistentes más activas en el recorrido fue Carolina Higuita, una joven agente de viajes, quien a raíz de una retinitis pigmentosa perdió la visión a los 22 años. Higuita señaló que el proyecto constituye una oportunidad enorme para que las personas con discapacidad sean incluidas por fin en el turismo del departamento así como de llevar las buenas prácticas observadas en el piloto a otros atractivos tal vez hoy inaccesibles para ellos.

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“Se notó la accesibilidad en el recorrido, la señalética acondicionada nos sirvió mucho, el trabajo de los guías fue impecable, me pareció que esta es una oportunidad muy interesante para nosotros porque el recorrido lo podemos hacer desde lo que se huele, se palpa y se escucha. Celebro esa voluntad de tratar de incluir a las personas con discapacidad porque hasta ahora en el gremio hotelero hay muchos imaginarios y estigmas frente a esta población”, agregó.

Una cuerda que contaba con unas características especiales guiaba por el bosque seco a los participantes del “avistamiento”. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
Una cuerda que contaba con unas características especiales guiaba por el bosque seco a los participantes del “avistamiento”. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero

Todos ganan

Otra de las personas emocionadas con la iniciativa fue el gerente de Lagotour, Juan Carlos Henao, quien se ha vuelto en un entusiasta de la conservación ecológica en San Jerónimo, sobre todo de la reserva con la que cuenta el hotel.

“Como hotel aprendimos a reconocer hasta hace poco el potencial de este bosque que para muchas especies es un todo un oasis entre tanta finca. Si bien desde hace un año ofrecemos servicios de avistamiento para los huéspedes, la Secretaría de Turismo nos pidió habilitarlo para –en este caso– personas invidentes en dos meses. Y aceptamos el reto porque queremos compartir con estas personas la energía que da esta ruta sonora y lo bello de este bosque”, añadió.

Una especie de garza lleva ramas para hacer su nido en uno de los árboles de la zona. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero
Una especie de garza lleva ramas para hacer su nido en uno de los árboles de la zona. Foto: Manuel Saldarriaga Quintero

Para Henao, el piloto puede convertirse en un exitoso “gana-gana” a tres bandas, pues aparte de ofrecer turismo a un nicho casi inexplorado como es la población con discapacidad, también se logra la conservación de espacios en inminente peligro de desaparecer, a la vez que se le agrega el factor de turismo de naturaleza a la oferta turística “finquera” con la que ya cuenta San Jerónimo.

“Si les enseñamos a las personas el potencial de esta belleza de bosque y su potencial para actividades turísticas claro que más gente lo va a proteger. Mucha gente ve el bosque como un monte que hay que tumbar para darle paso a casas o piscinas. Por eso hay que enseñar su potencial, para conservarlo y disfrutarlo con proyectos como este”, puntualizó.

Aunque el recorrido ya está disponible para las personas invidentes que visiten el hotel, la Secretaría de Turismo indicó que espera que muy pronto se replique en otros municipios del departamento. Próximamente se conocerán los resultados del proyecto piloto que sería vital para potenciar el turismo del departamento, una de las principales metas de la actual Gobernación.

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