De las 6’200.000 hectáreas que tiene Antioquia, 1’800.000 presenta diferentes grados de deforestación, de las cuales hay 250.000 en estado crítico, afirma Sergio Trujillo Turizo, gerente de la Reforestadora Integral de Antioquia, RIA, basado en informes de entidades como el Ideam, el Observatorio de Bosques y Corantioquia.
Esa situación se da especialmente en el Bajo Cauca, porque allí se combinan dos de los factores que más contribuyen a la degradación del suelo y el bosque: la extracción ilícita de minería y los cultivos ilícitos. “Ese alto porcentaje de deforestación se da porque los mismos actores de la minería ilegal son los que talan el bosque para sembrar cultivos ilícitos y también manejan el comercio ilegal de madera”, asegura.
A los anteriores factores, dice, se suman la expansión agrícola y la extensión del hato ganadero. Pero Trujillo asegura que, aunque todo se ve crítico, hay esperanza, pues desde RIA se promueve la reforestación integral, que busca evitar que los campesinos usen el bosque para obtener madera, que es un insumo vital para su subsistencia. En este sentido, la entidad trabaja en dos frentes: uno con siembra industrial y el otro en la recuperación del suelo degradado.
“En la parte industrial hemos plantado 10.000 hectáreas en 80 fincas de privados, de las que esperamos comercializar 5.000 a 2023, de manera paulatina”, dice. La idea es ir rotando las hectáreas sembradas y las que se comercializan. El mercado se explota en tres frentes: estibas, estacones y para construcción de vivienda sostenible rural para familias que, en palabras de Trujillo Turizo, “viven prácticamente en cambuches”.
Para este último ítem el aliado es Viva, la Empresa de Vivienda de Antioquia. “El déficit de vivienda rural en el país es de 800.000 y en Antioquia 100.000”, dice Trujillo Turizo.
Panorama por transformar
Según un informe de la Gobernación, entre 2014 y 2019 en el departamento fueron deforestadas 102.276 hectáreas de bosque (ver gráfico).
En el ultimo reporte del Ideam (julio-2020), Antioquia aparece en el 4° lugar entre los departamentos más afectados por deforestación, con 11.601 hectáreas, antecedido de Guaviare, con 24.220; Meta, con 29.061; y Caquetá, con 30,317 h. Del total del país, Antioquia representa el 7,3 %.
Entre 2017 y 2019 el departamento logró una reducción de 8.856 hectáreas, aún insuficientes para mejorar el panorama ambiental de la región.
En el Bajo Cauca, en alianza con el Ministerio del Medio Ambiente y otras entidades del orden nacional e internacional, se avanza en la siembra de 10.00o hectáreas de la especie acacia manguim, orientada a la explotación de miel y en beneficio de organizaciones de mujeres.
Silvia Gómez García, directora de Sostenibilidad y Cambio Climático de la Gobernación, afirma que aunque la tasa viene disminuyendo, sigue siendo muy alta ya queque los fenómenos que la ocasionan siguen vigentes.
Las herramientas para frenar el fenómeno son la ordenanza 54 de 2019, que define y adopta estrategias para la recuperación de suelos degradados por causas antrópicas, con competencias específicas para las autoridades y organizaciones regionales; y el Conpes 4021, que fijó la política nacional para contrarrestar la deforestación. Con esta política en Antioquia se crearon dos mesas que sesionaron este año.
“Una es interna y la conforman todas las dependencias de la Gobernación relacionadas con el tema; y otra externa integrada por las corporaciones ambientales, la Fuerza Pública, Parques Nacionales el Observatorio de Bosques, que definieron 15 mecanismos de control del fenómeno”, explicó la funcionaria.
Corantioquia avanza en su proyecto Cada uno un árbol, que busca sembrar 3 millones a 2023; y suma 330.232 h declaradas áreas protegidas, sobre las cuales ejerce funciones de control y vigilancia.
El diputado Camilo Calle, al llamar la atención sobre la degradación del bosque, recalca que “la deforestación es una de las causas principales del cambio climático, que es una de las amenazas más apremiantes de esta generación”