“Ábrase para no levantarlo”. Esta fue la sentencia que le dieron a Luis Giraldo un par de hombres que de manera ilegal cobran por el estacionamiento de vehículos en uno de los costados del Parque de los Deseos, entre la Universidad de Antioquia y la carrera Carabobo, en el norte de Medellín. “Cuando me iba a ir me dijeron: hágale calidoso que el parqueo vale 2.000 pesos. Yo les dije que no iba a pagar y vino la intimidación mientras me mostraban un revolver”, narró Giraldo.
Los hombres, que estaban armados, le exigían esa suma por haber dejado su moto estacionada cerca de una hora, mientras visitaba las instalaciones del Planetario Municipal. La mala anécdota de este ciudadano, ocurrida a mediados de junio, se suma a la de otros lectores del periódico EL COLOMBIANO que denunciaron, a través de las redes sociales, varios lugares en la ciudad que han sido aprovechados por los cuidadores ambulantes para cobrar por el estacionamiento de carros y motos de manera desaforada.
“Otro sitio donde abunda este cobro ilegal es en el estadio y sus alrededores. El parqueadero del ajedrez es gratuito, pero cuando hay partido tiene su mafia: con una boleta ‘pirata’ cobran 4.000 y hasta 6.000 pesos”, comentó Juan José Hincapié Gallego.
Algunos dueños de vehículos reportaron que en fechas especiales como la Feria de las Flores, los alumbrados de diciembre o conciertos en La Macarena los costos aumentan abismalmente, inclusive llegan a los 10.000 y 15.000 pesos por un carro y 7.000 pesos por una moto que queda a merced de la “buena fe” de estas personas.
“Me tocó ver en la zona de La Alpujarra, en el Desfile de Silleteros, que llegaron los ‘trapitos rojos’ (cuidadores de carros) y detrás unos tipos que les obligaron a usar unos talonarios de recibo para cobrar y después tenían que liquidarlos”, escribió en el Facebook de EL COLOMBIANO, César Holguín.
¿Qué fuerza hay detrás?
La situación vivida por Luis Giraldo en el Parque de los Deseos fue transmitida a la Secretaría de Seguridad, que señaló al respecto, que está analizando esta denuncia y otras más reportadas a través de las redes sociales y los medios de comunicación.
De acuerdo con el coronel (r) Sergio Vargas, secretario de Seguridad, la falta de denuncia ante las autoridades sigue siendo el principal problema a la hora de atacar estas actividades ilícitas.
Frente a la problemática señaló que ya se han adelantado procedimientos que han comprobado que detrás de algunas de las personas que cuidan los vehículos hay más que simples trabajadores informales.
“No podemos generalizar ni estigmatizar, pero detrás de algunos ‘trapitos rojos’ hay estructuras criminales”, dijo el secretario Vargas.
Tanto así, que durante el 2014, un seguimiento en el barrio Belén permitió la captura de varias personas que estaban vinculadas a organizaciones delincuenciales y que a través del cobro del parqueo financiaban sus actividades.
No obstante, el Secretario detalló que estos cobros no se configuran como delito de extorsión o constreñimiento, ya que cada caso tendría que entrar en una investigación.
César Camargo, jefe de parqueaderos de Corpaul, la primera empresa del país en operación de estacionamientos certificada por el Icontec, denunció: “esos lugares no cumplen prácticas de operación adecuadas para un parqueadero como una tabla de precios establecida, registro de placas y expedición de facturas”.
No son parqueaderos
Carlos Marín, subsecretario de Seguridad Vial y Control, señaló que en la ciudad hay 16 Zonas de Estacionamiento Regulado, las cuales son las únicas autorizadas para estacionar en vía pública y están debidamente demarcadas.
Los únicos que pueden cobrar por parquear en la calle son los identificados con chaleco, carné y parquímetro, supervisado por las autoridades