John O’Keefe es un hombre de 83 años, pero de una vitalidad sorprendente. Tiene los cabellos muy blancos, y una barba corta como de algodón. La semana pasada estuvo en Medellín, invitado por la Universidad de Antioquia, y en su corta correría fue hasta Angostura, un pueblo a casi tres horas de la ciudad, separado de esta por 115 kilómetros y centenares de curvas que revuelven el estómago.
O’Keefe estuvo acompañado de Francisco Lopera, el hombre que más ha estudiado la enfermedad del Alzheimer en nuestro país. Junto con Lopera caminó por veredas y caminos polvorientos, circundados por matas de plátano, y se tomó una foto grupal al frente de una casona con paredes que parecían de tapia.
Se veía como uno de los tantos turistas que llegan a la ciudad. Pero O’Keefe no es un visitante cualquiera. Lleva décadas estudiando el GPS cerebral, el mecanismo que ayuda a animales y seres humanos a ubicarse en el espacio. Está en el hipocampo y funciona gracias a las “células lugar”, que son las que indican al individuo si ya estuvo en un sitio y cuáles son sus experiencias previas.
La pregunta es qué estaban haciendo O’Keefe y Lopera en Angostura. La respuesta es sencilla, pero la historia no es tan breve. Los dos científicos estaban sellando el inicio de una investigación. El título del estudio es largo, y se pierde el aire mientras se lee completo: Diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer en la fase preclínica: Estudios multidisciplinarios entre especies para comprender la relación entre la disfunción entorrinal-hipocampal y el comportamiento espacial.
Para una persona sin conocimiento en la materia, el nombre es desconcertante, pero intentaremos explicarlo de la manera más sencilla posible. Esta nueva investigación tiene dos partes que se desarrollarán de manera simultánea, una en Colombia y otra en el Reino Unido. Tiene la intención de estudiar la fase preclínica de las personas que sufren el mal de Alzheimer, esa enfermedad tenebrosa que borra hasta los últimos recuerdos de las personas.
Y es que la enfermedad comienza en el hipocampo y de ahí se va expandiendo. En ese lugar del cerebro es donde están las células, zona que durante tantos años ha estudiado O’Keefe, quien en 2014 logró la mayor distinción que puede lograr alguien en su carrera: la academia sueca le otorgó el Nobel de Medicina por su aporte al conocimiento sobre el GPS cerebral. Su aporte a la psicología y la neurociencia ha sido enorme.
O sea, si alguien conoce el hipocampo, el sitio exacto en el que comienza el Alzheimer, es O’Keefe. No es casualidad que uno de los primeros síntomas de la enfermedad sea la desubicación en lugares conocidos. Es memorable la escena de la película Siempre Alice (2014) en la que una profesora de literatura, todavía joven, sale a trotar por Nueva York en una mañana nublada.
Aunque en apariencia era una mujer sana, se desubicó en medio del trote, y no recordó cómo volver a casa. La profesora ya tenía problemas en el hipocampo y manifestaba los primeros síntomas de una penosa enfermedad que la llevó hasta la muerte. “Sabiendo que conocíamos tan bien la fisionomía de esa parte del cerebro (el hipocampo), ¿no sería una gran idea si pudiéramos usar ese conocimiento para investigar a los pacientes con esas patologías (...) Esperamos contribuir al trabajo que ya se ha hecho aquí”, dijo O’Keefe durante su paso por Medellín.
La investigación se hará entre el Instituto de Investigación en Demencias —DRI, por sus siglas en inglés—, que hace parte de la University College de Londres, en el Reino Unido; y el GNA, grupo de investigación de la UdeA, adscrito a la Facultad de Medicina. En Colombia, el equipo de científicos de Lopera estudiará a 180 personas portadoras y no portadoras del llamado gen de la mutación paisa, que causa un Alzheimer precoz; entretanto, el doctor O’Keefe estudiará a 150 pacientes en el Reino Unido.
La hipótesis previa a la investigación es que las personas que portan el gen tienen afectaciones del GPS cerebral desde muy temprana edad. Se estima que esta zona puede deteriorarse en pacientes de entre 18 y 28 años. Lopera explicó que ese podría ser una especie de seguimiento para saber el estado en que están los pacientes.
Las personas que se estudiarán en Colombia, todas pertenecientes a familias en las que se han presentado casos de Alzheimer genético, se dividirán en tres grupos: 60 entre 18 y 28 años; 60 entre 29 y 39 años; y 60 mayores de 40 años. De estos 180 individuos, 90 serán portadores de la mutación paisa y 90 no portadores.
Quienes decidan participar en el estudio deberán diligenciar un consentimiento informado y manifestar su voluntad de vincularse en el proyecto. Se les realizarán las evaluaciones médica, neurológica y neurosicológica; además, se les tomará una muestra de sangre, entre otros exámenes, para establecer si son aptos para el estudio. Después de ello, les harán una prueba de realidad virtual y les asignaran una serie de tareas de memoria que deben realizar a través de una aplicación para dispositivo móvil.
Aunque la correría por Antioquia del Nobel de Medicina y su equipo de científicos terminó, los resultados de esta investigación serán importantes para la investigación de Lopera, el hombre que se empeñó en encontrar una cura para el terrible mal de olvidarlo todo.
180
personas serán parte del estudio en Colombia; en el Reino Unido, en cambio, serán 150.