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Moverse limpio con el planeta, la tarea

El alcalde tendrá el reto de incentivar el transporte compartido y la bicicleta.

  • Gustavo Cabrera Arana - Carlos Cadena Gaitán - Carlos Alberto Echeverri Londoño - Jorge Eliécer Córdoba Maquilón - Andrés Emiro Díez
    Gustavo Cabrera Arana - Carlos Cadena Gaitán - Carlos Alberto Echeverri Londoño - Jorge Eliécer Córdoba Maquilón - Andrés Emiro Díez
16 de julio de 2019
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En Medellín cada vez se hacen más viajes, el parque automotor crece, las vías parecen quedarse cortas para esa cantidad de carros que circula cada día por la ciudad y el ambiente sufre las consecuencias de toda la polución del transporte privado y de los vehículos que utilizan combustible contaminante.

La última Encuesta Origen-Destino que publicó el Área Metropolitana de Valle de Aburrá –de 2018 con datos de 2017– reveló que al comparar esa medición con la de 2012 aumentó el número de personas que realizaban viajes en la ciudad. Además, si se compara el tiempo de desplazamiento, el ciudadano promedio pasó de estar 25 minutos viajando en 2005 a alcanzar los 36 minutos en 2017.

Esa realidad, de una Medellín que cada vez se mueve más y que, valga decirlo, es origen o destino de los viajes que conectan con otros municipios, plantea una serie de quehaceres para el próximo mandatario local.

EL COLOMBIANO indagó con expertos en movilidad de cinco universidades de la ciudad sobre este tema.

Ellos apuntan que es necesario buscar soluciones más allá del pico y placa –considerando que ya hay familias que tienen más de un carro– promover el uso de combustibles más limpios, desincentivar el transporte privado individual y fortalecer la bicicleta, sea a través del sistema Encicla, construyendo más ciclorutas o generando dinámicas de ciudad amigables con este medio de transporte, con el fin de mejorar la movilidad de las personas.

En este punto hay una tarea trazada desde el Plan Metropolitano de la Bicicleta: que para 2030, el 10 % de los viajes se hagan sean a través de este medio, logrando de esta forma menos usuarios para otros tipos de transporte.

Mejorar el sistema de transporte público también está en el radar. Fortalecer el Metro y el Tranvía, creando más viajes, con mayores frecuencias y menos trasbordos que permitan descongestionar las estaciones conseguirían cumplir las metas de movilidad que, para los académicos, necesita Medellín.

Este panorama se da en un contexto en el que la ciudad está en el ojo del mundo. De acuerdo con el Informe Global de Tráfico 2018, en Medellín se presenta la séptima mayor congestión vial de Latinoamérica. Sumado al problema de la contaminación: cada año las temporadas de alertas por concentración de material particulado en el aire superan un mes de duración.

Entonces, con este contexto, estas son las tareas que los profesores le ponen al próximo alcalde respecto a la movilidad de la ciudad.

Hay que formular una política integral de movilidad

Gustavo Cabrera Arana
Profesor Titular en Salud Pública
Universidad de Antioquia

Con todo lo que falta, los avances de Medellín en el siglo XXI en modos e integración de la movilidad la convirtieron en referente en desarrollo; su apuesta por infraestructura, gestión eléctrica, sostenible y activa es acertada. Sin embargo, los fenómenos demográficos propios y de los territorios integrados en el Aburrá le determinan crecientes y complejos retos al alcalde 2020-2023, y a la autoridad de transporte para el Área Metropolitana. La movilidad debe garantizarse de forma saludable, segura, sinérgica, sostenible y supralocal. Para esto, primero que todo, es responsable nombrar personas formadas al más alto nivel, experimentadas en el asunto, capaces de formular la inaplazable política integral de movilidad, con su plan a corto, medio y largo plazo. Sin esto, el rezago ante las crecientes necesidades diagnosticadas no podrá superarse jamás.

Segundo, corresponde al alcalde liderar la gestión proactiva y evaluable de condiciones de congestión, contaminación y riesgo vial, respetando las metas globales de reducción de lesiones fatales de las Naciones Unidas. Tales condiciones inciden en el nivel de bienestar, productividad, competitividad y calidad de vida. Tercero, en el marco de la mencionada política integral y su plan de implementación, la ciudad necesita ejercer verdadera autoridad a la luz de normas vigentes, directamente o asistida con tecnología -por impopular que sea políticamente- para regular con eficacia el comportamiento de algunos actores viales sin conciencia, buscando sistemática e incansablemente pasar del discurso al resultado en desestimular la dependencia del motor, en pro de una ciudad más respetuosa, silenciosa y agradable para todas y todos quienes optan por moverse activa y sosteniblemente.

Es urgente reestructurar el sistema EnCicla para que crezca

Carlos Cadena Gaitán
Coordinador académico del Centro de Estudios Urbanos y Ambientales (Urbam)
Universidad Eafit

La movilidad sigue siendo el gran reto de sostenibilidad en nuestra ciudad-región. Ya no es pertinente priorizar el transporte individual motorizado. En el próximo cuatrienio, debe ser prioridad implementar los corredores del Metro en la 80 y en la 34. Con respecto al primero, el tranvía debe construirse sin reposición de carril, precisamente para asegurar que el sistema público no tenga que competir con el transporte individual motorizado. Con respecto al segundo, se espera que una nueva conexión sur-norte libere presión de la línea A del Metro, conectando orígenes y destinos vitales en el oriente de la ciudad. Se requiere invertir decididamente en la bicicleta, con el objetivo de lograr el 10% de viajes diarios que se trazó el Plan Maestro Metropolitano de la Bicicleta para el 2030. Esto implica que además de construir entre 120 y 150 nuevos kilómetros de ciclorruta segregada en el valle de Aburrá, será urgente reestructurar el sistema EnCicla, para retomar la senda de crecimiento, cobertura y calidad. En consonancia con la Ley 1811 de 2016 se deben implementar estrategias para promover la multimodalidad de cara al Sitva, y para generar incentivos que logren montar a la bicicleta tradicional (o eléctrica) a muchos más servidores públicos. También es momento para otras estrategias de rápida implementación. El próximo gobierno debe promover el teletrabajo y el escalonamiento horario. Esto implicará que miles de viajes diarios se puedan dejar de hacer o moverlos para horas por fuera de los picos. Así mismo, será necesario definir los cronogramas para la transición que permita prohibir del uso del diésel en la ciudad (urgente para nuestra calidad del aire), y de la puesta en marcha de un sistema de cobros por congestión, que reemplace el anacrónico pico y placa.

El reto del próximo alcalde es la movilidad sostenible

Carlos Alberto Echeverri Londoño
Profesor Programa de Ingeniería Ambiental
Universidad de Medellín

Sabiendo que Medellín es una ciudad ejemplo en Colombia en cuanto a la movilidad se refiere y a la oferta de transporte público, aún persisten desafíos. Los problemas ambientales y sociales ocasionados por el modelo de transporte son los más preocupantes. Dado los episodios de contingencia ambiental que se presentan debido a la mala calidad del aire, el reto del próximo alcalde es la movilidad sostenible. Debe configurar un modelo de transporte más eficiente para mejorar la calidad del entorno en sus desplazamientos, mejorar la integración social de los ciudadanos aportando una accesibilidad más universal y mejorar la competitividad del sistema productivo. Debe promover el uso del transporte público colectivo y masivo, e incentivar el uso de los combustibles alternativos para minimizar el impacto ambiental y social que se pueda generar. Debe defender el interés general sobre el particular, dar prioridad al transporte colectivo, recuperar y valorar el espacio público y racionalizar el uso del vehículo particular. Con la introducción del transporte eléctrico al Valle de Aburrá, también se le apunta a disminuir el impacto ambiental negativo de las fuentes móviles. Por otro lado, debe reconsiderar el “Pico y Placa” dado que es un atajo para no abordar los problemas de fondo. Una restricción por placas no sólo no puede ser una solución real a los problemas, sino que su gestión tiende a convertirse a largo plazo en un dolor de cabeza, en medio del cual finalmente nos encontramos. Desde su implementación se sabía que no era una solución de fondo a los problemas de movilidad y que debía adoptarse de manera temporal, pues en pocos años las familias iban a comprar un segundo y un tercer carro anulando los pocos beneficios de corto plazo.

Consolidar el transporte público de calidad que sea seguro

Jorge Eliécer Córdoba Maquilón
Profesor de la Facultad de Minas
Universidad Nacional

El próximo alcalde tiene siete tareas en movilidad. La primera es reducir las muertes en accidentes de tránsito, ya que en 2017 se presentaron 257 muertos y en 2018 fueron 238 una reducción del 7,39% (datos de Agencia nacional de Seguridad vial) que es insuficiente. La tarea debe ser reducir por lo menos al 50% la tasa de mortalidad y crear conciencia del valor de la vida. La segunda tiene que ver con disminuir la contaminación producida por el parque automotor, actualmente Medellín es la novena ciudad más contaminada de América latina. Debemos salir de la lista de las 10 ciudades más contaminadas de América. La tercera se refiere a consolidar un transporte público de calidad; que sea cómodo, rápido y seguro. La tarea es aumentar las frecuencias, disminuir los transbordos, aumentar la velocidad de operación y brindar información en todos los pares Origen-Destino, para generar un alto grado de satisfacción en los usuarios. La cuarta es una acción por la movilidad no motorizada, caminar y montar en bicicleta, protegiendo al peatón y al ciclista. La tarea es construir y mantener una adecuada infraestructura, representada en andenes y ciclorrutas, que estén iluminadas, accesibles y con buenas condiciones de seguridad que eviten accidentes y atracos. La quinta es promover el uso racional del vehículo particular, incentivando el no uso del transporte privado y el uso del transporte público. La tarea es generar conciencia para usar los vehículos particulares sólo cuando sea necesario. La sexta es la construcción y mantenimiento de la infraestructura vial necesaria para hacer más eficiente la red vial existente. La séptima es poner en funcionamiento un sistema de tránsito inteligente, que ayude a reducir la congestión.

Plan Maestro del Metro es una hoja de ruta para continuar

Andrés Emiro Díez
Profesor Facultad de Ingeniería Eléctrica
Universidad Pontificia Bolivariana

Los candidatos a la alcaldía tienen en el Plan Maestro del Metro un portafolio de proyectos en diferentes niveles de diseño, soportados por análisis de profundidad. Por ejemplo, el Metro ligero de la 80 y la línea F del Metro son proyectos prioritarios, no solo para incrementar la oferta de transporte público, sino también para inducir desarrollo ordenado y estructurado en el norte del Área Metropolitana.

La línea F sería el inicio del Ferrocarril de Antioquía, un respaldo expreso del Metro en el norte (clave con entrada de Picacho), y permitiría operación multipropósito a Pradera y, a futuro, la reconexión al ferrocarril central, en Puerto Berrío. En el sur es fundamental la operación del Metroplús y lograr una línea de trasporte público que beneficie a El Poblado, donde las encuestas de origen destino revelan un gran potencial de cambio modal de los vehículos particulares a públicos masivos, siempre que sean de calidad y acceso universal.

Hay que persistir en el respaldo de la nación para los proyectos, así como el desarrollo de mecanismos locales para su financiación como la operación urbana de los sistemas, la captación de la plusvalía y los cargos por contaminación y congestión. En el transporte colectivo se podría ayudar a los transportadores privados fortaleciendo la estrategia del solo-bus y en la transición al uso de la electricidad, buscando una participación de modos públicos masivos.

La búsqueda por consolidar a Medellín como referente en multimodalidad y movilidad eléctrica debe continuar, así como las mejoras en infraestructura para la circulación de peatones y modos no motorizados, buscando articulación con los masivos. Estos proyectos constituyen oportunidades para la generación de empleo local formal y favorecen desarrollos industriales, jalonando el conocimiento y la innovación.

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