La fiesta no siempre es sinónimo de algarabía y música a tope, por lo menos no para el representante a la Cámara, Daniel Carvalho, promotor de la Fiesta de la Serenidad, una celebración llena de eventos silenciosos en los alrededores del Museo de Arte Moderno de Medellín, que se está llevando a cabo este sábado 18 de mayo.
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Y es que el ruido excesivo es una problemática que solo parece agravarse en la ciudad, al punto que ha desencadenado en homicidios, como fue el caso de Gilberto de Jesús Alzate García, que fue asesinado el pasado domingo 12 de mayo, después de reclamarle a sus vecinos por el alto nivel del volumen de la música en el barrio Santa Cruz, comuna 2 de Medellín.
Por eso, 'Fiesta de la Serenidad: cuidando los oídos de la ciudad', ofrece un montón de actividades poco ruidosas, como meditación guiada, clase de yoga, recorridos por las exposiciones del Mamm, ilustración, lectura en voz alta, lectura de tarot, caminatas, juegos de mesa, taller de jardinería, en fin, actividades donde la diversión de unos no perturba a otros.
“La Fiesta de la Serenidad es una iniciativa ciudadana que busca, en primer lugar demostrar que podemos hacer eventos de ciudad, que podemos congregarnos sin necesidad de hacer bulla. Con la ayuda de colectivos, empresas y ciudadanos montamos aquí una cantidad de actividades silenciosas. Esto tiene que ver también con la promoción de nuestra campaña contra el ruido, actualmente estoy tramitando una ley en el congreso y también estamos presionando a las alcaldías del Valle de Aburrá, para que incluyan este tema en sus planes de desarrollo”, dice Carvalho.
El proyecto de Ley contra el ruido, liderado por Carvalho, busca una Política de Calidad Acústica en el país.
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“La contaminación acústica o el ruido molesto perjudica a los colombianos de todas las ciudades, principalmente a los centros y las zonas residenciales. Según informes de la Red Colombiana de Ciudades Cómo Vamos (RCCV), las principales ciudades como Bogotá, Medellín, Cali y Cartagena son de las más ruidosas del país. El 61% de los bogotanos están insatisfechos con el nivel de ruido de la ciudad. En Medellín y el Valle de Aburrá el 48% de los ciudadanos consideran que el ruido es un problema ambiental prioritario y en Cartagena las quejas por ruido aumentaron un 80%. Según la Organización Mundial de la Salud la contaminación acústica puede ocasionar diferentes impactos a la salud física y mental, tales como: sordera, ataques de nervios, estrés, ansiedad, presión arterial alta, dolores de cabeza, mareos, ineficiencia o baja productividad en el trabajo, insomnio, entre otros”, dice en la página web del representante.
Hasta ahora, el proyecto de ley, que lleva seis meses de trámite en el congreso y está a la espera del segundo debate, ha sido apoyado por más de 20 congresistas, entre los que se cuentan Julia Miranda, Juan Carlos Losada, Jennifer Pedraza y Juan Sebastián Gómez.
“Más allá del tema del ruido, esto hace parte de unas dinámicas que estamos impulsando de apropiación del espacio público. Se trata de invitar a la gente a ocupar el espacio público, y también es una forma de llamar la atención de la alcaldía de que si queremos seguridad y convivencia tenemos que darle a la gente actividades en el espacio público”, dice el representante.
