A la fuerza, hombres armados incursionaron en una finca para sacar a cuatro personas que recolectaban café. Afuera de la propiedad, los acribillaron a todos y dejaron dos cuerpos en un punto y otros dos a unos 30 metros de distancia. Esta masacre ocurrió entre los corregimientos Santa Inés y Santa Rita, el eje de una guerra entre Clan del Golfo y La Terraza que en las últimas dos semanas ya dejó siete muertos.
La masacre de este miércoles se registró en las afueras de la finca La Alegría, en la vereda Media Luna, corregimiento Santa Rita, cuando estas personas intimidaron al mayordomo de la finca y sacaron a los cuatro trabajadores de manera violenta; luego los amarraron de las manos y les dispararon.
“El mayordomo manifiesta que hacia medianoche llegaron unos tipos, que él no los vio. Simplemente le tocaron la puerta, por lo que él manifiesta, le dijeron que no fuera a salir. Después escucharon mucha algarabía en el alojamiento donde están los trabajadores y se escuchan unos disparos”, dijo el secretario de Seguridad de Antioquia, general (r) Luis Eduardo Martínez.
Dos de las víctimas de este hecho fueron Ovidio de Jesús Cardona Henao y su hijo Hermis de Jesús Cardona Agudelo, quienes eran residentes de Santa Inés, pero se encontraban trabajando temporalmente en esta propiedad. Las otras dos víctimas, de acuerdo con reportes judiciales, eran ciudadanos venezolanos que se encontraban de paso por este territorio, recogiendo café a cambio de su sustento.
Esta oleada violenta se suma a los tres asesinatos registrados entre el 8 y 11 de marzo en hechos relacionados con el corregimiento Santa Inés. Primero se presentó una incursión armada, en la que 10 hombres ingresaron a una propiedad del sector y mataron a Andrés Bedoya Agudelo, de 30 años. Además, hubo una persona lesionada.
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Tres días después, en zona urbana de este municipio, dentro de un taller de motos, sicarios dispararon contra los hermanos Héctor Augusto y Alejandro de Jesús Chaverra Burgos, de 35 y 45 años, respectivamente. Las autoridades indicaron que la muerte de ellos sería una retaliación de la incursión armada previa.
En medio de estos hechos de violencia, otra de las problemáticas que se vive en este territorio ubicado a casi una hora del casco urbano de Andes es que las intimidaciones armadas por parte del Clan del Golfo, principalmente, vienen generando desplazamientos en Santa Inés.
“Esto a las 6:00 p.m. se vuelve un pueblo fantasma. Todo el mundo apaga las luces y se encierra por temor de que se vaya a presentar algún ataque y más que la iluminación pública es muy mala, lo que hace que la penumbra facilite el accionar de los malos”, expresó un habitante de este corregimiento de unos 3.000 habitantes, pero que por el miedo ha visto partir a varios de sus integrantes.
Las cifras de la comunidad hablan de 40 personas, mientras que la Alcaldía de Andes solo confirma 18. La diferencia en estos datos radica en que algunos han buscado albergues en el pueblo, mientras que los otros optaron por irse, en el mayor anonimato posible, para otros municipios donde familiares que les dieron techo y comida.
El alcalde de Andes, Germán Alexánder Vélez, comentó que “estas personas están en un sector muy montañoso, en la noche bajan y caminan por la zona, pero la verdad no sabemos realmente si se van a quedar, si están establecidos y van de paso, porque están en un sitio donde es un corredor para el departamento del Chocó, pero hasta ahora estamos en manos de la autoridad”.
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Desde la Gobernación de Antioquia, en articulación con el Ejército y la Policía, anunciaron que reforzarán la seguridad en ambos corregimientos para evitar que se sigan presentando este tipo de matanzas.
Además, el próximo martes el gobernador de Antioquia, Andrés Julián Rendón, hará un consejo de seguridad en Hispania para tratar todas las problemáticas de la subregión, incluyendo la de seguridad, teniendo en cuenta que el Suroeste es la zona con más homicidios de Antioquia, con 84 asesinatos, superando al Valle de Aburrá, que tiene 80.
La situación de violencia en esta subregión se registra porque el Clan del Golfo tiene dos facciones, la de Andrés Felipe Morales Marín, alias Carne Rancia, y la de los hermanos Vargas Benítez, Medardo, alias Mi Sangre, y Abelardo, alias La Erre. A esto se suma la incursión de la subestructura Edwin Román Velásquez Valle, que quiso extender el dominio que tenía en el Occidente.
Dentro de este conflicto también hay una estructura conocida como los Halcones del Suroeste o La Oficina de Andes, un grupo criminal que cuenta con todo el apoyo y la logística de la banda La Terraza, de Medellín.
Según el general (r) Martínez, estos dos grandes grupos se disputan el control del microtráfico en las fincas cafeteras contra 13 estructuras criminales locales, algunas de las que finalmente terminan siendo absorbidas.
