Si bien aún no hay un balance oficial sobre el desastres ambiental que vive hoy Urabá, tras un incendio que se prolongó por más de tres semanas en la ciénaga de Marimonda, en Necoclí, voceros de la Gobernación de Antioquia calcularon en 328 las especies de fauna silvestre afectadas, entre las que figuran 16 especies de anfibios, 54 especies de reptiles, 54 especies de mamíferos y 250 especies de aves, tanto locales como migratorias.
El incendio acabó con 4000 hectáreas de bosques formado durante centenares de años. Entre la flora afectada figuran numerosos árboles de roble, cedros, caracolí, cativo, suan, ceibas, helechos, palmas, platanillos, guarumos, árbol del pan, lianas, saleros y sande.
El director de la Corporación Autónoma Regional de Urabá, Corpourabá, Gabriel Ceballos, recordó que entre las hectáreas que quedaron en cenizas 3.3000 hacían parte de humedales y helechales y entre 700 y 800 de bosque húmedo inundable.
La Fuerza Aérea Colombiana, dijo, destinó dos helicópteros con el sistema bambi bucket y cuando el incendio se reactivó utilizaron un tercero para transportar socorristas a sitios difíciles.
El funcionario informó que el costo de esta intervención puede superar los mil millones de pesos, pero sin cuantificar el combustible y la disponibilidad de los hombres de las Fuerzas Armadas y bomberos que atendieron la emergencia.
Advirtió que también se perdieron 400 mil árboles de mangle que Corpourabá había plantado en una restauración.
Corpourabá destacó la participación de los bomberos de la región de Urabá, los de Bello y Copacabana; la Defensa Civil; los miembros del Ejército y la Policía expertos en atención de desastres; el Dapard de Antioquia y el Ministerio del Medio Ambiente.
Ceballos agregó que le están presentando al Fondo Nacional Ambiental un proyecto de recuperación del área y acudirán a la Comunidad Económica Europea, que ha colaborado en otras ocasiones.