El lamentable suceso de la pareja que falleció atrapada en un vehículo en el deprimido de San Juan con la carrera 63 en medio del aguacero del sábado hizo recordar un suceso similar ocurrido hace 34 años en Medellín, donde las víctimas fueron tres músicos.
Según los archivos de este periódico, en la noche del viernes 16 de septiembre de 1988 (previo al día de amor y amistad) sobre la capital antioqueña cayó uno de los más fuertes aguaceros de la historia y también de los más trágicos, pues el saldo en vidas perdidas fue de 15, aunque las informaciones iniciales daban cuenta de 18.
Ese día se crecieron el río y cinco de las principales quebradas del occidente de la ciudad. Hubo cien familias damnificadas, árboles caídos, vehículos atrapados, viviendas destruidas y hasta se habló de personas desaparecidas.
Entre las víctimas fatales de esta nefasta jornada estuvieron tres hombres que viajaban en un taxi que quedó atrapado entre el agua y el lodo. EL COLOMBIANO hizo el siguiente reporte del caso en la crónica general del día siguiente:
“Los informes entregados por la Alcaldía indican que quince personas perdieron la vida durante el desbordamiento de esas quebradas del río Medellín. Cuatro de las víctimas fueron identificadas por las autoridades de la Policía. Fueron halladas en diferentes tramos de las quebradas y del río Medellín. En la carrera 63 con calle 44 las autoridades de Policía practicaron el levantamiento de los cadáveres de Jesús Mario Velásquez Zapata, de 54 años de edad; Jesús Humberto Tejada Serna, de 35 años; y un N.N. de sexo masculino de aproximadamente 25 años de edad. Estos fueron hallados en el interior de un Fiat tipo taxi, distinguido con las placas TI 2162, el cual había sido cubierto por el lodo y pantano”.
Posteriormente, se sabría que se trataba de unos músicos de la ciudad, básicamente serenateros y que en los días de amor amistad son muy requeridos para acompañar celebraciones y llevar serenatas de enamorados.
Rodrigo Martínez, periodista jubilado de esta casa periodística y que laboraba para un medio radial en ese entonces, recordó las escenas vividas ese día.
“Ese día era de amor y amistad, recuerdo que se crecieron las quebradas La Picacha, Anadíaz, La Hueso, la Altavista y La Iguaná. A mí me llevaron a un sobrevuelo en helicóptero y sin exagerar le digo que la ciudad parecía el mar, toda la zona de San Juan y la 33 se veía pura arena”, relató Martínez, recordado en Medellín por sus cubrimientos judiciales y de sucesos como esta tragedia.
Rodrigo mencionó que en realidad no hubo un decreto en la ciudad que denominara este lugar como el deprimido de los músicos, sino que la gente, espontáneamente, fue llamándolo así y así se quedó. Incluso, indicó que el conductor del taxi logró salir nadando y salvarse.
En los últimos años en Medellín los fuertes aguaceros son frecuentes. Y tienen una característica especial: son de corta duración pero muy intensos, lo que genera fuertes inundaciones debido a las crecientes de las quebradas y el río. Pese a ello, no se habían presentado casos de personas muertas atrapadas en vehículos en un deprimido inundado. El infortunio alcanzó esta vez las vidas de Alexandra Salazar Diosa y Luis Gonzalo Estrada, que murieron entre un Audi al que no pudieron abrirles las puertas ni las ventanas para escapar de la muerte.