La escuela rural Claudina Múnera, ubicada en Caldas (Antioquia) tiene en vilo la continuidad de las clases presenciales, que comenzaron el pasado 17 de enero por directriz nacional, debido a que no se ha avanzado en las obras de mejoramiento de su infraestructura y a que aún no se ha contratado personal de aseo, mantenimiento y secretaría.
David Daniel Restrepo, director de este centro educativo rural, contó con tristeza que desde el 17 de enero, cuando retornaron los estudiantes tras las vacaciones, tuvieron que recoger el dinero para pagarle a alguien que se encargue de abrir y cerrar la puerta del colegio y hacer el aseo. Pero ya no tienen cómo recolectar más plata, por lo cual este miércoles 26 de enero se irían a clases virtuales.
Desde la Secretaría de Educación de Antioquia, entidad encargada de estos procesos de contratación, explicaron que avanzan en los trámites para ocupar 2.585 vacantes en sedes educativas de los 117 municipios no certificados del departamento, entre las que se encuentra la escuela Claudina Múnera. “Se espera que el personal administrativo y de servicios generales asignado al CER Claudina Múnera ingrese en el transcurso de esta semana”, manifestaron.
No obstante, para los 216 niños y niñas que estudian allí la situación no se limita a la falta de este personal. Desde hace un año padecen la incomodidad y la falta de espacios para recibir clases de forma óptima y tener momentos de recreación y actividad física.
Este centro educativo, que tiene 57 años de historia en la vereda La Corrada de Caldas, fue incluido en los beneficiarios del Fondo de Financiamiento de la Infraestructura Educativa (FFIE), una cuenta especial del Ministerio de Educación para construir, mejorar o ampliar colegios públicos, muchos de los cuales se convertirían en megacolegios.
Sin embargo, los avances en las obras, que comenzaron a principios del año pasado, no se ven. Y los niños deben pasar el tiempo del recreo en los mismos salones, pues las zonas comunes están con demoliciones y en tierra amarilla, lo que también representa un riesgo para su seguridad.
Ni siquiera pueden tener clases de educación física dentro de la institución y deben desplazarse para ello hasta una placa polideportiva ubicada a dos cuadras, previo a firmar autorización de la Secretaría de Educación para la salida de los menores de edad.
Hace cuatro meses EL COLOMBIANO informó sobre esta situación, pero, de acuerdo con el director, las obras no se han movido y todo sigue igual. Desde el FFIE han reiterado que avanzan en soluciones en las instituciones educativas de Antioquia incluidas en este plan de mejoramiento, que ha estado marcado por incumplimientos de los contratistas, lo que ha requerido reasignación de los mismos.
Pero no en todos ha sido posible cumplirles a los niños que esperan sus megacolegios o sedes renovadas para estudiar de forma presencial, en ambientes seguros y que garanticen la calidad.