El edificio Mónaco, antigua residencia de Pablo Escobar y su familia, fue derribado este viernes a las 11:54 a.m. Los ocho pisos de la edificación tardaron menos de 3 segundos en caer tras detonarse los explosivos.
Para derribar la edificación que resistió dos atentados con carrobomba en el pasado, fueron necesarios 2.800 perforaciones para inyectar la carga de Indugel, el material explosivo dispuesto por Atila, la empresa encargada de la demolición.
A las 11:15 a.m. sonó la primera sirena que anticipaba el inicio de la operación en las inmediaciones del Mónaco. La segunda alarma se escuchó a las 11:22 a.m. La última sirena sonó a las 11:53 a.m.
Desde el Club Campestre, un aproximado de 1.600 personas observaron en directo la demolición, en un homenaje para las víctimas de la violencia del narcotráfico.
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“Este es un día en el que cerramos un oscuro capítulo que marcó nuestra sociedad. Este edificio, símbolo de esa época aciaga y llena de terror, hoy cae para dar paso a un lugar donde se rinde homenaje a la memoria de las víctimas, de los héroes que dieron su vida por combatir la criminalidad y, sobre todo, para hacer frente al terrible flagelo del narcotráfico. Hoy el edificio cae y empieza una esperanza”, afirmó el presidente de Colombia, Iván Duque Márquez, minutos antes.
“Bajo este cielo hemos tenido noches tristes, noches oscuras pero también hemos sido solidarios y resilientes. Bajo este cielo que hoy nos mira hemos comprendido que el viento del olvido no puede llevarse la memoria de nuestros seres queridos (...) Volver la mirada sobre lo que muchos preferían no nombrar no es fácil, hay dolor en las palabras y también en los silencios (...) Es importante saldar esa deuda narrativa, social e institucional que tenemos con las nuevas generaciones”, expresó Federico Gutiérrez, alcalde de Medellín.
En horas previas al derribamiento del edificio, decenas de curiosos se instalaron en la avenida El Poblado para ser testigos de la caída del Mónaco.
La nube de humo llegó hasta la Avenida El Poblado, donde decenas de curiosos veían la caída del Mónaco. Luego, los bomberos comenzaron a esparcir agua para disipar el polvo.
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