Alexánder Buitrago y Emperatriz Ospina no durmieron después de la Noche de las Velitas. Pero no fue por ninguna fiesta de algún vecino bulloso sino por la ansiedad de que llegara la hora cero de ver caer Continental Towers, ese edificio que durante los últimos nueve años pasó de ser el sueño de sus vidas a su mayor pesadilla.
A las 10:36 de la mañana de ayer, en cuestión de tres segundos, vieron con sus propios ojos cómo los apartamentos que compraron con los ahorros de su vida quedaron convertidos en polvo. Alexánder celebró, mientras que Emperatriz lloró sin consuelo, mientras era abrazada por otro de los propietarios.
Ambos compraron sus apartamentos entre 2012 y 2013, teniendo en cuenta la ubicación envidiable que tenía. Cuando les entregaron las llaves de sus apartamentos, no podían de la felicidad, pero fue poco el tiempo que lo pudieron disfrutar. Alexánder estuvo un año en el apartamento 1708 y Emperatriz solo disfrutó el 1118 cinco meses.
La implosión
Emperatriz llegó desde las 8:30 a.m. a las afueras del restaurante San Carbón, el punto de encuentro establecido por los afectados que querían ver cómo se derrumbaba el icono del episodio más amargo de sus vidas. Alexánder apareció media hora después, con un gesto entusiasta por lo que iba a pasar con la propiedad a la que le invirtió $370 millones hace una década y sobre la cual no ha dejado de pagar ni valorización ni impuesto predial, pese a que no vive allí hace 3.328 días.
“Esperamos que esto sea el principio del final de un sufrimiento que ha venido de la mano de otras desdichas para mi familia. Han sido muchos años de sufrimiento”, relató Emperatriz antes de ver caer el edificio.
Entre todos los vecinos afectados que hicieron presencia se saludaban con la cercanía que les dio esta tragedia, que si bien no se llevó vidas como sí ocurrió con su vecino Space, sí destruyó decenas de familias, según Alexánder. “Muchas de las familias que acá vivían se terminaron desintegrando por cuenta de todo lo que hemos tenido que vivir”.
En un principio se había dicho que la implosión iba a ser a las 10:00 a.m., pero algunos vecinos del sector no evacuaron según lo recomendado, por lo que se presentaron algunos retrasos. Incluso hubo algunos alegatos de las víctimas del edificio con la Policía porque los querían alejar del sitio donde podían ver y hacer el duelo de su tragedia.
Andrea Echeverri, otra de las afectadas, le recriminó a los curiosos que se estaban pasando el acordonamiento y les gritó que “háganse para atrás, déjenos hacer el duelo”. Luego de unas negociaciones, la autoridades les permitieron a los afectados y a los medios de comunicación estar más adelante, para poder ver en primera fila la implosión.
Pero con el paso de los minutos y al ver que no sonaban las alarmas, ya se empezaba a sentir la desesperación entre los presentes. Algunos ya miraban con angustia y hablaban de la posibilidad de que esta no se hiciera, mientras que otros aprovechaban para hacer algunos chistes al respecto.
Pero apenas sonó la primera alarma, todos se pusieron en posición frente al edificio. Emperatriz solo miraba y las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos, mientras que Alexánder sacó su teléfono celular para grabar ese momento que quería que se quedara en algo más que un recuerdo.
A las 10:36 a.m., sonó esa explosión que por años estaban esperando. Continental Towers se desplomó en cuestión de tres segundos y solo quedó una nube de polvo que se disipó en minutos, gracias a la ayuda de los bomberos.
Mientras esto ocurría, algunos aplaudieron y otros se abrazaron como si se tratara de un gran triunfo, tal como lo sintió Alexánder.
Emperatriz, en cambio, fue el reflejo de su propia tristeza al ver cómo los $319 millones que invirtió por su apartamento, que cambió por otro que tenía en el mismo sector para “tener más estatus”, se convertían en polvo, aunque los $35 millones que adeuda de impuesto predial siguen tan firmes como la torre del ascensor que no se cayó con la implosión.
Para ambos, esta historia todavía tiene varios capítulos por contar, pero sin duda finalizó uno de los más amargos. “Esto solo termina cuando nos restituyan lo que nos robaron, lo que nos estafaron y que nos paguen los perjuicios psicológicos”, se dolió Emperatriz.
70
familias fueron evacuadas el 29 de octubre de 2013 de Continental Towers.
9.500
metros cúbicos de tierra quedaron acumulados tras caer el edificio en El Poblado.