El mantenimiento de las vías a cargo de la Nación que pasan por el departamento de Antioquia está pagando los platos rotos por la falta de recursos del gobierno del presidente Gustavo Petro. Por lo menos cuatro corredores de gran importancia, ubicados en el Urabá antioqueño, el Oriente, el Valle de Aburrá y hasta un tramo de la Autopista Medellín - Bogotá son objeto de un pulso entre el Invías y la Secretaría de Infraestructura de la Gobernación de Antioquia.
En una disputa que poco se distancia con la que hoy se libra en la vía de acceso al Túnel del Toyo, cuya culminación que quedó en la cuerda floja por falta de recursos, el Departamento le está pidiendo al Invías que también le ceda varias carreteras que están en cuidados intensivos en materia de mantenimiento y que durante los últimos años tienen cada vez menos recursos.
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Además de la Medellín - Bogotá, las otras calles de la discordia son la vía entre Necoclí y Arboletes, la vía entre la glorieta de El Tablazo y la glorieta del Aeropuerto José María Córdova, y la vía entre el intercambio de Primavera, en el municipio de Caldas, y el peaje de Amagá.
“Necesitamos que nos las entreguen a la Gobernación de Antioquia para nosotros buscar los recursos y hacerles el mantenimiento. En Antioquia no nos sobra la plata, pero no podemos ser inferiores a los retos que tenemos”, expresó el secretario de Infraestructura de Antioquia, Luis Horacio Gallón, al ser consultado por esa situación.
Aunque varias de esas vías ya se venían pidiendo desde 2024, como por ejemplo la Medellín - Bogotá, el pulso se intensificó en enero de este año luego de que se conociera que el Invías sufrió un ostensible recorte presupuestal para sus intervenciones en Antioquia.
Así lo denunció el capítulo regional de la Cámara Colombiana de la Infraestructura, desde donde su presidente, José Fernando Villegas, señaló que se frenó en seco un contrato de $84.000 millones que tenía como objeto el mantenimiento de las vías.
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De acuerdo con el directivo, pese a que en el departamento los peajes bajo el control de la Nación recaudan en promedio anualmente cerca de $108.000 millones, el promedio anual de inversión apenas llegaría a los $18.000 millones, dando cuenta que los recursos o se están yendo para vías en otros lugares del país o para otros gastos públicos, pese a que la ley exige que todo lo que se recauda en un corredor determinado debe invertirse en el mismo.
Bajo ese panorama, el presidente de esa agremiación señaló que no es para nada una exageración decir que para este año no hay recursos para meterle mano a las vías en el departamento.
Los corredores más críticos
La lista de vías en problemas está encabezada por la que comunica a Necoclí y Arboletes en el Urabá antioqueño, la misma que por lo menos desde marzo de 2021 ha generado múltiples bloqueos y protestas encabezadas por los habitantes de esos municipios.
Tal como lo registró este diario en aquel año, luego de que 600 habitantes bloquearan la vía, la Nación había llegado a un acuerdo con ellos prometiendo meterle mano a la vía y así poner fin a múltiples accidentes de tránsito que se han desencadenado por el mal estado de la misma.
Pese a que las protestas se repitieron en 2022 y 2023, los mantenimientos de fondo nunca llegaron.
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En marzo de 2023, el entonces gobernador Aníbal Gaviria incluso hizo un llamado al Ministerio de Transporte y al Invías para meterle mano a esa carretera y otras, advirtiendo que esos rezagos en los mantenimientos ya se habían convertido en una crisis.
De acuerdo con los datos de la Secretaría de Infraestructura de Antioquia, el pésimo estado en el pavimento ha hecho que los tiempos de desplazamiento por ese corredor hayan pasado de 40 minutos a más de dos horas y media.
En plata concreta, los estimados de la Gobernación apuntan que para poner al día los mantenimientos se haría necesaria una inversión de por lo menos $70.000 millones en un primer año y luego mantener un promedio de entre $15.000 y $20.000 millones anuales.
Otro corredor que necesita atención urgente es el tramo que corresponde a la Nación de la Autopista Medellín - Bogotá, que luego de la finalización de una concesión en la que su mantenimiento estaba a cargo de un privado comenzó a deteriorarse aceleradamente, en el tramo que va desde el municipio de Puerto Triunfo a El Santuario, justo en donde termina la doble calzada y se disparan los índices de accidentalidad.
Precisamente durante la madrugada del pasado 4 de enero, un bus intermunicipal de la empresa Rápido Ochoa, en el que iban 42 pasajeros, terminó cayendo a una quebrada en el municipio de San Luis, dejando un saldo de tres muertos y 39 heridos.
El accidente reavivó la tensión entre la Gobernación y el Gobierno Nacional, luego de que la primera señalara que los rezagos en el mantenimiento de ese corredor incidían directamente en su seguridad.
Lo insólito de dicho accidente fue que se produjo exactamente en una curva situada entre los kilómetros 75 y 76 en la que ocurrieron otros tres accidentes en la temporada de fin de año.
En agosto del año pasado el Invías había anunciado una inversión de $27.221 millones para esa autopista, pero según la Gobernación se hacen necesarios trabajos por entre $50.000 y $60.000 millones.
Entre tanto, un proyecto con el que se pretende la ampliación de la autopista en ese tramo, parte de las vías de quinta generación, sigue durmiendo el sueño de los justos en los anaqueles del Ministerio de Transporte.
Los otros dos corredores con inversiones pendientes son la vía entre la glorieta de El Tablazo y la glorieta del aeropuerto de Rionegro, que necesita ampliarse cuando entre a funcionar un nuevo intercambio vial y que implicaría inversiones por $40.000 millones, y la vía entre Primavera y Amagá, que también necesita mano y ampliarse.
Este diario consultó con el Invías su versión de tema, pero hasta el cierre de esta edición no hubo respuesta.
