Una de las grandes sorpresas que dejaron las elecciones en Antioquia fue la llegada al Congreso de una fórmula sin trayectoria política, que se quedó con curul en Senado y Cámara tras superar a candidatos con mayor peso y maquinarias dentro del Partido Conservador. Dos nombres que no suenan mucho todavía, el electo representante Luis Miguel López (49.237 votos) y el senador Mauricio Giraldo (105.690), lograron los apoyos necesarios en el departamento y el país, principalmente de comunidades católicas con las que han tenido relación gran parte de su vida.
Ambos se conocieron hace 15 años en uno de estos colectivos religiosos y pronto se convirtieron en líderes de un activismo que promueve la defensa de la vida y la familia: han coordinado retiros espirituales, marchas provida y hasta crearon Conciudadanos, un tanque de pensamiento que tiene 400 jóvenes voluntarios en el país, para desarrollar investigaciones y trabajo sobre desarrollo, economía y familia, entre otros.
Fueron justamente sus compañeros católicos quienes los impulsaron a lanzar ambas candidaturas cuando ni siquiera contaban con el respaldo de movimientos o partidos políticos. Aceptaron la propuesta y acudieron a las entrañas del Conservador para presentar sus ideas y, sin la certeza de que serían aceptados, solicitaron el respaldo para un candidato a Senado y 13 a Cámara en varios departamentos.
La primera gran victoria de esta trayectoria que comienzan fue obtener el aval conservador para Giraldo en el renglón 57 a Senado y la inclusión de seis candidatos más a Cámara por distintas circunscripciones: Bogotá, Santander, Caldas, Córdoba, Atlántico y Antioquia. Esta última, ocupada por López en el renglón 10 de la lista y también la única que logró curul. La campaña, que no contaba con padrinos políticos, abundantes recursos económicos ni grandes maquinarias, estuvo marcada por la labor de voluntarios, familiares y amigos que vendieron el mensaje de que sería posible si los creyentes se unían en las urnas.
Para lograrlo, Giraldo recorrió 26 de los 32 departamentos del país y López, 35 de los 125 municipios antioqueños. Se enfocaron en transmitir su mensaje con las comunidades creyentes, grupo por grupo, parroquia por parroquia; fue un proyecto de iglesia que les permitió replicar su apuesta. A la campaña la llamaron franciscana por los pocos recursos económicos, los votos obtenidos los consideran un milagro y a la causa política la nombraron Unión Familia. “Llegamos a esta votación histórica porque tenemos la mejor maquinaria: la de la fe y la de Dios, obviamente, sin instrumentalizar la fe”, sostiene el hoy representante antioqueño, quien nació en Medellín y tiene raíces en el Oriente, la región de la que Giraldo es oriundo.
Pero no solo el respaldo de la comunidad católica les permitió tener dos asientos en el Congreso. También los apoyaron comerciantes y trabajadores de El Hueco, donde el hoy senador electo tiene un negocio de importación de repuestos; y la Central Mayorista de Antioquia, en la que López creció y trabajó durante años.
A partir del 20 de julio quieren llevar al legislativo 20 proyectos de ley que ya tienen montados, relacionados. Entre ellos está “Colombia apoya campeones”, para promover la financiación de los deportistas; “Mujeres libres”, con el que buscan declarar la pornografía como crisis de salud pública; y “Colombia apoya el agro”, con el que esperan mejorar la productividad del campo y gestionar recursos y medios tecnológicos que les permitan a los productores mejorar su calidad de vida.
Con la llegada de esta dupla al Congreso, se quedaron por fuera candidatos que se proyectaba tendrían mayores posibilidades de curul. Es el caso del exdiputado y candidato a la Cámara, Camilo Callejas, quien quedó 2.000 votos por debajo de López, o John Edison Molina, cabeza de esa lista a Cámara y que contaba con el respaldo del senador reelecto Carlos Trujillo, uno de los congresistas más poderosos del departamento y que logró la segunda mayor votación del país dentro del partido, 54.000 más que el debutante Giraldo.