Cada semana hay uno o varios casos aberrantes de maltrato animal en Antioquia. Esta semana el Área Metropolitana reportó el caso de una lora frentiamarilla que estuvo cautiva por 40 años, lo que le dejó irreparables secuelas en su salud. Según la entidad, el ave presenta sobrecrecimiento de uñas, deformación en los huesos de sus dedos y enfermedad metabólica que provocó masas en su rostro.
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Este caso recordó otros recientes en los que las autoridades hallaron loros con hasta 60 años de cautiverio, evidenciando que prácticas de maltrato y comercialización de especies silvestres siguen enquistadas entre la ciudadanía. Este otro caso también fue una lora frentiamarilla que fue recuperada en octubre de 2024 y estuvo enjaulada viviendo en condiciones indignas al interior de una casa donde sus ocupantes se la pasaron de generación a generación, como si fuera un objeto.
La lora se encontraba en pésimas condiciones
A raíz de esto quedó con las patas inflamadas y deformadas por la ausencia de ramas de las cuales poder agarrarse firmemente. Además, dos de sus garras fueron removidas. Tan indigna y dolorosa era su situación, que el ave para poder desplazarse usaba su pico como si fuera una muleta, según señalaron los peritos del Área.
En el examen al animal también se le detectó una masa, posiblemente un lipoma, el cual sería el resultado de los excesos de grasa en la inadecuada alimentación que recibía el ave. Esta, también se reflejaba en sus plumas de apariencia opaca y grasosa y en su sobrepeso. Para rematar, al intentar revisar el ave, esta se quejaba constantemente de dolor.
El otro caso que se presentó esta semana ocurrió en el sector Peaje Las Palmas sobre la vía Medellín – Sonsón, donde la policía ambiental realizó una inspección de rutina en un bus de servicio público y se encontró con la sorpresa de que un hombre llevaba al interior de un bolso un perico chocolero, en pésimas condiciones.
Al percatarse del hecho, le solicitaron al hombre la documentación del ave y, como era de esperarse, el hombre no dio respuesta por lo que procedieron a capturarlo señalado del delito de aprovechamiento ilícito de recursos naturales. Fue una suerte haber encontrado al animal, que posiblemente no habría resistido el viaje, pues el sujeto ni siquiera dispuso de algún orificio para que el periquito respirara.
En Envigado hubo un caso más, aunque este con un final menos tráfico que el de los loros mencionados. En trabajo conjunto entre la Dirección de Bienestar Animal de Envigado y la Inspección de Policía de Carabineros fue posible la recuperación por entrega voluntaria de dos guacamayas que se encontraban en condición de cautiverio.
Según recordaron desde la alcaldía, la tenencia de fauna silvestre en cautiverio está prohibida en Colombia. “Según la normatividad colombiana, mantener fauna silvestre en cautiverio contraviene las leyes: Ley 1801 (Código Nacional de Seguridad y Convivencia), Ley 1333 de 2009 (Procedimiento Sancionatorio Ambiental) y Ley 599 de 2000 (Código Penal)”.
Añadió la administración municipal que las sanciones por incumplir estas normativas pueden llegar hasta los 100 salarios mínimos legales mensuales vigentes (SMLMV).
“Desde la Alcaldía de Envigado hacemos un llamado a la comunidad para que denuncie en la Dirección de Bienestar Animal cualquier caso de tenencia ilegal de fauna silvestre y participe activamente en la conservación de nuestra biodiversidad”, puntualizó la administración municipal.
