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“La estrategia de Quintero es quemar a Upegui para que gane Corredor”: Rodolfo Correa

Rodolfo Correa, candidato a la Alcaldía de Medellín, habla de su trayectoria e insiste en su distancia con Daniel Quintero. Dice que la verdadera carta del alcalde es Albert Corredor.

  • FOTO camilo suárez
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    camilo suárez
10 de octubre de 2023
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Rodolfo Correa habla sin pelos en la lengua: dice que esta administración está jugada por Juan Carlos Upegui y Albert Corredor; que a él le han metido trabas no dejándole poner publicidad y haciéndolo a un lado en los debates; y además sostiene que la renuncia de Daniel Quintero es solo una movida para distraer y perfilar a Corredor como contrincante directo de Federico Gutiérrez.

Candidatos, denos un brochazo de su vida.

“La verdad es que es bastante atípica mi presencia en la política. Yo siempre he dicho que en mi familia no había habido ni siquiera un presidente de Junta de Acción Comunal. No tengo ninguna trayectoria familiar, ni pertenezco a ningún clan, ni a ninguna herencia, ni a ningún legado político. Yo soy hijo de un policía y un ama de casa. Mi padre prestaba sus servicios en la Policía Metropolitana de Medellín y en 1996 lo asesinaron en el Parque de San Antonio. Yo tenía 17 años y él 41”.

¿Cómo fue eso?

“Fueron unos criminales que lo siguieron luego de que terminó el turno y lo mataron en el Parque de San Antonio. Yo, como les digo, fui formado por mi padre y mi madre en los escuadrones de policía, en una época de muchísima violencia guerrillera. Nos tocaba ir con mi padre de pueblo en pueblo. Yo la primaria la terminé haciendo en ocho escuelas de Antioquia. Toda la vida me preparé para ser oficial de la policía”.

¿Le gustaba? ¿Usted se veía vestido de policía?

“Mi sueño era ser general de la policía y para eso me preparé. Ya luego, cuando comencé el bachillerato, mi padre me metió al colegio militar José María Cordova. Ahí cursé todos mis estudios y cuando todo estaba listo para irme a la escuela de cadetes, ahí asesinaron a mi padre y mi vida dio un vuelco total“.

¿Usted se desencantó?

“Sí, pero es que ya no podía irme porque me tocaba ponerme a trabajar para sostener a mi familia. Entonces me metí a la Universidad Autónoma, estudié Derecho y ahí le ayudé a mi madre a levantar a mis hermanos. Yo era estudioso y resulta que a un profesor lo nombraron director de la Fiscalía en Medellín y comencé a trabajar con él como asistente. Fui cinco años asistente de fiscal. Cuando me gradué, con un crédito del Icetex, me voy a estudiar a Madrid, a la Universidad Carlos III. Pedí una licencia en Fiscalía, pero solo me la dieron para la mitad del master. Me negaron la renovación, entonces tenía que decidir: si terminar los estudios o si quedarme sin trabajo. Pero tomo la decisión de seguir estudiando y cuando llego decido meterme a la política”.

¿Y por qué tomó esa decisión?

“Como le parece que estando en la Universidad, ofrecieron una beca para una especialización en literatura y poder. Resulta que el director era José Saramago. Pues cómo me iba a perder la oportunidad de ser su alumno. Él ya estaba entrado en años. Me postulé y me la gané. Ahí me enamoré de la política”.

Entonces, usted llega y qué hace.

“Tomé la decisión de meterme a la política como candidato a la Alcaldía de Medellín en 2004. Ya van a ser 20 años. Pero recién llegué de España busqué algo que fuera afín con mi ideología y lo que más correspondía era el Partido Liberal. Un profesor de la universidad me invita y así empiezo a hacer política con Ramón Elejalde. Ahí participé en una campaña al Congreso en 2005. Y luego fui candidato al Concejo de Medellín en 2007, pero quedé con la votación número 22, de 21 concejales posibles”.

¿Y qué hizo después?

“Seguí dedicado a la universidad. Y en los diez años siguientes, publiqué seis libros, hice otra maestría, empecé estudios doctorales y estuve como profesor. Hasta que me volví a meter en política, con Luis Pérez que me invitó a estar en su gabinete, pero solo resistír tres meses”.

¿Por qué?

“Hombre, me aburrió mucho la forma de gerenciar que se tenía en ese momento en la Gobernación, yo no puedo hablar nada malo distinto a eso, teníamos modelos muy distintos de administración. Realmente me aburrió mucho la microgerencia, y la imposibilidad de desarrollar allí los proyectos por los que yo había soñado”.

¿Entonces se dedicó a litigar?

“Ya estaba litigando. Yo siempre he tenido mi oficina de abogados, que es de donde realmente yo me sostengo y tengo mi actividad económica y profesional, porque la docencia es muy bella, pero de la docencia nadie puede realmente vivir”.

¿Usted después fue también secretario?

“No, fui candidato, después de eso, y ya con la picadura, dije, no, no, es que no voy a dejar vencer así como así. Y me lancé como candidato independiente a la Gobernación de Antioquia”.

¿Esto fue hace cuatro años?

“Eso fue hace cuatro años. Yo tuve ahí que confrontar, muy respetuosamente, con Aníbal Gaviria, a quien también conocía cuando estuve en el Partido Liberal y con quien tuve una gran amistad con su padre, don Guillermo Gaviria Echeverri. Quedé de quinto en esas elecciones”.

¿Y no quedó curado?

“No, quedé picado. Esta es mi tercera y tal vez última. Este es el compromiso con mi familia. Que si no fue en esta, ya no fue”.

¿Y trabajo en el gobierno Gaviria, en Agricultura?

“Acepté la invitación que me hizo Aníbal Gaviria porque con él tenía una buena amistad y confrontamos con respeto. Él me invitó luego a ser secretario de Agricultura y ahí sí pude desarrollar muchos de los grandes sueños que tenía para el desarrollo económico del departamento. Logramos una secretaría cuyos recursos ordinarios eran de 8 mil millones de pesos al año. Eso realmente no es plata. Logramos terminar nuestra gestión casi logrando la ejecución de más de 150 mil millones de pesos. Logramos consolidar primero un nuevo modelo de comercialización agrícola para el departamento de Antioquia. Hicimos una alianza con la FAO de Naciones Unidas y creamos una organización sistemática para los agricultores que lo llamamos el Sistema de Abastecimiento Agroalimentario de Antioquia. Este es un modelo que consistió en la creación de unos nodos cooperativos en las cinco regiones más productivas”.

Bueno, a usted ahora en la campaña lo relacionan con el alcalde (e) Óscar Hurtado, que tenían una sociedad, cómo es eso. ¿Tienen razón quienes lo señalan como cercano a Daniel Quintero?

“Que Dios me guarde de eso. Le voy a contar la historia muy rápidamente. Cuando yo vuelvo de Europa y voy a pedirle ayuda al profesor Ramón Elejalde en su equipo el candidato a la Cámara era Óscar Hurtado. Un hombre que venía de ser considerado como el mejor alcalde del país en la categoría de los municipios en Tarso y que había hecho la Asamblea Constituyente de Tarso. Yo empiezo a trabajar con él construimos una buena amistad y fuimos muy amigos hasta el año 2018”.

¿Por qué se dañó esa amistad?

“Incluso nosotros habíamos hecho una sociedad para una empresa dedicada a la producción de carnes frías en el marco de las actividades que uno realiza. Fuimos socios en esa sociedad pero cuando llegaron las elecciones a Gobernación y Alcaldía hace cuatro años él optó, no por ayudarme a mí como candidato a la Gobernación sino por ayudarle a Aníbal Gaviria. Y para la Alcaldía yo tomé la decisión de ayudarle a Alfredo Ramos y él se fue con Daniel Quintero”.

Mejor dicho, a usted le fue como mal y él ganó con los dos...

“Sí, él ganó con los dos pero en últimas no sabemos quién va a terminar ganando y perdiendo más por la relación con Daniel Quintero que él prefirió, que hoy lo tiene como alcalde encargado, pero ese capítulo no se ha cerrado”.

Usted ya ha hecho campaña. ¿Ve diferencias en esta?

“Sí, yo creo que en esta campaña está reinando la vulgaridad, la grosería, el irrespeto, la polarización y la degradación de la política. Hoy vemos una campaña marcada por

la radicalización, el odio y la grosería que Daniel Quintero le imprime a todo lo que hace. Se está haciendo campaña en contra de los demás con recursos públicos, como conmigo, que me han impedido instalar mi publicidad, también intentaron sacarme anulando mis firmas y sacándome de los debates. Lo que Daniel Quintero ha hecho aquí no tiene nombre. Y quiero aprovechar este espacio también para decirle a la gente que no caiga en su estrategia. Él sabe que su candidato Upegui no tiene posibilidad y sale a terminar de quemar a Upegui para que por debajo entre corredor. Esa es la gran estrategia”.

¿Cree que la estrategia sea Corredor?

“ Sí, claro. Eso es evidente. Cualquiera que tenga un poco de experiencia en política sabe que la verdadera estrategia de Daniel Quintero es Albert Corredor. Pero eso suena muy maquiavélico. Sí, como lo es él. Daniel Quintero es un maquiavélico; un profesional en el arte del engaño”.

Bueno, la gente por qué debe votar por usted, qué propone.

“Mire, yo tengo un programa de gobierno elaborado a partir del modelo establecido por la agencia ONU Hábitat. Porque uno no puede llegar a inventar en el gobierno, que fue lo que hizo Daniel Quintero. Primero, desarrollo social. Segundo, desarrollo económico. Tercero, desarrollo ambiental. Cuarto, desarrollo deportivo y cultural. Y quinto, desarrollo institucional. Rodolfo Correa va a ser el alcalde del desarrollo de esta ciudad. Nosotros tenemos que empezar a planificar a Medellín para los próximos 50 años bajo un modelo de honestidad y gerencia técnica rigurosa para la consecución de estos objetivos de desarrollo”.

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