En las últimas tres elecciones para la alcaldía en Itagüí el trujillismo se quedó casi con la mitad de los 346.000 votos depositados en las urnas, lo que se tradujo en un control de doce años que para siete de los ocho candidatos a la alcaldía resulta inviable y perjudicial prolongar.
Al escuchar a todos los candidatos, resulta evidente que no solo está en juego la disputa por frenar o continuar una hegemonía política sino que hay visiones del modelo de ciudad que chocan tremendamente con el que ha predominado en estos 12 años. Por ejemplo, casi que con las mismas palabras, los siete aspirantes que esperan evitar que el ungido de Carlos Trujillo, Diego Torres, llegue al cargo, señalan que es inadmisible que el segundo municipio más rico de Antioquia tenga índices de pobreza multidimensional por encima de sus vecinos Envigado y Sabaneta y desigualdades injustificables. ¿Dónde está la plata?, preguntan.
Por otro lado, Torres –el exsecretario de Gobierno del alcalde José Fernando Escobar–es más optimista, tiene que serlo porque aspira a que la ciudadanía confíe, a la hora de votar, en que el municipio va por buen camino. Torres señala que en su plan de gobierno “Itagüí somos todos” algunos de sus ejes principales serán la seguridad y la movilidad. Por eso dice que aprovechará el avance tecnológico para fortalecer el sistema de vigilancia y prevención mediante la instalación de cámaras de última generación para reconocimiento facial. En cuanto a movilidad, asegura que en su gobierno será prioridad gestionar la ampliación de la doble calzada de la calle 36 hasta los límites con Medellín y hacer apertura y ampliación de vías en los barrios más críticos y en zona rural.
Su contendor más fuerte, León Mario Bedoya, quien fuera el primer sucesor de Trujillo y hoy no se pueden ver ni en pintura, sostiene que aspira a regresar para poner orden a la casa. Asegura que con su plan “Itagüí para la gente” volverá la oferta social que dice que cayó en el olvido en estos cuatro años. Señala que hay que recuperar para las poblaciones más vulnerables los subsidios y programas que perdieron y que, parte de ese arreglo de la casa incluye recuperar la Agencia de Desarrollo Local que, según dijo, tiene un déficit $95.000 millones.
Otra figura con larga trayectoria y una de las más acérrimas opositoras del trujillismo, Rosa Acevedo, también habla entre sus prioridades de cuidar los recursos públicos que a su juicio han sido despilfarrados durante estos doce años. La candidata señala que tendrá un programa para reducir la deuda pública, que revisará la forma en la que se calcula el predial, que considera inequitativo, y que en su primer año acabará con las nóminas paralelas de la alcaldía y las roscas. Dice, además, que le ha recalcado hasta el cansancio a los demás aspirantes que solo uniéndose pueden sacar al trujillismo del poder y de paso –apunta– al petrismo y al quinterismo de Antioquia.
Pero hay quienes, por el contrario, esperan que el Gobierno Petro fortalezca su presencia en Antioquia como sinónimo de inversión y ejecución de proyectos. El candidato de Independientes, Hugo Sánchez, prioriza en su programa “Itagüí, nuestra causa común” la salud, el medio ambiente y una transformación industrial basada en tecnología sostenible.
Sánchez sostiene que recuperará la red de salud del municipio, que declarará la emergencia ambiental para combatir la crisis de enfermedades respiratorias que padecen los habitantes y creará la empresa Aguas de Itagüí. Dice que la creación de industrias y proyectos especializados en combatir la crisis climática podrán atraer la inyección de capital del Gobierno Nacional y generar empleo.
Hacia una dirección similar apunta Nelson Acevedo, el famoso “Techo”, aunque políticamente él partió cobijas con el Pacto Histórico.
El exconcejal propone un programa de gobierno basado en siete dimensiones de desarrollo humano. Dice que llegó la hora de cerrar la llave del despilfarro de una alcaldía que se gastó $7.000 millones en fiestas en un municipio con tantas carencias. Promete llevar atención hospitalaria de tercer y cuarto nivel a los hospitales San Rafael y del Sur, formalizar a los conductores que durante años han garantizado con transporte informal la conexión a las zonas más alejadas del municipio y recuperar el espacio público del cual, dice, el trujillismo ha despojado a los itagüiseños para sus intereses.
El medio ambiente también atraviesa el plan de gobierno del candidato más joven a la alcaldía, Leyner Camilo López (31 años), del partido Alianza Verde, que propone priorizar en el POT las áreas naturales estratégicas del municipio, invertir fuerte en planes de mitigación en zonas de riesgo, construir 10 kilómetros de ciclorrutas y reactivar los centros de salud comunitaria.
Otra figura fresca en la política itagüiseña es Mauricio Bedoya, un empresario quien, por cierto, perdió en un cabeza a cabeza el aval de los verdes con López.
Bedoya cree que la fórmula de legalidad más emprendimiento puede transformar el municipio. Y para ello propone proyectos como un fondo para emprender que combata el gota a gota con créditos blandos y rápidos. También tiene una particular propuesta para matar varios pájaros de un tiro. Planea construir un edificio en cada comuna que tenga varios niveles: parqueaderos, para mitigar la crisis de movilidad y parqueo; canchas y zonas de recreación para compensar la falta de espacio público y oficinas para que los emprendedores arranquen sus empresas durante el primer año.
Otro que le apuesta fuerte en su programa a la generación de empleo y nuevas tecnologías es Augusto Ocampo. Propone crear un Centro de Emprendimiento e Innovación que brinde asesoramiento y capacitación a emprendedores locales. Dice que su alcaldía priorizará el desarrollo de clúster industriales, el apoyo al emprendimiento joven, y las industrias culturales como la gastronomía, el turismo y la moda.
Entre los puntos de encuentro de la mayoría están la necesidad imperiosa de hacer los intercambios viales de la calle 50 y la avenida Pilsen sobre la autopista sur y garantizar que no pasarán otros cuatro años sin que Metroplús entre en operación y siga costándole plata al bolsillo de los ciudadanos sin funcionar.
En cualquier caso, plata va a tener el alcalde que salga victorioso el 29 de octubre próximo pues se estima que el presupuesto del municipio se aproxime a los $900 mil millones. Resta por ver si los itagüiseños confían nuevamente en Carlos Trujillo para que les maneje la chequera o dicen que ya fue suficiente y le entregan la confianza a otra propuesta.
