El tramo de la vía a la Costa Atlántica que pasa por Antioquia bien podría resumir todos los dolores que padecen las regiones apartadas del país: abandono estatal; una única carretera peligrosa y mal trazada que provoca cada tanto tragedias como la de este jueves; derrumbes que bloquean los pueblos días enteros; la amenaza constante de que los grupos armados salgan y quemen buses y camiones; y una tensión social permanente que repite por temporadas protestas copiosas con llantas quemadas, troncos atravesados y la inminencia de un estallido final que nunca ocurre.
Como si algo malo siempre pudiera ocurrir en esta carretera, lo único que parece tener en común la subregión Norte del departamento.
Los dos antecedentes inmediatos en la vía en los últimos cuatro meses dan cuenta, como no, de un accidente y un cierre por una manifestación ciudadana. Lo común.
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El pasado 30 de diciembre, un bus que llevaba 42 personas se volcó en el Alto de Ventanas, a la altura de Valdivia, y hubo cuatro heridos. El piso estaba mojado y el bus se volcó en plena curva, fue el reporte oficial.
Por allá en agosto, cansados de ver cómo se deterioraba la vía en medio de las constantes promesas incumplidas, los habitantes de Valdivia salieron a la altura del sector La Quesera a bloquear el paso de vehículos hasta que el Invías los escuchara y les diera soluciones concretas y definitivas. Con montañas de tierra, cintas y sancochos, 50 manifestantes decidieron cerrar la vía.
