Una maraña. Así definía Tomás Carrasquilla el alma de los pobladores de estas tierras. “¡Y hasta lo será! Aquí no hay tipo ni agrupación que pueda encarnar esta montonera tan heterogénea. Ni el interés pecuniario, ni el amor al suelo y al trabajo, ni la misma verbosidad hiperbólica son aquí generales. Solo la autonomía individual puede sumarnos, porque aquí cada uno es Juan Memando y... ¡San-se-acabó!”.
Con Carrasquilla, que después (En Hace Tiempos, 1936) hablaría que Antioquia es a su vez tres Antioquia, empezamos esta segunda entrega tras la huella de la influencia judía en la historia del departamento. Y esa trinidad de las Antioquias que menciona el autor de La marquesa de Yolombó nos sirve para introducir una idea en la que nos adentraremos: este pueblo fue producto de tres mestizajes.
Fabio Villegas Botero, autor del libro El alma recóndita del pueblo antioqueño, explica en su obra este amasijo. El primer mestizaje, dice, fue genético, con un porcentaje altísimo de genes maternos indígenas y paternos del Viejo Continente, lo que hace al pueblo antioqueño una mezcla de dos razas inmensamente distantes.
Un segundo mestizaje fue cultural, entre un número significativo pero minoritario de judíos conversos con una mayoría de viejos cristianos. “Su trascendencia es radical, pues fue el que imprimió al pueblo antioqueño esa idiosincrasia, esa cultura tan específica y propia que le ha dado su singularidad. Es impresionante el cúmulo de facetas del antioqueño que lo hacen ver semejante judío”. La Colonización antioqueña fue, según Villegas, el hecho más notorio de ese crisol cultural, porque fue en ese periodo histórico cuando se apropiaron de tierras, mediante la agricultura, el barequeo y la fundación de poblados con los que ampliaron fronteras y se enriquecieron.
Ya el tercer mestizaje, concluye, fue religioso: la mezcla radical de catolicismo y judaísmo en un solo culto con apariencia del primero. Es objeto de esta parada solo el genético. Veamos.
Multicultural
El Grupo de Genética Molecular de la Universidad de Antioquia (Genmol) realizó un estudio sobre el origen y la estructura de varias poblaciones indígenas de Colombia. Parte del mismo salió en la revista The American Journal of Human Genetics en octubre de 2000. Los resultados indican un patrón de apareamiento altamente asimétrico en Antioquia, que involucra principalmente a hombres inmigrantes y a mujeres nativas.
Desmenucemos el estudio que da sustento al relato histórico. Los registros indican que los inmigrantes ibéricos fundaron los primeros asentamientos en Colombia a principios del siglo XVI. Su llegada condujo al establecimiento de una población criolla mixta en rápido crecimiento y una disminución acelerada de la población amerindia.
Sin embargo, hay un factor geográfico que jugó un papel capital: la cordillera de los Andes. La rugosidad del terreno siempre fue un obstáculo para las comunicaciones durante siglos, lo que llevó a que el crecimiento demográfico de varias poblaciones en la región se produjera en aislamiento hasta finales del siglo XIX.
Durante ese tiempo se desarrolló una identidad regional distinta alrededor de los valles del Aburrá y Rionegro, donde algunos asentamientos se habían establecido a mediados del siglo XVII.
El Aburrá fue divisado el 24 de agosto de 1539 por Jerónimo Luis Tejelo, después de la fundación de Guaca (Heliconia). Los españoles llegaron al territorio que era habitado por nativos aburráes, yamesíes, peques, ebéjicos, noriscos y maníes. Estos opusieron resistencia a tal punto que muchos prefirieron la muerte a ser sometidos. Durante la Conquista, narra el libro Breve historia de Antioquia de la U. de A. (2001), los indios fueron prácticamente exterminados.
“La mayoría murió por enfermedades, entre ellas gripa, viruela, sarampión, tifo, malaria y fiebre amarilla, contagiadas por los españoles y los esclavos africanos. Otros cientos perecieron en las guerras, exceso de trabajo en las minas o porque no aguantaron el cambio tan brusco en sus costumbres y creencias”, explica.
Fundadores masculinos
Una gran proporción de los fundadores masculinos de Antioquia se originaron en el sur de España, pero el estudio de Genom también sugiere una contribución española del norte y posiblemente sefardí. Los datos indican que aproximadamente el 94 % de los cromosomas Y son europeos, el 5 % africanos y el 1 % amerindios. Esto concuerda con el origen de una fracción considerable de los fundadores antioqueños en el sur de España, zona que estuvo bajo dominio árabe durante ocho siglos.
El análisis de Genom sugiere que la contribución semítica a Antioquia podría incluir un componente sefardí, porque aproximadamente el 14 % de haplotipos (conjunto de variaciones del ADN) del cromosoma Y de Antioquia se comparten con pueblos judíos.
“Una mayor confianza en la posibilidad de que estos haplotipos reflejen una ascendencia judía en Antioquia requiere una evaluación más extensa de su frecuencia en las poblaciones mediterráneas, particularmente en el norte de África y el sur de España”, indica el estudio. Y añade que de confirmarse el origen sefardí de los haplotipos detectados en Antioquia, sería interesante evaluar si se trata de un fenómeno común en poblaciones latinoamericanas o, como afirman algunos historiadores, si podría ser más pronunciado en Colombia y particularmente en Antioquia.
Precisamente ese fue uno de los hallazgos de un estudio publicado en 2018, una tesis de doctorado del antioqueño Juan Camilo Chacón Duque, investigador del Museo de Historia Natural. Estudió la historia genética de más de 6.000 personas de Colombia, Perú, Chile, México y Brasil. Los hallazgos se compararon con los datos de 2.359 individuos de 117 poblaciones de referencia que representaron a nativos americanos, europeos del sur y oriente del Mediterráneo, subsaharianos de África y asiáticos orientales.
La investigación arrojó que el 23 % de los latinoamericanos participantes del estudio tiene algún porcentaje de ancestría sefardí, es decir, judeoespañola. Chacón Duque, en un comunicado de prensa, explicó en ese entonces que: “Nos sorprendió mucho encontrar que una fracción bastante considerable de la ancestría de los latinoamericanos está altamente relacionada con perfiles genéticos de poblaciones de judíos sefardíes en Turquía, los cuales son descendientes de comunidades de judíos ibéricos exiliados”.
En conclusión, la población fundadora de Antioquia se estableció en los siglos XVI y XVII a través de la conjunción de amerindios, europeos y africanos y creció en relativo aislamiento hasta finales del siglo XIX, con una mezcla temprana de mujeres nativas y hombres inmigrantes.
En la última entrega, el próximo fin de semana, abordaremos las características afines entre antioqueños y judíos y la presencia actual de estos últimos, con la única pretensión de seguir desentrañando esta maraña.
90%
del ancestro materno de los antioqueños es indígena, igual al de los Embera.