En medio de una de las compras más importantes en el sector hospitalario en Medellín durante los últimos años, el nombre de la Clínica Vida irrumpió en la agenda pública este mes luego de que se confirmara que esa fundación había logrado quedarse con la antigua clínica de Saludcoop de la avenida 80.
Tras varias semanas de rumores, el gerente de esa organización Francisco Lozano Olaya reveló cómo se estructuró la operación de $96.500 millones y cómo avanzan las conversaciones con la Alcaldía con miras a su entrega.
Fundada desde 1991, esta organización es una de las más reconocidas en el país para el tratamiento de los pacientes con cáncer, registrando en el último año más de 93.301 consultas, 10.656 cirugías y 3.091 pacientes en quimioterapia.
Concebida desde el inicio como una organización sin ánimo de lucro, la Clínica lidera una labor social en la que los enfermos más vulnerables reciben atención especializada, apoyo terapéutico, educación y asesoría espiritual.
Pese a los altos costos de los tratamientos oncológicos, la fundación encabeza una cruzada para garantizar la atención de pacientes de bajos recursos y con dificultades para acceder a la salud.
En diálogo con EL COLOMBIANO, Lozano explicó, cómo iniciaron las conversaciones para quedarse con la clínica y cuales son los planes para cuando esta les sea entregada.
¿Cómo fue que empezó a estructurarse la adquisición de la clínica de la 80?
“La Clínica Vida es una fundación sin ánimo de lucro, que se constituyó hace más de 30 años, hace seis años inició su etapa hospitalaria y hace tres un proceso de expansión.
En ese ejercicio, hemos sopesado varias alternativas de expansión, que van desde la compra de espacios, hasta la construcción de una nueva clínica. Entre esas opciones se pensó comprar la sede de Saludcoop de la 80.
Desde antes de pandemia, tuvimos acercamientos con la anterior agente liquidadora y ahora, en la etapa más reciente, tuvimos acercamientos con el agente liquidador actual e iniciamos intercambio de comunicados en el mes de noviembre de 2021”.
¿Qué tan importante fue esta operación, teniendo en cuenta la labor social que caracteriza a la fundación?
“La fundación es una entidad que, como muchas, va a reinvertir en el crecimiento y en el bienestar de sus pacientes, crecer en la cobertura en Antioquia y en departamentos vecinos, como Chocó. También queremos tener un centro de oncología que sea referente en Antioquia, como un centro de excelencia en la atención al paciente con cáncer, investigación y desarrollo de nuevas tecnologías”.
¿El objetivo es expandir esa función social por fuera de Medellín?
“Sí, no solo vamos a crecer en Medellín, sino que también vamos a llevarla la oncología a las regiones, crecer en humanización y en cobertura”.
¿Cómo lo van a lograr?
“La clínica tiene un área construida de 23.000 metros cuadrados, 200 habitaciones individuales, 10 quirófanos y tiene zonas para adaptar alrededor de 100 sillas de quimioterapia e inmunoterapia. También espacio suficiente para desarrollar radioterapia, braquiterapia, medicina nuclear y, de acuerdo a la evolución y estudios futuros, desarrollar TEP (Tomografía por Emisión de Positrones), para dar forma a una clínica de la más alta complejidad”.
¿La compra empezó a estructurarse desde antes de la pandemia?
“Sí, comenzó aproximadamente a finales de 2019, cuando personal nuestro visitó la sede, cuando aún se encontraban servilletas, papel higiénico y loncheras de pacientes que habían dejado allí, porque finalmente ese cierre fue muy abrupto”.
En términos de cifras, ¿finalmente por cuánto se selló la adquisición?
“La cifra es superior al nivel del avalúo, que estaba en $96.012 millones. La cifra que nosotros ofertamos fue de $96.500 millones”.
La Alcaldía de Medellín invirtió más de $23.000 millones para adaptar ese espacio para la atención de la pandemia, ¿qué se ha conversado sobre eso?
“Ya iniciamos reuniones de acercamiento y evidenciamos la inversión que se le hizo a la sede, después de un trabajo muy a conciencia. Es una sede que está muy bien lograda, en muy buen estado en su infraestructura y en su mantenimiento. Evidenciamos que existen unos equipos que la Alcaldía adquirió para el funcionamiento de la sede y esos equipos están siendo evaluados para una negociación”.
¿Eso quiere decir que el trabajo que hizo la Alcaldía le sirve a la nueva clínica?
“Sí, esa es la conclusión. Toda la inversión que se hizo por la Alcaldía es para un uso adecuado de una clínica hospitalaria, porque los elementos que tenía esa clínica previamente estaban sin uso, apagados, sin mantenimiento. Se deterioraron muchísimo y no servían para nada”.
El Gobierno Nacional extendió la emergencia sanitaria, lo que le permitiría a la Alcaldía poder seguir aprovechando el espacio para la atención de la pandemia, ¿cuál es el cronograma de entrega?
“Estamos atentos a lo que defina la Nación y la Alcaldía. En caso de ser requerido por parte de ellos una prolongación de tiempo no tendríamos ningún tipo de inconveniente, pero en caso de que ellos digan “ya es tiempo para entregar en ‘x’ fecha”, también estamos alineados para recibir la sede”.
En otras palabras, ¿eso quiere decir que ustedes no manejan fechas y están a la espera de qué les dice la Alcaldía?
“Sí, que entre la Alcaldía de Medellín y el agente liquidador definan la fecha de entrega del inmueble”.
